Reseña de El cuento de la criada, de Margaret Atwood, antes de su reedición de Salamandra y el estreno de la serie de Hulu.
Está claro: la vida es demasiado corta como para perderla leyendo libros malos... cuando existen tantísimas obras interesantes por descubrir.
El cuento de la criada, de Margaret Atwood, se ha convertido en un clásico ya desde su estreno en 1985, aunque ha sido la serie de Hulu, emitida en HBO, la que ha terminado de dar visibilidad universal a esta obra en la que tienen un peso fundamental la memoria, la feminidad y el medio ambiente.
[ADVERTENCIA: EN EL PRESENTE ARTÍCULO SE REVELAN IMPORTANTES DETALLES DE LA TRAMA DE ESTA SERIE (Y DE LA NOVELA QUE LA INSPIRA).] Como ya tuve ocasión de comentar en mi primera aproximación a lo que podríamos denominar el “universo Cuento de la Criada”, formado por la novela homónima de Margaret Atwood (1985), su primera adaptación para el cine –el largometraje El cuento de la doncella (The Handmaid’s Tale, 1990, Volker Schlöndorff)–, y la segunda para televisión –la serie El cuento de la criada (The Handmaid’s Tale, 2017- )–, hasta ese momento no había tenido la ocasión de leer el mencionado libro de Atwood (1). Una vez leído, en una reciente reedición española a cargo de Salamandra (octubre de 2020) que incluye una introducción añadida por Atwood a las ediciones publicadas con posterioridad al éxito de la serie protagonizada por Elisabeth Moss, me ha parecido una obra excelente, hasta el punto de que pienso leer su continuación escrita, asimismo, por Atwood –Los testamentos, también publicada en castellano por Salamandra en 2019–, tan pronto como me sea posible. Escribo estas líneas tras haber leído la novela y a falta de revisar la película de Schlöndorff basada en la misma, un visionado demasiado lejano en el tiempo como para pronunciarme con rigor sobre ella, por más que puedo avanzar, sobre la base de ese vago recuerdo, algo que, me imagino, habrá sido ya sobradamente comentado, con lo cual doy por sentado de que no estoy descubriendo nada: que tanto el film de Schlöndorff como la primera temporada de la serie son adaptaciones razonablemente fieles a la trama del libro. Mi intención es escribir más aproximaciones al “universo Cuento de la Criada” en cuanto haya revisado El cuento de la doncella, visto la cuarta temporada de la serie –y ya se ha anunciado la realización de una quinta–, y leído Los testamentos. Lo primero que me ha llamado la atención de la novela son las declaraciones de su autora en la mencionada introducción incluida en las ediciones más recientes del libro. En una de ellas explica el que, a su entender, es el origen de la idea de que la protagonista de la serie se llame June, tal y como creen, asimismo, muchos lectores, cuando en la novela no tiene nombre, salvo el que usan sus amos para denominarla: Defred. “Cuando empecé –escribe Atwood–, “El cuento de la criada” se llamaba “Offred”, el nombre de su personaje principal. Está compuesto por el nombre de pila de un hombre, Fred, y el prefijo que denota posesión: es como el “de” en francés y español, el “von” del alemán, o el sufijo “son” de los apellidos ingleses, como Williamson. El nombre insinuaba también otra posible interpretación: “offred”, “ofrecida”, que aludía a una ofrenda religiosa, o a una víctima ofrecida en sacrificio. ¿Por qué no llegamos a conocer en ningún momento el verdadero nombre del personaje principal? Me lo preguntan a menudo. Porque, respondo, a lo largo de la historia mucha gente ha visto su nombre cambiado, o simplemente ha desaparecido de la vista. Hay quien deduce que el verdadero nombre de Defred es June porque, de todos los nombres susurrados entre las criadas en el gimnasio/ dormitorio, June es el único que no vuelve a aparecer nunca más. No era esa mi idea original, pero, como encaja, los lectores son libres de creerlo si así lo desean” (2). La escritora se refiere concretamente a la línea final del capítulo I, Primera Parte (La noche), en la que la protagonista recuerda cómo las criadas sometidas a adiestramiento comunicaban de una cama a otra sus nombres de pila: “Alma, Janine, Dolores, Moira, June”. También menciona de pasada un dato que, ignorante de mí, desconocía por completo: la existencia de una ópera basada en su novela –The Handmaid’s Tale (2000), compuesta por Poul Ruders y con libreto de Paul Bentley–, un ballet –The Handmaid’s Tale (2013), con coreografía de Lila York– y un cómic –The Handmaid’s Tale: The Graphic Novel (2019), con dibujos de Renée Nault–. A falta, como digo, de recordar con precisión la versión de Schlöndorff, la serie toma de la novela muchas cosas, entre ellas su construcción narrativa a base de flasbhacks, con la salvedad, recordemos, de que, en el arranque del primer capítulo de la primera temporada de la serