Cuando nos dedicamos 100% a cuidar del hogar y de los hijos, para muchas de nosotras es muy fácil y hasta natural decir que “no trabajamos”, que “sólo somos amas de casa”. Cierto? Cierto?? Y lo más interesante es que nos lo creemos. Y como “no trabajamos”, sieeeeempre estamos disponibles para cualquier cosa, llámese actividad, favor, colaboración en la escuela, etc. “Las mamás que puedan ayudar a decorar el martes a las 10 am”… Yo puedo. “Ay amiga, vení a tomar café mañana en la tarde”… Claro, ahí te llego. “Hija, acompañame al dentista hoy a las 2″… Sí claro mamá. “Podés cuidarme al perro y regarme las plantas mientras estamos de paseo?”… Por supuesto! Y entonces nuestros días nos van saliendo así, atropellados y al “tan – tán”. Cero estructura, cero orden. Y nos extrañamos cuando nos damos cuenta de que no tenemos tiempo para nada! Hace poco escuché a alguien decir que debemos ver a nuestro tiempo como si fuera dinero. Por ejemplo: te ha pasado que sacas efectivo “para andar en la cartera” (o sea sin un propósito específico), y de repente te das cuenta de que lo gastaste todo, y no sabes en qué? Simplemente puff… se fue. Ya no está. Desapareció. Lo mismo pasa con nuestro tiempo: si no le damos un propósito específico, se nos esfuma sin darnos cuenta. Y para eso necesitamos un horario, una rutina, al menos una ligera idea de cómo usaremos nuestro tiempo. No por el hecho de que “no trabajemos”, significa que podemos levantarnos a cualquier hora, y hacer lo que se nos antoje en cualquier momento del día, o estar siempre disponibles para todo el mundo. Al menos no si queremos aprovechar nuestro tiempo de la mejor manera. Por lo tanto, te traigo algunos tips para ayudarte a poner un poco de orden en tu rutina diaria, principalmente si eres administradora del hogar a tiempo completo. 1. Inicia tu día antes que los chicos Hay actividades que nos es más fácil realizar si no tenemos que estar pendientes de los chicos: ducharnos, meditar, tomar el café con tranquilidad, leer un par de páginas, orar, hacer un poco de ejercicios. Levántate un poco antes que tus niños, y aprovecha esos minutos a solas para hacer esas cosas que se te complica hacer una vez que ellos estén despiertos. 2. Define tus “T.M.I.” (Tareas Más Importantes) Temprano en la mañana, o preferiblemente la noche anterior, piensa qué cosas necesitas hacer al día siguiente, y hazte la idea de que tu día no puede terminar hasta que no las hayas hecho. Escoge sólo 3 tareas, y si tienes más en tu lista de pendientes (nosotras siempre tenemos cosas pendientes), déjalas para luego de haber hecho esas primeras 3 tareas. 3. Ponte presentable desde temprano Al estar siempre en la casa, a veces nos dejamos de últimas, andamos con el pelo parado, sin bañar, y en pijamas todo el día. Llegan a dejar un paquete y parecemos la loca que se escapó del manicomio. Además, principalmente cuando hay chicos, no se sabe en qué momento habrá que salir corriendo al hospital, o a recoger al niño de improviso a la escuela porque se golpeó, etc. Por lo tanto hay que estar preparadas. Pero no sólo por esas “emergencias”, sino, y más importante aún, para sentirnos bien nosotras. Levántante temprano, date una ducha, ponte ropa bonita y cómoda (no pijamas, pero tampoco tacones), péinate y ponte un poquitín de maquillaje y perfume o spray refrescante. Tu actitud y energía se verán muy beneficiadas. 4. Planea cada hora de tu día Dale un propósito a cada hora, a cada media hora, a cada tracto de 15 minutos de tu día. Separa suficiente tiempo para realizar cada actividad, pero no demasiado. Coloca alarmas en tu teléfono, o usa el cronómetro del microondas, para mantenerte enfocada, y recordar cuándo debes terminar lo que estás haciendo y comenzar otra actividad. 5. Sé flexible Principalmente si tienes niños pequeños, es muy probable que no te sea posible seguir un horario al pie de la letra. Siempre va a haber atrasos, el niño hizo alguna cosa, derramó algo, se ensució y hay que cambiarlo, etc. Por lo tanto, hazte la idea de que estos imprevistos van a suceder, pero no permitas que la más mínima cosa te saque del plan que tenías originalmente. Encárgate de la situación imprevista, y vuelve a ajustarte al plan que habías hecho en un principio. 6. Planea tus comidas Piensa desde la mañana (o desde la noche anterior) qué vas a cocinar para la cena. Asegúrate de que tienes todo lo que necesitas. Si no lo tienes, no vayas al super, sino piensa qué otra cosa puedes hacer con lo que ya tienes en casa. Descongela y pon a marinar la carne, adelanta ingredientes, prepara la ensalada, para que llegada la hora de la cena no tengas que correr tanto. 7. Limpia un poco después de cada comida Hay quienes piensan que la hora de limpiar la casa es durante la mañana solamente. Pero a veces no es posible sacar un bloque de 2 horas para limpiar toda la casa. Si tienes un bebé pequeño, o si tienes que estar entrando y saliendo de la casa para ir a recoger a tus hijos a la escuela, es más fácil dividir tu tiempo de limpieza en dos o tres tractos más pequeños, de manera que limpies un área luego del desayuno, otra por la tarde, y otra después de la cena. 8. Reserva un día específico para hacer compras y mandados No estés yendo al super todos los días. Ponte creativa con las comidas, si no tienes carne molida para hacer espaguetis, prepáralos con salchichas, o sólo con salsa de tomate sencilla, o prepara una salsa blanca y los haces con pollo. Realiza tus transacciones y pagos en línea, y cuando tengas que salir, planea tu ruta y realiza varios mandados de una sola vez. Así ahorrarás tiempo, gasolina y energía. 9. Duérmete temprano Mañana será otro día, por ahora es más importante que tengas tus 8 horas de sueño, y así evitar que te levantes cansada y de mal humor. Vete a dormir a una hora decente, y no te estreses demasiado, que mañana vamos de nuevo! Ser ama de casa y mamá a tiempo completo es un trabajo cansado, demandante y sumamente importante, así que dale el lugar que requiere. Deja de decirle que “sí” a todo, y de estar a disposición de todo el mundo. Tu tiempo es igual de importante que el de los demás. Estás cuidando de tu familia, estás criando seres humanos, no hay nada más importante que eso, y que nadie se atreva a decirte lo contrario! Qué otros tips de manejo del tiempo tienes para mamás y amas de casa a tiempo completo?
Acciones previas para prepararte mentalmente, antes de realizar tu sesión de eliminación de objetos innecesarios de tu hogar.
Los 6 Pasos para Lograr una Buena Organización. Una técnica simple y fácil, que puedes repetir sistemáticamente para organizar toda tu casa.
Descubre cómo tener más organización de forma sostenible y realista en cualquier área de tu vida con la fórmula secreta japonesa.
Mi mamá tiene uno de esos dichos sabios que tenemos todas las madres: -Mamáaa!! Dónde está (cualquiera de mis cosas)? -En su desorden! Porque como el desorden se circunscribía a mi cuarto, era MI desorden. Talvez podrías pensar que, como vives sola, o nadie te visita nunca, “tu desorden” es problema tuyo únicamente, y que si te sientes cómoda “así”, no pasa nada. Pero… Segura que no pasa nada? “Pues no, no le hago daño a nadie”… Déjame decirte que sí. Estás dañando a la persona más importante, y por la que más debieras preocuparte: tú misma. Además, si en tu casa vive más gente, ten por seguro que ellos también se están viendo perjudicados por el desorden. Personalmente, cuando mi casa está desordenada, siento como si estuviera nadando en melaza. Por más que me esfuerzo, casi no logro avanzar, y cualquier avance me deja exhausta, y no es duradero. Así que hoy te traigo siete efectos negativos del desorden, que atentan contra tu bienestar físico, mental y emocional. Después de leer esta lista, vas a querer eliminar el desorden de raíz. 1. El desorden causa estrés Cuando hay desorden, se nos andan perdiendo las cosas, nos damos cuenta de que no tenemos ropa limpia hasta que ya tenemos que ir saliendo de la casa, llegamos tarde a nuestros compromisos, y ni se diga cuando alguien viene a visitar de improviso! Todos estos obstáculos se nos van acumulando, y es por eso que a veces nos sentimos como una olla de presión a punto de estallar. 2. El desorden nos deprime Aquí vamos a entrar en polémica, porque talvez estés convencida de que realmente “no te importa” vivir en el desorden, y que no te afecta en lo más mínimo. “Si la casa está desordenada, mejor, porque así nadie me visita”. Pero es muy probable que te hayas acostumbrado a esa “normalidad”. Talvez hace ya tanto tiempo que no vives en un ambiente ordenado y limpio, que simplemente dejaste de extrañarlo. Pero el desorden nos pesa en los tobillos, nos sostiene, no nos deja avanzar. Te garantizo que si comienzas a poner orden en tu casa, a mantenerla limpia y organizada, así sea para tus ojos solamente, tu estado de ánimo irá mejorando, te darán ganas de activarte más, de embarcarte en proyectos nuevos, vas a querer comprar cosas bonitas para la casa y para ti, porque tu actitud será más positiva. 3. El desorden hace que proliferen gérmenes y plagas En el desorden no se puede limpiar. Y en la falta de limpieza aparecen y se reproducen las bacterias y los gérmenes. Y si llegáramos hasta aquí, pues qué más da unos cuantos germenillos… Pero detrás de ellos, vienen moscas, arañas, cucarachas, ratones, zorros y hasta serpientes. No por asustarte, pero mejor prevenir que lamentar. Uuuuyyyysshhh… 4. El desorden hace que gastemos de más En el desorden se nos pierden los recibos de agua y luz que hay que pagar, el estado de cuenta de la tarjeta, la cuenta del cable, y todo lo andamos pagando con intereses y con multas, y tenemos que estar pagando reconexión de los servicios. Además, una cocina desordenada es justificación de sobra para comer fuera o para pasar comprando comida, gastando dinero que no tenemos, cargándolo a la tarjeta, acumulando intereses, y recargos como vimos anteriormente. En el desorden se nos echa a perder la comida que compramos en el supermercado, hay que andar tirando las verduras y las frutas porque no las consumimos. También se nos queda la ropa húmeda en la lavadora, se llena de hongos y moho, y hay que botarla. Y si aparece una filtración de agua, o se daña un grifo (tubo), que Dios se apiade, porque entre todas las cosas que hay en el piso y en todas partes, el daño puede descubrirse hasta que ya es muy tarde, y llegar a ser masivo y muy costoso. 5. El desorden causa tensión en nuestras relaciones Con tanto desorden y tanto estrés, cómo no vamos a andar pegándole gritos a todo el mundo? El caos nos mantiene al borde de la explosión, y a la mínima cosita le armamos un escándalo a nuestra pareja y/o a nuestros hijos. Y es probable que el asunto ni siquiera sea culpa de ellos, sino de nuestra costumbre de vivir “al borde”, con el tiempo ajustado, con todo fríamente calculado, como en el filo de una navaja, donde cualquier pequeño desajuste se convierte en una tragedia. Pues ya es hora de quitarnos esa fama de gritonas y peleonas, tomar las riendas de nuestra vida y nuestra casa, y hacer algo al respecto. No podemos permitir que las personas que más amamos se vean perjudicadas por el desorden y la desorganización de nuestra casa. 6. El desorden pone en peligro nuestra integridad física Has visto esos chistes de los padres de niños pequeños que de repente ponen el pie en una pieza de Lego? Qué dolor! Puede ser una pieza de Lego, o algún objeto mal puesto, pero cuando hay desorden y objetos tirados en el piso, podemos tropezar, y hasta quebrarnos un hueso o arrancarnos una uña. Auch! En casas sumamente abarrotadas de cosas, se corre un gran riesgo de incendio, y el moverse entre pilas de objetos, muebles que tienen cajas encima, o cajones imposibles de cerrar por lo llenos que están, es muy difícil y en cualquier momento pueden causar una desgracia. 7. El desorden causa enfermedades Además de imposibilitar la limpieza, y por ende favorecer las enfermedades respiratorias, de piel y demás, el desorden o más bien el exceso de objetos impide que nos movamos con facilidad, lo cual, aunado a la falta de motivación causada por (adivina…) el desorden, trae consecuencias a nuestro organismo. El estrés y la presión de vivir encarreradas aumenta la presión sanguínea, el estar comiendo fuera nos hace aumentar de peso, aumenta el colesterol, los triglicéridos, el azúcar en sangre, y como ya vimos, puede causarnos heridas y accidentes. O sea, en realidad la cosa es delicada! — Como ves, eliminar el desorden no es sólo un asunto de estética, o de qué tan buena soy llevando mi casa, sino que es un asunto serio, que afecta nuestra salud y la de nuestra familia, tan delicado que erradicarlo debería ser nuestra prioridad #1. Así que, a darle guerra. No dejes que te arruine, no dejes que te detenga, ni que afecte a los que más amas, incluyéndote. Busca el área de tu casa o de tu vida que más estrés o molestia te esté causando, y decídete a buscarle solución. Y no me digas que “es que es TODO!”, porque entre todo ese “TODO” ha de haber “algo” que sea algo así como el cráter del volcán, donde se genera ese caos que te vuelve loca y te hace desear salir corriendo jalándote el pelo por media calle. ESE punto es el que andamos buscando. Cuando hayas averiguado cuál es ese aspecto clave que quieres solucionar, coméntalo abajo.
No puedes permitir que unas cuantas cosas te hagan sentir triste, acabada, derrotada. Tú sí puedes luchar contra el desorden! Aquí están tus armas!
En Mi Casa Organizada hemos acuñado un término para designar aquellas tareas que son (o parecen ser) grandes, poderosas e imposibles. A esas tareas las hemos llegado a llamar “elefantes” La idea comenzó en este artículo, y viene del dicho que dice: Cuál es la manera de comernos un elefante? Pues mordisco a mordisco! Y eso a qué se refiere? Se refiere al hecho de que no hay tarea imposible. Por más grande que parezca, por más inútiles que nos sintamos ante ella, no es imposible. Si el clóset explota cada vez que lo abres. Si en la cocina hay una montaña de platos de 3 días. Si en tu habitación no se puede caminar porque toda tu ropa está tirada por todo el piso, y no tienes ropa limpia para mañana. Si el piso de tu sala, o tu sillón, o tu mesa del comedor, o tu escritorio, desaparecieron bajo una montaña de cosas. Si te avergüenzas de que alguien sepa el estado de desorden de algunas habitaciones de tu hogar. O de toda tu casa. Déjame decirte, organizada hermosa: HAY ESPERANZA Talvez no sea posible terminaresa tarea en una sola tarde. Talvez no puedas siquiera terminarla en un día entero, o en una semana. Pero sí se puede. El problema es que nos dejamos abrumar y apachurrar por el gran tamaño de ese elefante. Entonces nos quedamos quietas, sin hacer nada, porque nos sentimos inútiles. Un día de estos, en Facebook me preguntaron: qué hacer cuando toda la casa es un gran elefante? O sea, la pregunta del millón: Por dónde comienzo? Lo que te recomiendo es: Que pienses cuál es tu punto débil. Talvez es el lavado de ropa. Talvez es el fregadero de la cocina lleno de platos. Talvez sea que nunca encuentras tus llaves por la mañana. O talvez que no puedes invitar a nadie a tu casa porque los sillones están llenos de cosas. O que tu familia no puede sentarse a comer porque la mesa es un imán para los tiliches. Si respondiste “todas las anteriores, y algunas otras más”… piensa de nuevo. Tiene que haber algo entre todo eso… ALGO que te exaspere a tal punto que quieras sentarte a llorar. Analízate. Qué te pone de mal humor en las mañanas? Qué te hace llegar tarde al trabajo? Qué te hace sentir deprimida? Qué es ESO que detona los deseos de ponerte a pegarle cuatro gritos a tu familia, y a tratarlos de desconsiderados y desordenados, y decirles que todo lo tienes que hacer tú? Cuando hayas encontrado ESO… llamémosle el “punto de dolor”. Cuando hayas encontrado tu punto de dolor… Quiero que comprendas que ese “punto de dolor” ES TU ENEMIGO. Ese punto de dolor es TU ENEMIGO, y debes atacarlo. Ese punto de dolor te daña. Te perjudica. Te hace gritarle a tu familia que tanto te ama, y a quienes tú amas tanto. Te hace sentir mal contigo misma, desvalorizada, buena para nada. O me equivoco? Pues entonces, a ponerle un alto! Ya basta de sentir lástima por ti misma y de sentirte inútil!! Quiero que tomes todo ese poder que hay en ti, porque ERES PODEROSA y tú lo sabes. Lo que pasa es que a veces se te olvida. A todas se nos olvida. Quiero que te levantes con ganas, con fuerza, con coraje, y digas HASTA AQUÍ! No voy a permitir que este elefante me siga aplastando! No voy a dejar que algo tan sencillo como unos platos sucios o un puño de ropa me destruyan! Tú eres más que eso. Mucho, MUCHÍSIMO más que eso. Y no puedes dejar que las cosas sigan como hasta ahora. Entonces, ya que tengamos al ENEMIGO sentado en el banquillo de los acusados… LO VAMOS A DESTRUIR! Y cómo lo destruimos? Con mordisquitos de 15 minutos. 15 minutos hoy, 15 minutos mañana. 15 minutos antes de irme al trabajo, 15 minutos cuando vuelvo. 15 minutos antes de acostarme. 15 minutos al levantarme. 15 minutos ahora, y luego otros 15, y otros, y otros. Así se come uno un elefante! A pequeños mordisquitos de 15 minutos. Pero no son 15 minutos de: “aaaay es que qué montón, qué pereza, mejor reviso Facebook un momento y ahorita le entro…” Todas sabemos que “15 minutos en Facebook” son más o menos una hora y media. Son 15 minutos de acción, de “ya le voy a entrar a esto con todas mis fuerzas porque me está destruyendo y no lo voy a permitir!” Entonces, comenzaremos a ver cambios. Comenzaremos a encontrar las llaves por la mañana. Comenzaremos a tener ropa limpia para el día siguiente. Comenzaremos a sentarnos a comer en familia. Comenzaremos a ver la casa bonita. Y a sentirnos satisfechas y felices. Comenzaremos a sentirnos grandes, poderosas, invencibles, como antes creíamos que era ese elefante. Demuéstrale a tu elefante quién manda. No importa si tu elefante es una gaveta/cajón, una habitación completa, o toda tu casa. Entre más lo ataques, más pequeño se irá haciendo, y más grande te irás sintiendo tú. Con 15 minutos. Sólo 15 minutos. No importa si son 15 minutos al día, o dos veces al día, o varias veces seguidas durante toda la mañana, hasta que se te acabe la energía. Pero hazlo. Hoy. Ya. Nota: el término “elefante” se utiliza con términos ilustrativos, como podríamos también utilizar “godzilla”, “t-rex”, o cualquier otra criatura gigante y poderosa. Los elefantes me parecen criaturas inteligentísimas y súper tiernas, más cuando el bebé elefante camina agarrando a su mamá de la colita, o cuando pintan cuadros. En fin, fines ilustrativos, nada más.
Platos sucios, ropa tirada en el piso y sin lavar, pisos sin barrer, toallas malolientes en el baño, juguetes por toda la casa. Nosotras maldormidas, cansadas, con dolor de todo, con ganas de llorar… Hay épocas de la vida en las que todo se junta (o podríamos decir, “se confabula”) contra nosotras. Parece no haber salida, limpiamos algo y a los 5 minutos está igual. El trabajo, los estudios, los chicos, todo demanda nuestra atención INMEDIATA. Y la limpieza va quedando de lado, añadiendo más frustración y desánimo a nuestra ya exhausta cabeza. El solo hecho de “iniciar” parece imposible. Te estás sintiendo así? No eres la única. Alrededor del mundo, miles y miles de personas, principalmente mujeres, luchan contra la procrastinación y el desánimo a la hora de mantener su casa limpia y ordenada. Qué podemos hacer entonces? Sentarnos aquí y esperar morirnos de tristeza? Aquí te dejo algunos consejos para cuando te sientes desmotivada con tu hogar. 1. Abrázate Quiérete, apréciate, no te llames nombres. Basta de “soy un desastre”, “soy pésima con el trabajo de la casa”, “nunca voy a poder con esto”. Ten por seguro que estás dando lo mejor de ti en este momento, y que todo ese rollo de mantener la casa ordenada se puede aprender. Y en todo caso, si así no fuera, tu casa y el grado de orden y limpieza en el que la tengas NO ES UN PARÁMETRO PARA DEMOSTRAR TU VALÍA. 2. No te compares Todas las personas somos diferentes, todas tuvimos crianzas diferentes, y tenemos en el presente circunstancias diferentes, económicas, familiares, fisiológicas, mentales, etc. Por lo tanto, no nos podemos comparar con la vecina o la amiga que tiene siempre la casa perfecta, ni preguntarnos por qué no somos como ella. Simplemente somos diferentes y ya. 3. Aunque físicamente estés sola, no lo estás Estar en la casa todo el día, talvez sin amigas o familiares con los cuales al menos conversar, puede hacerte sentir abandonada. O talvez te da vergüenza hablar con otros de los obstáculos que enfrentas como ama de casa. Cuando te sientas así, entra al grupo privado de Facebook Organizadas Unidas, y publica ahí tus preguntas, o algún comentario pidiendo apoyo. Ese grupo de luchadoras es increíble, y están siempre listas para apoyar a una Organizada en apuros 🙂 Ok, ahora van los consejos prácticos 4. Inicia con lo más fácil Esto puede ser la basura OBVIA que esté por la casa: envoltorios de galleta, recipientes de refresco, cajas de pizza, papeles innecesarios, periódicos viejos, etc. O también puede ser lo que es obviamente donable: ropa que a nadie le queda, una taza fea, la impresora vieja que ya sustituimos, cosas así. Puede ser también un área común visible pequeña: un sofá, la entrada de la casa, la mesa del comedor. Nada ganamos con ordenar la caja de herramientas, si la sala está hecha un desastre y no se puede uno sentar en ningún lugar. 5. No dejes que se haga un problema más grande Por ejemplo, cuando estoy cocinando y derramo algo en el piso (así sea un grano de arroz cocido, o un poquitín de algún líquido), me detengo y lo limpio rápidamente. Así evito que ese grano de arroz se me pegue en el zapato y se unte por todo el piso de la cocina. O por ejemplo, si el basurero se llena, no continuemos poniéndole basura encima, aplastando y balanceándolo, porque llegará el momento en que se caerá, y toda la basura se derramará por todas partes. Genial verdad? -_- 6. No esperes a tener todo el tiempo necesario (o todos los recursos) Relacionado con el punto anterior. Si en determinado momento te acuerdas de que tienes que doblar la ropa, pero piensas que “necesitas media hora para doblar toda esa ropa y sólo tienes 10 minutos mientras está listo el arroz”, ve y dobla ropa por 10 minutos solamente. No importa que no la puedas doblar toda, para la próxima vez que tengas 10 minutos, será menos la ropa que tengas que doblar. Si tienes pendiente tirar todas las revistas viejas que tienes, en lugar de buscar en la computadora dónde puedes llevar revistas para reciclaje, saca las revistas, ponlas en bolsas, y luego lidiarás con el problema de dónde llevarlas, pero al menos las habrás sacado de tu casa, al menos habrás dado un paso. 7. Memoriza frases motivacionales En internet puedes encontrar muchísimas frases para motivarte. Por ejemplo, en mi Pinterest tengo una pizarra dedicada a frases bonitas que voy encontrando. Puedes verla dando click aquí. Memoriza estas y otras frases, para darte ánimos cuando lo necesites. Es bueno también escribirlas en una libreta, o colocarlas en lugares visibles por tu casa. 8. Hazte una lista de tareas pendientes Si estás iniciando en este camino, o la cosa se te dificulta muchísimo, asegúrate de que esa lista no contenga más de 3 puntos. Revísala varias veces durante el día (o durante el tiempo que estés trabajando en los quehaceres de tu hogar), y si notas que se te desvió la atención (Facebook de nuevo??), haz el esfuerzo por volver al punto en el que estabas, y completar las tareas que te propusiste. 9. Pon música! La música nos levanta, nos pone felices, hasta nos hace cantar! Baila con la escoba, y canta como loca, si eso te ayuda a levantar el ánimo y a hacer más suave una tarea que parece imposible. Qué importa que te oigan los vecinos, acaso ellos limpian tu casa??!! 😀 10. Prémiate Luego de hacer alguna tarea que te había costado mucho terminar, date un pequeño premio. Puede ser 15 minutos recostada con los pies en alto leyendo una revista o viendo fotos en Instagram, o puede ser una rica taza de café o chocolatito caliente, puede ser un masajito en las manos con una loción con aroma, o puede ser algún artículo que desees. Acostumbro, luego de lavar la ducha, ponerme mi tratamiento en el cabello, y usar el gel de baño “especial”. Todo se vale, la cosa es darnos un premio por el esfuerzo que realizamos. La cosa es que con estos pequeños premios, el cerebro comienza a asociar que luego de un trabajo viene una recompensa, y será más fácil ponernos a trabajar la próxima vez. 11. Si todo lo anterior falla, lava los platos Si todo PERO TODO está del desastre. Si en tu casa no hay espacio para caminar. Si no se puede lavar la ropa porque la lavadora está llena (porque se te olvidó sacar la ropa la última vez), y la secadora también está repleta. Si llevas 1 semana comiendo directamente de latas. Si no te has duchado, ni quieres hacerlo. Si todo-todo está desastroso, lava los platos. Aunque sea lava uno. Si en la cocina no hay espacio donde ponerlo, lávalo, sécalo y guárdalo. Luego otro. Y así, hasta que los hayas lavado todos. O haz espacio en una de las encimeras, o trae una tina de las de la ropa, la pones en el piso, y vas poniendo ahí los platos lavados. Verás que el sólo hecho de lavar los platos te motiva -AL MENOS- a mantener la cocina un poco ordenada. Y ese sentimiento se va contagiando por el resto de la casa. Aunque sea sólo eso, lavar los platos. Hazlo con constancia, un día, y otro, y otro. Haz el esfuerzo por irte a la cama sólo hasta que hayas dejado los platos lavados. Es increíble el cambio que este sencillo acto produce en nosotras, en nuestra familia, en nuestro estado de ánimo. Haz la prueba, date esta oportunidad. Ahora te toca a ti Te propongo releer los tips anteriores, y decidir cuál de ellos vas a implementar la próxima vez que te sientas desmotivada y no quieras hacer PERO NADA en tu casa. Te parece? Cuáles otros tips se te ocurren para motivarte a limpiar y ordenar tu casa? Comenta!
La semana pasada hablamos de los dos tipos de tareas que hay en el hogar: proyectos, y tareas recurrentes. Y dentro de las tareas recurrentes, mencionábamos dos: la limpieza en general, y el mantenimiento de los sistemas de organización. Hoy continuaremos con el tema, y hablaremos del mantenimiento de los sistemas de organización como tarea recurrente. Qué es un sistema de organización? Un sistema de organización es la forma de llamarle al “producto terminado”, luego de que hemos organizado un espacio: el cajón/gaveta de la ropa interior, el archivador de papeles, la despensa, el sitio donde guardamos los materiales de manualidades o los artículos de oficina. Supongamos que decidimos ordenar el lugar donde guardamos los artículos de tocador: jabones de baño, cremas dentales, botellas de shampoo, etc. Sacamos lo que no usamos, tiramos a la basura las botellas vacías, agrupamos los productos que nos quedan, y los ponemos en unas bandejas acrílicas, en canastas, en cajitas de zapatos forradas, etc. Eso es un sistema de organización. Cuando organizamos un espacio, debemos tratarlo como un proyecto, o sea, debe tener un inicio y un final específico, una extensión delimitada. Si no le ponemos límite, entonces nos veremos ordenando y cambiando y volviendo a mover para acá y para allá, sacando de una canasta y poniendo en otra, interminablemente, con la consecuencia de que trabajamos y trabajamos, y el área nunca se vio ordenada. Entonces, mientras organizamos, estamos realizando un “proyecto”. Pero, en cuanto terminamos de organizar, ese “proyecto” se termina, y el sistema de organización debe entrar en modo “mantenimiento”. A qué me refiero? Me refiero a que nuestra casa no es un museo, no es estática. Nuestra vida es dinámica, continuamente compramos y usamos cosas, por lo tanto nuestros sistemas también deben ser dinámicos, para que continúen funcionando. Pongamos como ejemplo el lugar donde guardamos nuestra ropa interior. Digamos que designamos un cajón o gaveta de nuestra cómoda para guardar los brassieres y los calzones. Un día nos pusimos a ordenarlo, doblamos todas las piezas, las pusimos en un organizador bonito que compramos, y quedó de revista. Pero como es normal, todas las semanas usamos y lavamos algunas piezas de ropa interior. O resulta que al tiempo se nos van rompiendo o estirando algunas piezas, y debemos comprar ropa interior nueva. Si no me tomo el tiempo para traer mi ropa interior de la ropa limpia, doblar las prendas, abrir el cajón, y colocarlas en su organizador, de pronto toda mi ropa interior va a estar por toda la casa, y la gaveta/cajón va a estar vacía. O si fui a la tienda y compré más piezas de ropa interior, pero no saqué del cajón las piezas que estaban rotas, llegará el momento en que va a estar repleto, no voy a poder ni cerrarlo, y cuando quiera sacar alguna prenda, todo explota y queda tirado por el suelo. A veces decimos que un sistema que implementamos “no nos funciona”, pero es porque no nos tomamos el tiempo para darle el mantenimiento que requiere. Uno muy típico es el del famoso organizador de accesorios. Tenemos un hermoso organizador, con espacio para colocar los collares, las pulseras, los anillos y los aretes. Ponemos todos nuestros accesorios ahí todos bonitos, y los usamos un día. Pero luego de usarlos, en lugar de tomarnos el tiempo para colocar de nuevo los aretes y el collar donde estaban, los ponemos a un lado, o en el lavamanos, o donde sea, y entonces se nos enredan los collares, se nos pierden los aretes, y como ya no sabemos dónde están, no los volvemos a usar. Ves? No es que el sistema no funciona. Es que no le dimos mantenimiento. En qué consiste el mantenimiento de los sistemas de organización? Al realizar el proyecto de organización, designamos “un lugar para cada cosa”. El mantenimiento consiste en colocar “cada cosa en su lugar”. Para mantener la casa ordenada, debemos desarrollar procesos simples, y realizarlos consistentemente. Al poner las cosas de nuevo en su respectivo sitio, nos ahorraremos el trabajo de buscarlas por todos lados la próxima vez que las necesitemos. Y de paso ahorraremos tiempo también. Cuando colocas las cosas consistentemente en su lugar, el cerebro se va relajando, y va poniéndose en automático, porque no tiene que recordar dónde dejaste un millón de cosas, sino que de inmediato sabrá dónde están las tijeras, el papel, los marcadores, los lápices. Esta relajación del cerebro va dando espacio para la creatividad, y nos permite manejar mejor el estrés. Estos procesos simples son por ejemplo, comprometerte a hacer una revisión de 5 minutos antes de terminar el día, para botar cualquier basura que haya quedado por la casa, reacomodar las sillas alrededor de la mesa, ordenar los cojines de la sala, y poner en su lugar cualquier otra cosa que ande desubicada. Al siguiente día, habrá orden, y podrás iniciar tu jornada sin tener que enfrentar un desorden a primera hora de la mañana. Esta revisión de 5 minutos es un hábito, y debe cultivarse poco a poco, pero si lo practicas consistentemente, verás grandes frutos. Otro ejemplo de mantenimiento, talvez un poquitín más complejo, sería el que le damos a nuestro sistema de archivo de documentos. Puede ser que durante la semana, vayamos agrupando todos los papeles y documentos que ingresan a la casa (eliminando de una vez lo que es obvio que es basura), y una vez por semana nos sentamos a revisar esos papeles, decidiendo cuáles hay que eliminar, cuáles hay que archivar, y cuáles requieren una acción de nuestra parte (una firma para un permiso de la escuela, un recibo que haya que pagar, etc.) Pero al final, son simplemente un seguimiento, un mantenimiento a esos proyectos de organización, que bien vale la pena invertir, para sacar el mayor provecho a nuestro esfuerzo. Tarea Te dejo de tarea analizar cuáles son los sistemas de organización más dinámicos en tu hogar, y cómo puedes darles mantenimiento con procesos simples, de manera que se mantengan a lo largo del tiempo. Comparte tus hallazgos en el grupo de Facebook Organizadas Unidas, y así nos ayudamos entre todas.
La misión de hoy sí que te va a sorprender, porque generalmente se nos olvida este aspecto de nuestras casas. Hoy vamos a dedicar los 15 minutos (talvez menos) a eliminar todas esas jarritas para café que tienes de más. Las jarritas de café son como las medias y los papeles. De noche se multiplican, y cuando te das cuenta hay montones y montones, o a veces uno ni siquiera se da cuenta. Nos las regalan con chocolates adentro, en el Amigo Secreto de la oficina, en algún evento, para el Día de la Madre… A esas se le suman las que hemos ido comprando a lo largo de los años, y de pronto tenemos 50 jarras. Ni que tuviéramos un comedor comunitario en la casa! Hoy no sólo vas a sacar todas las jarritas que estén medio resquebrajadas o sin oreja, sino también todas aquellas que sean conmemorativas de alguna empresa con la que no tienes conexión, las que estén mal impresas, las de Navidad que definitivamente estén de más, y todas aquellas que sean innecesarias. Deja sólo las suficientes para uso regular de tu familia, y para las personas que visitan tu hogar y que podrían utilizar jarritas (recuerda que no todos toman café). Las jarritas restantes puedes llevarlas, como te dije antes, a un comedor comunitario, a alguna iglesia o escuela, regalarlas a alguna persona necesitada, o usar algunas para organizar lápices en tu casa u oficina. Pero no te las dejes “por si luego te sirven para algo”. Es ahora o nunca! Vamos, son 15 minutos! Gánale a las jarritas! ________________________ Recuerda compartir tus fotos de “Antes-y-Después” en la página de Facebook. y en el grupo privado de Facebook Organizadas Unidas. Corre a hacer este desafío!
Las mañanas pueden ser bastante agitadas y estresantes, porque todos debemos salir de la casa a una determinada hora, con todo lo que necesitamos para el día, y si no lo hacemos así nos veremos en grandes aprietos. El tiempo en las mañanas es generalmente tan limitado que cualquier cosita, cualquier pequeño atraso, puede convertirse en toda una crisis. O no aparecen las llaves, o faltan los zapatos para la clase de danza, o se cayó el almuerzo al piso y hay que recoger y empacar almuerzo de nuevo. O no escuchamos el despertador, o se le cayó un botón a la blusa. Tantas cosas pueden pasar! Y entonces nuestras mejores intenciones de llegar temprano y calmadamente al trabajo y a la escuela se van por el caño, llegamos agitadas, con las faldas por fuera y el pelo parado, con cara de locas de tanto correr. Hay mañanas de mañanas! Entonces, qué tal si nos esforzamos por hacer esas mañanas tan “a prueba de crisis” como podamos? Te parece? Rutinas nocturnas para mañanas más tranquilas 1. Prepárate desde la noche anterior Últimamente, he estado implementando muchas nuevas técnicas para aprovechar mejor mi tiempo y así lograr todo lo que quiero lograr. Una de esas nuevas técnicas es preparar mi siguiente día desde la noche anterior. Entonces, cada noche, tomo mi agenda, y me fijo qué tareas tengo que realizar al día siguiente, a qué lugares debo ir, qué pagos debo hacer, y todas esas cosas. Luego, consulto mi planificador para el hogar, y veo cuáles tareas debo hacer en la casa al día siguiente. De esta forma, si puedo adelantar algo antes de irme a trabajar, pongo el despertador un poco antes y así podré hacerlo. Y me fijo también en mi plan de menús, a ver si tengo que poner a cocinar algo en la olla de cocimiento lento, o si tengo que descongelar algo para la cena del día siguiente. Además de eso, empaco el almuerzo de mi esposo (cuando lleva almuerzo), y si no he logrado planchar toda la ropa antes, plancho la ropa de él y el uniforme de mi hijo para el día siguiente. Y le pido a mi hijo que aliste su bulto y todo lo que necesita para el colegio al día siguiente. Por último, reviso si hay leche y cereal (el desayuno típico de mi hijo), gallo pinto (platillo a base de arroz y frijoles) y huevos (el desayuno típico de mi esposo), y si no hubiera alguna de estas cosas, voy a comprarlas un momentito, o invento alguna otra cosa para cocinar al día siguiente. Y si me siento súper productiva, preparo el coffee maker y lo dejo listo, sólo para conectarlo en la mañana. El realizar estas tareas me evitan estrés durante esos momentos tan limitados de la mañana, y me permiten pensar calmadamente en caso de que se me esté olvidando algo, e incluso puedo planificar levantarme antes de tiempo para lavar el baño, barrer un poco o poner la lavadora antes de irme a trabajar. 2. Sigue una pequeña rutina de orden y limpieza por las noches Hazte una pequeña rutina, de unos 5 a 10 minutos, durante la cual revises cada habitación y rápidamente vayas ordenando lo que esté fuera de lugar. Recoge platos sucios que hayan quedado por la casa, bota basura, acomoda almohadones, pasa rápidamente la escoba para recoger boronas, recoge ropa sucia y ponla en la canasta, etc. Conforme vayas caminando por la casa, lleva una canasta contigo y ve poniendo en ella todo lo que no pertenezca a esa habitación, y ponlo en su lugar. No te excedas, unos cuantos minutos son suficientes. Mi rutina nocturna consiste en: lavar los platos de la cena, limpiar los mostradores (mesadas, counters), la superficie de la cocina, barrer la cocina (y si puedo también la sala, que es bien pequeñita), y acomodar los almohadones de los sillones. Unas cuantas tareítas rápidas, que te ayudarán a despertar mañana de mucho mejor humor, sabiendo que “ya vas adelantada”, al menos en algunas cosas. 3. Limpia tu cocina antes de acostarte Como te decía, parte de mi rutina nocturna es lavar los platos de la cena y en general recoger la cocina. No soy de quienes piensan que es casi pecado acostarse con la cocina sucia, muchas veces lo he hecho y lo sigo haciendo, pero cada vez que dejo platos sucios de un día para otro, me doy cuenta de que al día siguiente es mucho más difícil echar a andar el día, la comida está más pegada en los platos, y entonces tardo más en lavarlos, y en general se siente como que podría haber iniciado el día de una mejor manera. Aunque tengo máquina lavaplatos, casi nunca la uso, y aún así trato casi siempre de dejar la cocina recogida. Si tienes lavaplatos, esta tarea será todavía más fácil. Acostúmbrate a vaciarla todas las mañanas, y a guardar los platos limpios de una vez, para que quede lista para los platos del día, y ponla a trabajar cuando te vas a dormir, para despertar con los platos ya limpios. Lava las ollas y sartenes cuando todavía no se han enfriado del todo, así será más fácil eliminar los sobrantes de comida antes de que se endurezcan y se peguen más. Y cuando enciendas la lavaplatos, o cuando termines de lavar los platos a mano, lava el fregadero (terrible un fregadero lleno de grasa y granos de arroz, uuuuggghhh!!!), y limpia los mostradores de la cocina con un poco de spray quitagrasa para eliminar manchas y boronas. La cocina es el lugar central de la casa. Si la cocina está desordenada, toda la casa se siente desordenada. Y obviamente es bastante difícil mantener la cocina limpia, ya que es la habitación de la casa que más se usa. Pero es una de esas tareas que realmente hace una grandísima diferencia en la manera en que iniciamos el día. Qué otras tareas puedes realizar (o realizas) para hacer tus mañanas menos caóticas? Comenta!
El día de hoy iniciaremos una de esas batallas que parece que no se acaba nunca, pero por algún lugar hay que comenzar. Hoy vamos a comenzar a atacar al monstruo de los papeles del hogar. Todos esos recibos, facturas, garantías, manuales, permisos del colegio, y tantos y tantos papeles y documentos importantes que ingresan a nuestro hogar cada día. Como la batalla contra los papeles es una batalla continua, hoy daremos el primer paso. Vamos a hacer algo muy sencillo, y es: designar un lugar para acorralar los papeles que entran a la casa. Puede ser una bandeja, una canasta, una cajita de cartón. Procura que no sea muy grande, porque entre más grande, más fuerza cobra el monstruo y más difícil es derrotarlo. Una o dos pulgadas de alto serán suficientes. No le des muchas vueltas a este paso, ni te vayas para la tienda a comprar una canasta ni nada por el estilo. Si no tienes a mano algo que te sirva, usa una caja de cereal o una caja de zapatos mientras consigues algo más apropiado y decorativo. Lo importante es hacerlo, hoy, ya. Luego de que hayas designado un lugar para tus papeles, recorre rápidamente tu casa y ve recogiéndolos todos. Míralos rápidamente para asegurarte de que ninguno requiera acción inmediata, como un permiso para la gira de la escuela, o algún pago que esté pendiente. Si encuentras algún papel que debas procesar de inmediato, ponlo por aparte y encárgate de él lo antes posible. Los demás, colócalos en tu bandeja, canasta o caja. A lo largo de la semana, irás poniendo en tu caja todos los papeles que ingresen a tu hogar. Y una vez por semana (o con más frecuencia, si es necesario), te sentarás con tu caja y tu archivador por 10 ó 15 minutos, e irás guardando, desechando o procesando cada papel que esté en la caja, hasta dejarla vacía. Harás esto todas las semanas, sin excepción. Pero conforme pasen las semanas, te darás cuenta de que esta tarea se va haciendo más fácil, porque ya habrás procesado todos los papeles que tenías atrasados hasta ahora. Por hoy, ve a conseguir la cajita, y comienza a ponerle límite a la locura de los papeles. Tú puedes, tú puedes!! ________________________ Recuerda compartir tus fotos de “Antes-y-Después” en la página de Facebook. y en el grupo privado de Facebook Organizadas Unidas. Gracias por unirte al desafío!
Los mejores esfuerzos por eliminar objetos innecesarios de nuestro hogar se ven saboteados por los sentimientos que despierta en nosotros un objeto.
Promesa es deuda, así que aquí te traigo el regalo que te prometí. Es una hojita para que la imprimas y sigas la propuesta de dedicar sólo 30 minutos a cada área de tu casa. Te sorprenderás de lo m…
Boletín informativo: llevar el trabajo de la casa es difícil. Y lo es más, cuando trabajamos fuera de casa, y además hacemos de ama de casa por las noches y los fines de semana. Y muchísimo más, cuando aparte de trabajar fuera de casa somos mamás (o papás, ya tú sabes mi filosofía respecto a esto). Las tareas del hogar se acumulan, los regueros aumentan, la montaña de ropa sucia crece y crece… y parece que es un ciclo de nunca acabar. Pero aunque no lo parezca, es posible ganar esta batalla, y hacer realidad el sueño de ser un ama de casa organizada. No me crees? Aquí te traigo siete hábitos y rutinas que puedes implementar en este momento en tu vida, y que te harán un ama de casa experta y organizada, aunque no tengas mucho tiempo para trabajar en tu hogar. 1. Cada cosa en su lugar. Procura que en tu hogar todo tenga su propio espacio. Será mucho más fácil guardar las cosas si éstas ya tienen un lugar designado. Recuerda que las cosas que no tienen una “casa” siempre van a andar para allá y para acá haciendo desorden donde no deben. Coloca las cosas cerca del lugar donde las utilizas (el líquido limpiabaños y las toallitas desinfectantes en el baño, revistas en la sala en una canasta, artículos de oficina cerca del escritorio, etc.). 2. Calendariza momentos para botar cosas innecesarias regularmente. Cada día entran a nuestro hogar cosas que eventualmente habrá que desechar. Por lo tanto, estas revisiones deben ser periódicas, para que la tarea no se vuelva inmanejable. Anota en tu agenda espacios de tiempo (15 minutos entre semana, 30 minutos o más el fin de semana) dedicados a eliminar todo lo innecesario de tu hogar. 3. Hablando de agenda, implementa un sistema de organización, tanto para tus compromisos personales, como para tu hogar. Una agenda, un planificador, incluso un simple cuaderno para anotar tu lista de cosas por hacer, te serán de gran ayuda para no olvidar las tareas que tienes pendientes, y cuándo debes hacerlas. Busca lo que mejor se adapte a tu personalidad, en lugar de usar lo que esté de moda. Personalmente, nunca he podido con los métodos electrónicos, como aplicaciones o calendarios online, porque mi cerebro no logra trabajar con dos cosas intangibles, como lo son el tiempo y una herramienta electrónica. Tengo que tener algo físico, un planificador en el que yo pueda escribir, para poder organizar mi tiempo, mis compromisos y las tareas del hogar que tengo pendientes. Piensa, prueba, y si no te sirve la herramienta que estabas probando, busca otra. 4. Utiliza sistemas de organización lo más sencillos posible. La clave para mantener tu casa ordenada es establecer sistemas simples que te permita guardarlos u ordenarlos casi sin esfuerzo y sin pensarlo mucho. Las rutinas complejas, con más de tres pasos, son difíciles de seguir. Crea rutinas sencillas que se ajusten a tu estilo de vida y pruébalas por un tiempo. A veces hay que probar qué actividades (como levantarte media hora antes para eliminar cosas, o mantener una caja en un closet para colocar la ropa que se va a desechar) se ajustan a nosotros y a nuestro estilo de vida, pero así encontrarás los sistemas que te darán los resultados que buscas. 5. Mantén a mano las cosas que usas frecuentemente. Si las cosas que usas con más frecuencia no están fácilmente accesibles, será un problema sacarlas, pero más problema será guardarlas cuando termines de usarlas. Usa recipientes sin tapa, repisas a nivel de los ojos, muebles sin puertas, etc. para todas aquellas cosas que necesitas accesar todo el tiempo. 6. Evita hacer compras por impulso. Antes de comprar algún artículo, piensa primero dónde lo vas a guardar. Si no hay espacio, tienes dos opciones: o te abstienes de comprarlo, o primero haces espacio, y luego lo compras. 7. Antes de irte a dormir, trabaja un poco. Parece no ser mucho, pero 15 ó 30 minutos que puedas dedicar a tu casa por las noches, te permitirán iniciar el siguiente día con tu casa mucho más ordenada y acogedora. En lugar de sentarte a ver los anuncios durante tu show favorito, aprovecha para lavar los platos, recoger cosas que hayan quedado en los mostradores, pasarles un trapito, lavar el fregadero, limpiar la cocina, barrer rápidamente el piso, recoger ropa sucia, poner una carga de ropa a lavar… Estoy segura de que encontrarás muchas formas de aprovechar esos minutitos. Tienes otros tips para ser un ama de casa súper organizada?
Ropa y zapatos en el sillón de la sala, junto con tu bolso, los maletines de los chicos, la cobija del bebé, y los papeles que traías anoche de la oficina. En el otro sillón, una montaña de ropa limpia (limpia?) que todavía hay que guardar. En la mesita de centro, revistas que nadie lee, platos y vasos sucios, facturas de quién sabe qué, colas y prensas de tu hija, y la caja de toallitas húmedas que usas para cambiar al bebé. Y el piso lleno de juguetes. En la cocina, no se pueden abrir los muebles porque se salen los tarros plásticos y los paquetes de spaghetti. Por el contrario, en tu cuarto, las puertas del clóset no se pueden cerrar, porque la ropa se salió y se regó por todo el piso. Sepa Dios dónde están las llaves del carro, o el cargador del celular. Y que a nadie se le ocurra pedir la goma, baterías o un lapicero. Imposible encontrarlos. Algo de esto te suena familiar? A mí sí. Mi casa ha pasado por todas estas etapas. Cuando TODA la casa está hecha un caos, no sabemos por dónde comenzar a organizar todo, ni cómo hacerlo. Y en ese desorden no se puede ni limpiar! Primero que nada, vamos a establecer la diferencia entre organizar y limpiar. Aunque haya por fuerza que ir haciendo ambas cosas simultáneamente, no se puede limpiar bien si todo está hecho un desorden. Ahora, encaremos la realidad. Verdad dolorosa #1: los duendecitos de la limpieza no existen. Resulta que el hada madrina que limpia “mágicamente” eres tú. Y tu varita mágica es tu escoba, tu aspiradora, el sacudidor y el paño para limpiar. Así que, vamos a hacer magia!! Levántate y ponte a trabajar. No te quedes sentada, pensando que si cruzas los dedos y lo deseas con todo el corazón, todo va a quedar limpio. Y tampoco existe ese producto milagroso que todas quisiéramos tener, que sólo hay que echar al aire y milagrosamente va a limpiar todo. Si quieres ver tu casa limpia y ordenada, vas a tener que trabajar. Pasar incontables horas viendo fotos de habitaciones organizadas, haciendo un plan de limpieza, comprando productos de limpieza, o buscando la forma de limpiar esto o lo otro, no es limpiar. Estas son simplemente excusas para seguir perdiendo el tiempo, en lugar de usarlo para limpiar tu casa. No queda más que amarrarse los pantalones, dejar de lado la pereza (o aparente ocupación en cosas que no son prioritarias), y comenzar a cuidar de nuestro hogar y nuestra familia, en lugar de ir al super todos los días, ir al banco todos los días, ir a hacer mandados todos los días, con tal de minimizar el tiempo que estamos en la casa, y autoengañarnos diciendo que no podemos limpiar porque “estamos muy ocupadas”. Talvez te suene muy feo lo que te digo, talvez sientas que te estoy regañando. Pero es que no vas a saber de qué hablo hasta que no lo intentes. Todo el mundo tiene tiempo de limpiar. No se trata de limpiar toda la casa todos los días, como lo hacían nuestras madres. Pero todos tenemos 10 minutos, 15 minutos o hasta más para arreglar la cocina, poner la ropa a lavar, o pasar la aspiradora en la sala. Sin embargo, es más fácil quedarnos sentadas viendo los comerciales de nuestro programa favorito, en lugar de aprovechar esos minutos para doblar la ropa, sacudir las mesitas de la sala, secar y guardar algunos platos, o pasarle el trapo al piso de la cocina. No importa qué tanto, o qué tan poco tiempo tengas para limpiar. Si lo aprovechas, los cambios en tu hogar se verán en unos cuantos días, en serio! Y si necesitas motivación extra para limpiar, te recomiendo leer este artículo, o este otro. Verdad dolorosa #2: los objetos innecesarios no se pueden organizar, sólo se pueden eliminar. Si quieres que tu casa esté organizada, lo PRIMERO, la regla de oro impostergable de la organización es: desechar lo que no necesites. La segunda regla es: cada cosa en su lugar. Vas a tener que tomar decisiones difíciles, talvez hasta dolorosas con respecto a tus posesiones. Tienes que ser tajante! Cada cosa que toques deberá eliminarse, donarse, o guardarse en un lugar específico. Y si no hay espacio, deberá irse. Fin de la historia. 10 consejos para hacer realidad tus sueños de organización 1. Antes de comenzar a trabajar, pon música de la que te hace estar de buen humor. No importa qué tipo de música sea, todos tenemos un tipo de música preferida, que nos levanta el espíritu y nos hace sentirnos más alegres. Esa es la música que debes escuchar mientras trabajas. Luego, establece un tiempo determinado (no más de 1 hora), pon una alarma en tu teléfono o en el microondas, y reúne tus herramientas de limpieza antes de comenzar. 2. Cambia el cassette que te repite que “pobrecita tú”, que te toca hacer todo sola. En lugar de pensar negativamente, agradece que tienes la salud, la fuerza y las facultades para poder dar a tu familia (o a tí misma) un lugar hermoso y agradable donde vivir. Y convéncete de que puedes hacerlo! 3. No te aloques sacando todo y haciendo todo a la vez. Enfócate en un área pequeña, comenzando por las áreas de tu casa que más te molestan (preferiblemente la cocina), y no cambies a otra área hasta terminar. Puede ser una pequeña parte de un closet, una gaveta o una mesita auxiliar, no importa. Cuando la termines, te sentirás tan satisfecha que tendrás más energía para continuar con otra área. 4. Imagina cómo quieres que luzca la habitación o área en que trabajas, y esfuérzate por lograrlo. Si te encantaría que tus sillones estén acomodados, con almohadones decorativos, en lugar de estar sepultados bajo toda esa ropa, ponte a guardar la ropa, sacúdelos y acomoda los almohadones. Hasta puedes echarles un poquito de perfume! Si quieres que tu baño parezca un spa, elimina todo de los mostradores, mantenlo limpio, y poco a poco ve comprando velas, jarrones y otros accesorios para alcanzar el ideal que tienes en mente. 5. Trabaja rápido. Imagínate que tus cosas no son en realidad tuyas, así será más fácil eliminar lo que no sea necesario. No te entretengas viendo fotos, o leyendo cada papelito que te encuentres. Desecha o guarda, de la misma manera en que te quitas una bandita de una herida, firme y rápidamente. 6. Sin que se me enojen los ambientalistas, cuando la casa está hecha un desorden, no es tiempo de reciclar. Cuando tienes montones de basura y cosas inservibles en tu hogar, el proceso de decidir qué se queda y qué se bota debe ser lo más sencillo posible, y si para botar una lata para ser reciclada hay que llevarla a la cocina, lavarla, secarla y quitarle la etiqueta, no vas a terminar nunca! En este momento, tu prioridad es tu hogar y tu familia, y no haces nada con cuidar el ambiente por el bien del futuro de tus hijos, si el ambiente dentro de tu hogar es más peligroso e insalubre que afuera, y podría causar hasta que se enfermen. Cuando tu casa esté ordenada podrás preocuparte por reciclar adecuadamente. Por ahora, bota todo en la basura regular, y sácala de tu casa lo antes posible. Y si has estado guardando periódicos, latas, botellas, o recipientes plásticos para llevar a reciclar “algún día”, bótalos sin misericordia. Lo más probable es que alguien, que sí tiene tiempo para ello, los encuentre y los lleve a reciclar. 7. El buen estado de un objeto no es, por sí solo, motivo para guardarlo. Elimina los duplicados, aunque estén en perfecto estado. Nadie necesita 40 camisetas, o 10 pantalones negros. Ningún niño necesita 50 carritos o 30 muñecas. No pienses en cuánto dinero has gastado en un objeto. Piensa en la libertad que sentirás cuando hayas desechado todo esto que no necesitas, y que sólo te está estorbando. Y cuando tu caja de donaciones esté llena, llévala inmediatamente a tu carro, y planea un día para ir a dejarlas donde tengas que ir a dejarlas, así evitarás la tentación de meter las cosas de nuevo a tu hogar. 8. Ve limpiando cajones y repisas conforme vas ordenando. Trata de vaciar completamente las superficies planas como mesas y mostradores, y ve escribiendo en una hoja en caso de que haya alguna reparación pendiente (y coloca esta hoja en tu organizador para el hogar) en los muebles que vas organizando: una perilla que hace falta, un anaquel que está flojo, un gancho que se cayó, etc. 9. Mantente enfocada en lo que ya has logrado, en lugar de ver lo que todavía te falta por hacer. 10. Por último, convéncete de que sí puedes, porque SÍ PUEDES. Tu casa no se desordenó en un día, así que no debes matarte tratando de ordenarla en un solo día. Esfuérzate un poco hoy y otro poco mañana, y verás resultados fabulosos en menos tiempo del que crees. Y cuando suene la alarma, sírvete algo de tomar, siéntate, admira tu trabajo, y siéntete orgullosa de lo que has logrado =)
¿Te sientes abrumada? ¡Estos tips te ayudarán a evitar la acumulación antes de que se instale en tu hogar para siempre!
Los hogares organizados necesitan un organigrama y también el cuaderno de la casa, que debe contener calendarios, programas, listas de tareas e información de todo tipo. Este
En un artículo reciente hablábamos acerca de cómo mantener un espacio organizado, o sea, qué sigue “después de que ya me organicé”. La verdad es que la organización es un proceso continuo, y para nuestra gran desilusión, nunca se acaba. Siempre compramos cosas nuevas, las que tenemos se van dañando o gastando, las cosas se usan y se desordenan, o dejan de gustarnos, o de estar de moda. Por lo tanto, siempre tendremos un proyecto de organización en nuestra lista de pendientes, probablemente más pequeño que al inicio porque ya aprendimos a dar mantenimiento a nuestros espacios, y a ser más conscientes de lo que dejamos entrar en nuestro hogar, pero siempre habrá algo qué hacer. En ese artículo, introduje un par de conceptos de manejo del tiempo y productividad, asociados con la organización del hogar: la proactividad y la reactividad. Estos son dos estilos de organización muy diferentes, y no quiere decir que uno sea malo y el otro bueno, simplemente son diferentes. Vamos a detallarlos. Organización reactiva Organizamos de manera reactiva cuando “reaccionamos” ante cierta situación, cuando talvez hemos dejado pasar mucho tiempo sin ordenar un espacio, y de pronto vienen visitas, o viene alguna persona a hacer una reparación (fuga bajo el fregadero?), y nos damos cuenta del estado de desorden en que tenemos esa área. O talvez la casa está en relativo estado de orden, pero de repente “vemos” todas las cosas que se han acumulado sobre la mesa, sin que nos diéramos cuenta. Entonces nos armamos de coraje, y en un momento ordenamos todo lo que se había salido de lugar. Este es el tipo de mantenimiento “urgente” del que hablaba en el artículo mencionado arriba. Tiene la ventaja de que la diferencia se nota mucho y nos da mucha satisfacción. Pero tiene una gran desventaja, y es que hay una línea muy delgada entre dar un mantenimiento de urgencia, y tener que rehacer todo desde el principio, y con mucha facilidad los espacios se salen de control. A veces incluso nos paralizamos, no sabemos cómo entrarle, y ahí comenzó el elefante a hacerse grande grande grande y a extenderse por toda la casa. Organización proactiva Al otro lado del espectro tenemos la organización proactiva. Es cuando hacemos las cosas “antes de que sea absolutamente necesario”, cuando dividimos nuestras sesiones de organización en pequeños tractos, en sesiones cortas de 10 ó 15 minutos, o cuando fraccionamos la habitación o lo que tengamos que organizar en secciones como un cajón, o la superficie de un solo mueble. La organización proactiva es más rápida, porque al hacerse de manera continua, sin esperar a que todo esté hecho un caos terrible, no habrá mucho que ordenar. La organizacion proactiva funciona muy bien para personas que tienen tendencia a paralizarse ante un gran desorden. También, si no disfrutas el proceso de organización (sé que parece raro, pero habemos quienes amamos organizar un gran desorden jaja!), es mejor que lo hagas de a poquitos, bajo la filosofía de “al mal paso darle prisa”. O si simplemente no te es posible sacar todo un día o toda una mañana para ordenar un espacio. Ninguno de estos dos estilos o enfoques está correcto o incorrecto. Simplemente son dos maneras diferentes de solucionar un mismo problema. En mi caso, combino los dos estilos dependiendo del área que sea. Por ejemplo, prefiero darle mantenimiento continuo (diario) a la mesa del comedor, los sillones, la cocina y los baños. Por ejemplo, justo antes de ducharme, reviso a ver si hay alguna botella de shampoo vacía, o rápidamente reordeno los recipientes de gel para el cabello, cremas y otros que tenemos en una mesita, o reacomodo los paños (toallas) limpios de manera que no estén torcidos o mal doblados. Pero en otras áreas, parece que el desorden no me estorba tanto, sino hasta que ya se hace demasiado evidente. Entonces es cuando se me hace imposible comenzar a trabajar sin antes ordenar mi escritorio, le dedico dos horas, y lo dejo impecable. Lo mismo con el “cuarto del terror”. Generalmente está ordenado de forma aceptable, sé dónde está todo, se puede caminar dentro de él, etc. Pero a veces, por una circunstancia u otra, se sale de control, y entonces cuando lo veo así, prefiero cerrar la puerta y hacerme de cuentas que no existe. Hasta que no lo soporto más y entonces le dedico todo un día y lo dejo como nuevo. Sin importar cuál sea tu enfoque preferido, recuerda que antes de iniciar cualquier proyecto de organización, sea pequeño o grande, de mantenimiento o de emergencia, debemos seguir la “regla de oro de la organización“, y es eliminar las cosas que no necesitamos. Si no eliminamos, nuestro proceso de organizar un espacio se convertirá más bien en un mover para acá y para allá, acomodar y esconder en cajitas y recipientes y canastitas, cosas innecesarias. Y eso no es organizar. Ponlo en práctica! Analízate y encuentra tu estilo de organización, y ponte en acción hoy mismo! Escoge un espacio, cualquiera, y dedícale tiempo hoy. No mañana ni el fin de semana, hoy mismo! Si hoy no tienes mucho tiempo, tienes dos opciones: Escoger otro espacio más pequeño: una repisa/balda, una pila de camisetas, una sección de la despensa. Realizar una tarea corta como parte de organizar un espacio grande: retirar la basura evidente, realizar un escaneo rápido en busca de cosas que no pertenenzcan a ese espacio, levantar las cosas del piso, pasar la escoba. La cosa es hacer algo hoy, para poner en movimiento esas ruedas que a veces parece que se atascan. Adelante, tú puedes!
Cómo preparate para una mudanza. Organiza tu mudanza a otra casa de forma rápida y efectiva con estos consejos. Úsalos cada vez que vayas a cambiar de casa.
Tener una casa organizada no tiene por qué ser algo costoso ni complicado. Empieza hoy mismo a ordenar tu hogar.
Sabemos que la administración es utilizada para organizar y coordinar eventos, pero también utilizada para organizar nuestros hogares.
Mantener una casa ordenada y limpia parece una tarea I-M-P-O-S-I-B-L-E. Pero créeme que después de leer este post, vas a cambiar tu manera de pensar.
Mañana se cumplirán 2 semanas de que terminamos el Reto 1×30 que hicimos en el grupo privado “Organizadas Unidas” en Facebook. Durante un mes, buscamos y rebuscamos cosas que desechar, unos días un solo objeto, otros días, cientos de objetos. Gracias al Reto logramos ir sacando todos esos objetos que no necesitamos. Ganamos espacio, tranquilidad, pero principalmente nos dimos cuenta de que sí se puede, y que la verdad no era tan difícil como lo imaginábamos. Para ser exactas, nos deshicimos de 15,345 objetos. Pero… y aquí está el detalle, como decía Cantinflas… Todos esos objetos, VOLVERÁN! Al menor descuido, en lugar de sacar la blusa manchada, la volveremos a meter en el armario. O en lugar de llevar los periódicos al reciclaje, los pondremos en un rincón, “mientras tanto”. Inevitablemente, las cosas se nos van acumulando, si no establecemos un sistema de mantenimiento. Cómo mantener la casa organizada? Como vimos en el Reto, eliminar cosas es motivante, hasta emocionante, se siente rico sacar cosas! El truco está en MANTENER, y así evitar que se nos vuelva a llenar la casa de chunches viejos. Hay varias formas de establecer un sistema de mantenimiento en tu hogar, y así lograr que tus espacios continúen organizados. Mantenimiento inmediato Esta es una de las maneras más fáciles de dar mantenimiento a tus espacios. Es cuando das mantenimiento continuo, de manera que, si compras un objeto, inmediatamente sacas otro que no necesites. Por ejemplo, si te compras una blusa nueva, de una vez cuando la estás guardando en el clóset buscas entre tus blusas viejitas, y sacas alguna, ya sea para desechar o para donar. Fácil verdad? Cómo implementarlo fácilmente? – Ubica una bolsa de papel en cada ropero, que sea específicamente para ir echando las prendas para donación. También, establece una “estación de donaciones” en algún rinconcito de tu casa. Puede ser algo tan sencillo como una cajita de cartón, una canasta, u otro tipo de recipiente, en el cual vas a ir depositando las cosas que desees regalar a alguna amiga, familiar, o llevar a algún centro donde reciban donaciones. Enséñale a tu familia esta nueva estrategia, de manera que todos sepan qué hacer con las cosas que quieran desechar. Mantenimiento periódico Otra manera más o menos fácil de mantener tus espacios organizados es hacerte un cronograma, de tal manera que les des una repasadita cada día (para áreas muy problemáticas), cada semana, cada mes, o cada 3 ó 6 meses (áreas muy poco utilizadas). Este es el mismo principio que uso en el Planificador de Tareas del Hogar, en el cual las tareas más necesarias (como lavar los platos y los servicios sanitarios) se hacen a diario, mientras que las tareas menos necesarias o menos visibles (como limpiar las lámparas o las molduras de los pisos) se hacen con menos frecuencia. El truco está en determinar con qué frecuencia debemos trabajar en los espacios, de manera que no lleguen al punto de caos, y hacerlo cuando llegue el momento sin falta. Entre más frecuentemente trabajemos en los espacios, más fácil será mantenerlos. Si lo hacemos con menos frecuencia de la necesaria, comenzaremos a sentir incomodidad, a ver suciedad, y a sentirnos estresadas cada vez que vemos ese espacio, mueble, etc. Cómo implementarlo fácilmente? – Utiliza una agenda o un calendario para planificar tus sesiones de organización, distribuyéndolas de acuerdo a tu disponibilidad, y tratando de que las sesiones no sean muy largas y por ende agotadoras. Luego, trata de apegarte a ese horario o plan, y así te darás cuenta en qué áreas necesitas hacer ajustes. Mantenimiento urgente Es muy probable que con sólo leer ese título, ya te haya dado estrés. Sin embargo, así es como vivimos y trabajamos la organización en nuestro hogar muchas veces. Hasta que las cosas no nos caen encima al abrir el aparador, no nos ponemos a ordenar. A mí también me pasa 🙁 Este sistema provoca ansiedad, mal humor, hasta ganas de sentarse a llorar, dependiendo del nivel de desorden. Y cuando se llega a este punto, es muy difícil seguir trabajando en la organización de esa área hasta llevar el proyecto a buen término. Es muy fácil y muy común “quedarnos de camino”. La única ventaja que tiene este sistema, es que cuando se realiza, la satisfacción que sentimos es muy grande, aunque nos hayamos pasado todo el día ordenando, sin bañarnos y sin comer. Cómo implementarlo fácilmente? – Lastimosamente no hay forma fácil de organizar de manera urgente. Lo único que se puede hacer para aligerar la tarea es trabajar sin niños en la casa, ducharnos y vestirnos antes de empezar (por si hay que salir de la casa a comprar alguna cosa), reunir las herramientas necesarias (bolsas de basura, rotuladores, cajas, recipientes, etc.), y tener a mano algo rápido para comer, o dinero para llamar a la pizzería o algo así. Cómo lo hago yo En mi caso, hago una mezcla de los primeros dos sistemas (inmediato y periódico), dependiendo de las áreas en cuestión. Por ejemplo, mantengo la cocina, el desayunador, la mesa del comedor, y los sillones ordenados y sin cosas fuera de lugar o que no pertenezcan al área (ropa sin doblar, bolsos, zapatos, papeles, etc.) Esto lo hago a diario y sin falta. Luego las áreas menos visibles, como la alacena/despensa, la ordeno cada vez que traigo compras nuevas. Antes de guardar las compras, le doy una ordenadita a los artículos que tengo, reacomodo, hago espacio, y luego guardo lo que compré. Lo mismo la refri/frigorífico. Una vez por semana, generalmente antes de ir a comprar los vegetales de la semana, le doy una repasadita, reviso que no haya ningún “experimento científico” en algún tarro olvidado, limpio rápidamente los niveles y cajones, y la refri queda lista para recibir las nuevas verduras y frutas. Pero por supuesto, hay ocasiones en que se me olvidan ciertas áreas, hasta que ya es imposible no verlas. Es entonces cuando me pica “el bicho de la organización”, y hago una maratónica de orden. Sin embargo, mi tolerancia al desorden es poca, entonces estas sesiones maratónicas no lo son tanto. Sí se llevan unas horas, pero tampoco es como “el fin del mundo”. Cómo implementarlo? Ahora que tenemos nuestra casita con menos cosas, sería bueno tomar una foto (mental o con el teléfono) de cómo se encuentra ahora, y recordar cómo estaba antes de que sacáramos todas las cosas innecesarias, y hacernos un plan de trabajo para evitar que vuelva a ser como antes. Ponte como meta dedicar unos minutos cada día, o una hora cada semana, a darle mantenimiento a tus espacios, eliminar lo que no se necesite, reacomodar lo que esté desordenado, reubicar lo que no pertenezca, etc. Luego detomar este hábito, verás que va siendo cada vez más fácil y rápido devolver tus espacios al “punto de partida”, como cuando reiniciamos la computadora, y hasta podrás espaciar un poco más tus sesiones de mantenimiento. Tú misma te irás dando cuenta de si necesitas dedicar más tiempo a tus espacios, o si más bien, gracias a tus nuevos hábitos de eliminar lo innecesario y poner las cosas en su lugar, va siendo más y más fácil mantener tu casa ordenada. Has implementado alguno de estos sistemas para mantener tus espacios organizados? Cuéntame los resultados que has tenido, o implementa uno de estos enfoques y cuéntame cómo te va. Me encantaría saberlo!
Con sólo dedicar 30 minutos a cada aposento de tu hogar esta semana, verás resultados sorprendentes. Para que esta técnica funcione, necesitas cronometrar los 30 minutos, ya sea con una alarma en el celular, con el reloj del microondas, el despertador, etc., trabajar rápido y tratar de ganarle al reloj. Pon tu música favorita, y a trabajar! DIA 1: Sala Comedor El gran cambio en esta área se puede ver sólo con quitar las cosas de las superficies planas, como la mesa de centro, mesitas auxiliares y la mesa del comedor. Bota los periódicos viejos. Tienes un revistero en la sala? Revisa las fechas y la condición de tus revistas. Si son de hace más de seis meses, o si están sucias o arrugadas, bótalas. Quítale las boronas a las sillas del comedor. Pásale un pañito a las mesitas, desempolva un poco los adornos que estén más empolvados. Barre bien (si puedes, corre los muebles un poquito. Si no puedes, no importa). Limpia con un trapito húmedo cualquier manchón que tenga el piso (sólo el manchón). Acomoda los almohadones. Si te sobra tiempo, pásale un poquito de Nais a la mesa (o limpiavidrios, si es de vidrio), y coloca un jarrón o un frutero en el centro. Te quedan 5 segundos? Rocía un poquito de aromatizante. DIA 2: Cocina Nuestra cocina se verá de maravilla tan sólo con tener el fregadero libre de trastos sucios y pasarle un trapito a los mostradores. Alguna vez te has tomado la molestia de tomar el tiempo cuando lavas los platos? Te sorprenderás de ver cuántos logras lavar en sólo 10 minutos. Lávalos, y puedes dejarlos en el escurridor si no te alcanza el tiempo. Lava también el fregadero. Quita de los mostradores todo lo que no pertenezca, como la botella de Salsa Lizano, el pan cuadrado, las pastillas que nos tomamos por la mañana, cajas de té, la azucarera, etc. Pon todo esto en un gabinete o en la refri, y deja sólo lo indispensable. Limpia la cocina, los mostradores y la agarradera de la refri con spray quitagrasa, y quítale las boronas al plato del microondas. Barre bien. Limpia cualquier grasa o manchón que tenga el piso. Coloca un limpión bonito y limpio. DIA 3: Cuarto El foco de atención es tu cama. Tiéndela. No sabes cuánta diferencia hará en tu estado de ánimo el tener tu cama tendida. Luego, recoge toda la ropa del suelo. Si está sucia, al cesto de ropa sucia. Si está limpia, al clóset. Guarda los zapatos. Barre bien (trata de barrer un poco también debajo de la cama).Pásale una servilleta con limpiavidrios al espejo y al tele. Si te queda tiempo, limpia tus mesitas de noche o veladoras con un pañito mojado o de microfibra, para que el polvo no termine en el suelo. DIA 4: Baño Lo más importante es lavar y limpiar bien el servicio sanitario y el lavamanos. El spray que usamos para lavar la ducha sirve de maravilla para lavar el servicio, con un poquito de Ajax. Si no tienes spray de ducha, una botella de agua con cloro funciona igual de bien. Rocíale un poco también a la orilla del sanitario, al aro, la tapa y la parte detrás de la tapa (donde está la marca del sanitario. En mi casa, esa partecilla se pone terrible!). Limpia todo con una toallita desinfectante (o con papel higiénico o una toalla de cocina). Rocía y limpia también el piso alrededor del servicio. Lava el lavamanos y seca la llave del agua para que quede brillante. Limpia el espejo con limpiavidrios y una toalla de papel. Con esta misma toalla de papel recoge los cabellos del suelo. Guarda todo lo que esté en el mostrador. Sacude la alfombrita y barre bien. Rocía aromatizante. DIA 5: Cuarto de pilas El cuarto de lavado puede ser un caos de ropa limpia que necesita doblarse, ropa sucia que está para lavar, prendas que necesitan alguna reparación, ropa para planchar, o una terrible combinación de todas las anteriores. Primero que nada, asegúrate de saber cuál montaña de ropa es cuál. Si tienes ropa limpia, dóblala y guárdala. Determina a golpe de ojo si tienes más ropa sucia de color, o más blanca, o más paños, etc. y pon la lavadora a funcionar con esa ropa. Planea un rato en los siguientes dos días para aplanchar aunque sea las prendas más urgentes. Si necesitas llevar algo a arreglar, échalo en una bolsa y déjala en el carro o cerca de tu bolso, para que lo pases dejando a la primera oportunidad. Bota las bolsas de jabón y botellas vacías. Pásale un trapito con desinfectante a la lavadora y secadora, por encima y por el frente. Barre bien. DIA 6: Cuarto de tele / cuarto de los niños Parte de la rutina diaria debería ser recoger los juguetes del suelo.Trata de que esto se haga todos los días, cinco minutos son suficientes. Quita los chunches de la mesita o del mueble del tele, pásale un trapito. Sacude las boronas de los sillones, acomoda almohadones. Limpia el televisor con limpiavidrios. Barre bien. Listo! Media horita en cada habitación te pueden dar un hogar más ordenado, limpio y sin chunches en menos de una semana. Haz la prueba! Si quieres imprimir la lista de tareas por área, haz click aquí.
A todas nos gusta (o al menos “nos gustaría”) que nuestra casa esté limpia, ordenada, y organizada, que no haya cosas tiradas, que no haya polvo. Y muchas veces tenemos la mejor de las intenciones, y nos decidimos a limpiarlo todo muy bien, ordenar todo, sacudir cada superficie, y dejar la casa lista para que nadie viva en ella nunca más para que se mantenga perfecta. Pero, resulta que la casa es para vivir, y pese a nuestros deseos de que nadie se mueva, que nadie toque nada, que no se sienten en ninguna parte, y que no ensucien ni un vaso, la vida sigue su curso. Y casi que en un abrir y cerrar de ojos, lo que acabábamos de limpiar está sucio otra vez. Las dos hermanastras feas de Cenicienta se confabulan contra ella Aquí hay dos culpables muy evidentes, dos hermanas que trabajan durísimo para que nuestros mejores esfuerzos por mantener la casa limpia y ordenada se vayan por el caño. Ellas son: Inconsistencia y Perfección La inconsistencia es aquella que nos susurra al oído que para qué vas a barrer hoy, que es mejor hacerlo “luego”… Andá y ve un ratito tele mejor. Entonces, la semana sin limpiar rápidamente se convierte en dos, y luego en un mes, y ahí seguimos. Y cuando nos damos cuenta, todos los lugares de la casa están del asco. Precisamente lo que me pasó el mes pasado Desde octubre estaba trabajando en el Planificador. Supuestamente “con tiempo”. Luego una cosa y otra, y llegó el 1º de diciembre, y todavía no lograba tenerlo listo para la venta. Entonces ni modo, hubo que poner manos a la obra al Planificador. Lo cual me llevó bastante tiempo, dada la remodelada que le di respecto al del año pasado. Cada día, luego del trabajo, llegaba a la casa, hacía algo para almorzar, medio limpiaba la cocina, y a trabajar, hasta altas horas de la noche. Y no olvidemos que esto fue en diciembre… Con todo y su estrés normal. Con los fines de semana ocupados, y todos los días entre semana trabajando a mil por hora, digamos que me quedaba CERO tiempo para limpiar la casa. Mi esposo y mi hijo hacían ciertas cosas, como lavar los platos y la ropa. Pero todo lo demás quedó en pausa. Para no cansarte, recibí el año con la casa vuelta para el techo. Pero ni modo, el domingo pasado hubo que hacer limpieza general, desde baños hasta roperos, y ahora sí, lo que toca es mantener. Ahora, la señorita Perfección es otra historia Muchas personas son perfeccionistas en diversas áreas: trabajo, estudio, hasta a la hora de ponerse el maquillaje, u ordenar un anaquel. Lo cual no es malo. El perfeccionismo en sí no es malo. Pero, cuando yo dejo de hacer cosas porque por alguna razón (tiempo, recursos, conocimiento) no las puedo hacer perfectas, ahí es cuando se me enreda la cosa. La señorita Perfección nos dice que sólo tenemos 5 minutos, no vale la pena doblar algunas prendas de ropa de las que están en el sofá desde hace un mes, porque sólo tenemos 5 minutos, y en 5 minutos no vamos a terminar de doblar tooooooda la montaña gigante de ropa. La señorita Perfección es la que nos hace creer que es mejor no hacer algo, a hacerlo a medias o poco a poco. Estas dos hermanastras siempre van juntas Una no sobrevive sin la otra. Cuando atacamos a una de ellas, la otra inevitablemente se va debilitando. Y cuando decidimos atacarlas a las dos al mismo tiempo, ahí es cuando vamos a encontrar tranquilidad a la hora de llevar el trabajo de la casa. No podemos dejarnos una, y deshacernos de la otra. Si queremos deshacernos de la perfección, pero continuamos siendo inconsistentes, la casa no camina. Nos veremos haciendo maratones de limpieza de 12 horas, sacudiendo y ordenando, tallando y restregando hasta que se nos cierren los ojos y nos tiemblen las manos. Si en cambio queremos deshacernos de la inconsistencia, pero seguimos buscando la perfección, la que va a sufrir no será la casa, sino nosotras. Nos viene la frustración, el sentimiento de desespero, la sensación de que nuestros esfuerzos son inútiles. A atacar a esas feas hermanastras! Cómo sacar a esas horribles visitantes de nuestra mente? En lo que al trabajo del hogar respecta, es mejor hacer algo a medias, que no hacerlo del todo. Y si hacemos las tareas con la consistencia adecuada, aunque sea “medio mal hechas”, a las pocas semanas se irán haciendo más fáciles, y nos volveremos más eficientes a la hora de hacerlas. [Tweet “En lo que al trabajo del hogar respecta, es mejor hacer algo a medias, que no hacerlo del todo.”] El Planificador de Mi Casa Organizada te ayuda exactamente a erradicar tanto la inconsistencia como la perfección. Todas las semanas, el Planificador te presenta las tareas más importantes, en orden de prioridad, y además, están divididas en pasos pequeños, lo cual reforzará en tu mente la idea de que es mejor hacer un poquito, antes que no hacer nada. El Planificador es una excelente herramienta, si continuamente te sientes abrumada con las tareas del hogar, si no sabes por dónde comenzar, si no tienes tiempo para hacer siquiera las cosas mínimas en tu casa, si vives en un caos perenne de platos sucios, ropa tirada y pisos sin barrer. Créeme, yo también he pasado por toooodo eso, y por eso precisamente fue que creé el Planificador, porque sé que funciona. Dale click aquí para saber más acerca del Planificador Mi Casa Organizada 2017. Ahora te toca a ti Qué lugar ocupan la perfección y la inconsistencia en tu vida? Las alimentas a diario, o por el contrario, quieres sacarlas de tu vida? Comenta!
35 buenas razones para implementar el hábito diario de lavar los platos y recoger la cocina todas las noches, para un buen funcionamiento del hogar.
Primera mitad de cada semana
Debemos entender que el ordenar no significa dejar vacía nuestra casa o que dé la impresión de estar ordenada solo para cuando tengamos visitas.
Organize sua vida e a rotina da sua casa com o Fichário da Casa Organizada. O planner de organização completo para organizar todas as areas da sua vida.
Artículo de Ordena Mamushkas para Organizarte Magazine ¿Qué sentimientos te genera cada imagen? Intentemos imaginar, por un momento, dos escen
En esta era de tanta tecnología, el término “reiniciar” o “resetear” se nos ha hecho cotidiano. Reiniciamos la computadora, el celular, la tablet, y generalmente lo hacemos cuando el aparato en cuestión no está funcionando como debiera. Así como “reiniciamos” la computadora o el celular para hacerlos funcionar más ágilmente, sin fallos y sin atrasos, así también debemos continuamente reiniciar otros sistemas, que no son electrónicos, pero que usamos en nuestra vida diaria. Veamos cuáles son algunos de esos sistemas, y cómo podemos reiniciarlos para que funcionen mejor: 1. El bolso o cartera de mano Antes de iniciar una nueva semana, revisa tu bolso, y reordena el contenido. Si acostumbras cambiar de bolso, cámbialo de una vez, y no lo dejes para el día siguiente, cuando andas en carreras y no hay tiempo de nada. Saca papeles, envolturas, y cualquier artículo que andes cargando en él y que no necesites. Cambia el lápiz labial para usar un color diferente. Empaca más mentitas o goma de mascar, pañuelitos desechables, y productos de higiene femenina. Revisa que tengas todo lo que necesitas para la semana: dinero en efectivo, la identificación de tu empresa, la tarjeta para el pase electrónico de tu vehículo, el cargador del celular, tu agenda, la sombrilla, y cualquier otra cosa que necesites. 2. El automóvil Semanalmente, o cada 15 días como máximo, llena el tanque de combustible. Revisa el aceite, el agua, el líquido de frenos, las luces y la presión de las llantas, incluyendo la del repuesto. Saca basura, y todo lo que no necesites andar jalando, lávalo o llévalo al autolavado, o al menos aspíralo. Si tienes que ir a dejar alguna cosa al día siguiente, colócala de una vez en el maletero, o si acostumbras usar bolsas reutilizables en el súper, mételas de una vez en el carro para que no se te olviden el día de hacer la compra (todo el tiempo me pasa). No olvides las sombrillas o abrigos que tú y tu familia podrían necesitar, y si tienes niños, es útil andar algún snack, una botella de agua, y alguna almohadita o juguete para que se entretengan. Y acostúmbrate a andar monedas o algún billete en el carro, para pagar los peajes o derechos de circulación, en caso de que en tu país se haga esto, y se deba pagar en efectivo (en Costa Rica es así). 3. La plataforma de aterrizaje En la plataforma de aterrizaje “caen” todas las cosas que traemos en las manos al entrar a la casa, pero no necesariamente vamos a necesitar todas esas cosas al día siguiente. Así que debemos “reiniciar” la plataforma antes de acostarnos. Esta puede ser una de las tareas de tu rutina nocturna, así no se te olvidará hacerla. Cambia los abrigos y zapatos que estén sucios, saca los recipientes de los almuerzos, revisa todo lo que necesitarás al día siguiente, y déjalo listo. Acostumbra a los chicos a que hagan esto cada noche, es un hábito que les ayudará toda la vida. 4. La billetera / cartera / monedero Esto lo puedes hacer de una vez cuando “reinicias” tu bolso cada semana. Yo acostumbro sacar las facturas, sacar monedas si ando muchas, revisar si necesito sacar efectivo del cajero, y también si puedo, escondo un billetito en algún rincón de la cartera, en caso de alguna emergencia, como le sucedió a una Organizada un día de estos: 5. El bolso del gimnasio El concepto de “reinicio” es el mismo que en los puntos anteriores. Sacar lo que ya se usó, rellenar con lo que se necesitará: cambiar la ropa sucia por prendas limpias, recordar poner en ella la botella de agua y un snack post-ejercicio, revisar que vaya la identificación, el dinero para pagar la membresía, y otras cosas necesarias. La idea es dejarlo todo listo para simplemente tomarlo y salir de la casa. ——- Este concepto puede aplicarse también a otras áreas. Por ejemplo, si acostumbras entrar a tu casa sin zapatos, puede que en el vestíbulo se te acumulen varios pares. Una vez por semana, reúne todos los zapatos y devuélvelos a su lugar. Otra manera de reiniciar, es la limpieza rápida que hacemos al refrigerador / frigorífico antes de ir a comprar. Así es más fácil limpiarlo, y queda listo para recibir alimentos frescos. Incluso, la “revisión de 5 minutos” que hacemos por la casa antes de acostarnos, es un método para “reiniciar” la casa. Poner los cojines de la sala de nuevo en su sitio, recoger basuritas o trastos sucios que hayan quedado por ahí, ordenar las sillas del comedor, limpiar la cocina (estufa), son tareas que podemos hacer para “reiniciar” la casa, y que quede lista para un nuevo día. En qué otras oportunidades podrías implementar la costumbre de “reiniciar” tus sistemas, para que funcionen sin trabas?
Cuando debemos volver a trabajar luego de un período, sea que hemos estado en licencia por maternidad, o nos hemos tomado un tiempo para criar a los chicos, o porque es la primera vez en la vida que trabajamos fuera de la casa, es natural atravesar un tiempo de ajuste, mientras las cosas vuelven a su “nueva normalidad”. Es probable que durante el tiempo que no estuvimos trabajando fuera de casa, tuviéramos todos los quehaceres de la casa al día, la comida a tiempo, las compras hechas, la ropa lavada, doblada y planchada, etc. Sin embargo, estas cosas pueden cambiar al entrar a trabajar, ya que, como es obvio, vamos a tener menos tiempo (y menos energía) que antes para dedicarle a la casa. Así que hoy te traigo algunos consejos para hacer más fácil la transición al regresar al trabajo. Consejos para volver a trabajar luego de ser ama de casa 1. Olvídate de “lo haré cuando tenga tiempo” Si dejas algo para “luego-luego-luego”, sin determinar exactamente “cuándo”, adivina… ese “luego” no llegará nunca. Determina la urgencia del quehacer, y dale la prioridad que requiere, aunque tengas que sacrificar un poco de tu tiempo de descanso. Por ejemplo, si durante el fin de semana no lavas los uniformes, la próxima semana no tendrás uniformes limpios para ir a trabajar. Por otro lado, no le des prioridad a lo que no sea urgente (por ahora). Durante este período de ajustes, es mejor enfocarse en lo necesario solamente. Y para lo demás, podrías establecer un momento en el futuro (“dentro de un mes”) para reevaluar tu nueva rutina, y agregar esas tareas que has dejado de lado, antes de que se conviertan en “tareas urgentes”. 2. Involucra a los demás miembros de la familia Tu trabajo fuera de casa beneficia a todos los miembros de tu familia, sea que tu salario se destine a pagar deudas, o a dar un poco de holgura al presupuesto familiar. Por lo tanto, habla con tu familia, y establece obligaciones. No se trata de: “necesito que me ayuden”, porque esta directriz es muy ambigua; sino más bien en la línea de “de qué te quieres encargar tú?”, o “Juan se encargará de sacar la basura todos los miércoles”. Procura que sean tareas específicas, y de poner expectativas claras. Por ejemplo, si alguien más se encarga de “ordenar la cocina”, y sólo lava los platos, en lugar de limpiar los derrames y boronas, secar y guardar los platos “como tú lo haces”, es porque la expectativa no está clara, y hay que repasarla para que no haya malos entendidos. 3. Establece un horario El trabajo de la casa no se acaba nunca, por lo tanto es muy fácil “emocionarnos” y sorprendernos limpiando a las 11 de la noche. En estos casos, lo mejor es establecer un tiempo específico durante el cual nos vamos a encargar de la casa. Una hora, o cuando mucho dos, bastarán para poner algo de orden en las áreas críticas. Adicionalmente, si trabajas en tu propia empresa, o tienes la flexibilidad de establecer tu propio horario de trabajo, o si tienes que llevarte trabajo a casa, determina cuáles horas van a ser tus “horas de trabajo”, y respétalas. Procura ser razonable, no te quedes trabajando hasta las mil, recuerda tomar descansos para comer un snack, hidratarte, estirarte, descansar los pies (si trabajas de pie), comer tu almuerzo, etc. Así no te agotarás. 4. Simplifica tu menú Si cuando no trabajabas fuera de casa acostumbrabas preparar un plato fuerte, tres acompañamientos y postre para la cena, ahora vas a tener que simplificarte, y talvez preparar un plato fuerte y un acompañamiento solamente. Busca recetas que te permitan cocinar una vez y comer dos veces de ella (una lasaña grande por ejemplo), utiliza la olla de cocimiento lento, prepara arroz para más de una comida, compra cortes de carne ya adobados, listos para poner rápidamente al sartén. Y en casos de emergencia, abre una lata de atún, haz sándwiches, prepara hotdogs, o hierve una pasta y mézclala con una salsa de frasco. De nada servirá que estés trabajando, si gastas todo tu salario en comer fuera porque no tienes tiempo de cocinar. 5. Acostúmbrate a lavar los platos después de la cena Así como aprendimos recientemente en el Reto que hicimos en el grupo de Facebook Organizadas Unidas, el amanecer con la cocina limpia nos da un “nuevo aire” por la mañana, nos da energía, y nos facilita MUCHO la preparación de los alimentos. Y en caso de un día extremadamente ocupado, saca la vajilla plástica, úsala y tírala. Nadie se va a morir por ello. 6. Trabaja un poco el fin de semana Soy enemiga de pasarme el fin de semana limpiando y lavando cosas, porque mi prioridad durante el fin de semana es pasar tiempo con mi familia, pero si la situación lo amerita, habrá que hacer al menos algunas cosas. Concéntrate en las tareas más urgentes, esas que si no se hacen, interrumpen o perjudican grandemente el flujo de la semana: ropa, preparar comidas o ingredientes con anticipación, limpiar las áreas que más se utilizan. El Planificador Mi Casa Organizada es un muy buen aliado para ayudarte a priorizar las tareas de la casa, y concentrarte en aquellas que realmente necesitas hacer. 7. Entre menos cosas tengas, menos cosas tendrás que limpiar Haz el esfuerzo por ir disminuyendo el número de cosas innecesarias en tu hogar, comenzando por lo más obvio (cosas que ya no le sirven a nadie, que están dañadas, etc.), y continuando con los objetos que estén en las áreas de la casa que más se utilizan, generalmente la cocina, el dormitorio, la sala de estar y el baño. No permitas que se hagan “montañas” de cosas, sean papeles, abrigos, zapatos, lápices, ropa “no del todo sucia”, y cosas así, porque son estas “montañas” las que le dan el aspecto “desastroso” a nuestro hogar. Aunque el piso esté un poco sucio y haya platos sin lavar, si la casa no tiene “pilas” o “montañas” de cosas por todas partes, se verá más ordenada, y será más fácil de limpiar. 8. No olvides tus “no negociables” Recuerda que los “no negociables” son las tareas que mantienen tu casa funcionando, aun cuando estés atravesando un período estresante y lleno de cambios como este. Si estás demasiado limitada de tiempo, al menos haz tus “no negociables” como mínimo, hasta que logres ir haciéndole espacio a las demás tareas. Espero que estos consejos te sirvan para hacer esta transición un poco más fácil para ti y para aquellos con los que compartes tu vida. Disfruta de esta nueva etapa, y sácale el mayor provecho! Qué otros consejos tienes para quienes cuidan del hogar y además trabajan fuera de casa? Comenta!
Mantener una casa ordenada y limpia parece una tarea I-M-P-O-S-I-B-L-E. Pero créeme que después de leer este post, vas a cambiar tu manera de pensar.
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Estos cambios de mentalidad te ayudarán a tener éxito en ordenar tu casa y mantenerte ordenada. Supera los obstáculos y conquista tu casa.
En esta página he reunido todos los retos del Desafío 31 Días de Organización, para que te sea más fácil seguirlos. Pero, si deseas tenerlos todos a mano en un folleto imprimible, para hacerlos cuando quieras, puedes comprar la Guía 31 Días de Organización. Dale click aquí para comprar la Guía o ver más información Este Desafío te guiará por esas áreas de la casa que siempre se nos olvida organizar. Al final de los 31 días, tu casa estará más ordenada, y se sentirá más ligera y limpia, tendrás más espacio limpio, y estarás 31 pasos más cerca de tener un hogar altamente organizado y funcional. Es aconsejable hacer este desafío periódicamente, al menos una vez al año, para darle mantenimiento a esas áreas. Sólo te tomará 15 minutos, y la verdad hace una gran diferencia! Este Desafío es sólo para valientes. Te animas? Únete hoy mismo! Adquiere la Guía: Desafíos diarios: Volver arriba Comprar la Guía 31 Días de Organización
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Los 6 Pasos para Lograr una Buena Organización. Una técnica simple y fácil, que puedes repetir sistemáticamente para organizar toda tu casa.
Ser mamá te agrega un grado más de responsabilidad y al mismo tiempo limita un poco tu disponibilidad para dedicarte a ti. Y, si no te dedicas a ti aunque sea unos minutos al día, va a ser más fácil que acabes siendo una mamá más estresada y frustrada con la vida. Así que, vamos a conocer los tips súper reales que aplico casi a diario ( si tu hijo es pequeño, no siempre vas a poder ) para ser una mamá más organizada y productiva. 1. Siempre usa una agenda Ya sea que prefieras una agenda física o virtual, siempre deberías usarla para poder tener claro el rumbo que quieres tener tanto a largo, mediano y corto plazo. Parece muy pesado al inicio, si no tienes el hábito aún, pero es algo que vale totalmente la pena. Yo uso una agenda física convencional y un cuaderno punteado especial para bullet journal. Este último lo uso para explayarme en mis proyectos personales y apuntar nuevas ideas. Trata de realizar tu planificación semanal los domingos por la noche o muy temprano, para así aprovechar el balance semanal anterior y corregir para mejorar. Si quieres puedes ver con más detalle cómo usar el método bullet journal. 2. Define tus objetivos No, no estoy redundando con el punto anterior, a lo que me refiero es que tienes que ahondar más en los objetivos de vida que realmente quieres lograr. Sea el que sea, es mejor que cumpla ciertas condiciones para poder realmente trabajar en ello. Sino, estaremos trabajando por las puras y esperando frutos que tal vez nunca lleguen. Una de las técnicas que me gusta aplicar para evaluar si mi objetivo vale la pena, es la técnica SMART. Te dejo el enlace para que puedas ver de qué trata y cómo aplicarla, es muy fácil y rápida. 3. Arma tu rutina personal Me refiero, a que realmente te pongas a diseñar la rutina que más se pueda adaptar a tu vida diaria. Y vas a tener que rediseñar cada que encuentres alguna oportunidad de mejora u obstáculos. Lo lindo de esto está en visualizarlo y pasarlo a papel, para realmente ponerle más compromiso. Te recomiendo iniciar el día dedicándote netamente a ti, ya sea reflexionando sobre tu vida y/o peinándote, vistiendo cómodamente o lo que te haga bien. Sé que siendo mamá, esto es algo más complicado de cumplir siempre, pero debemos esforzarnos un poquito más para tratar de hacerlo más frecuente. No vale torturarse porque no siempre puedas hacerlo, es algo que hay que aceptar desde el inicio y así reducir frustraciones. Aprovecha que tu hijo está durmiendo e imagina que eres solo tú dedicándote a ti. Trata de personalizar las rutinas por días y no hacer la misma toda la semana, a veces ya tenemos otras actividades que sí o sí deben darse. Siempre revisa la noche anterior si necesitarás hacer algún cambio y disminuir el tiempo perdido del día. 4. Aliméntate bien ¿ Piensas que no tiene nada que ver? Pues, estás muy equivocada si es así. El estar bien alimentada,, implica que podrás tener la energía suficiente para realizar todas las actividades que planificas. Tal vez, lo dejamos de lado para priorizar la alimentación de nuestros hijos. Me pasó, no te preocupes. Pero, es momento que te lo tomes en serio. Te hará sentir y lucir mejor. 5. Ordena tu espacio personal y hogar Mantener ordenada el área de tu habitación hará que te sientas más cómoda y menos estresada. No sé si compartes, las labores con tu pareja, pero siempre debes hacerlo. Ya sabemos que los hijos desordenan al mismo tiempo que ordenamos, es todo muy pesado. Pero, siempre tratemos de aprovechar cuando estén ellos ocupados o distraídos para ordenar todo lo posible. 6. Analiza cómo va tu vida Puedes usar diferentes técnicas y herramientas para ello. Pero, es muy importante que lo realices tanto a nivel semanal, mensual y anual. Te ayudará a replantear algunos objetivos, y celebrar pequeñas victorias en el camino. Te recomiendo, usar la rueda de la vida, una técnica que puedes realizar a mano o descargarte una app . Con esta técnica, vas a poder evaluar cuantitativamente el cómo te va en cada aspecto que elijas de tu vida y podrás visualizar dónde debes dedicarle más atención para mejorar. Espero te haya dado más ideas para organizarte y ser una mamá más productiva. Sígueme en mis redes, que estaré compartiendo más información valiosa para ti.
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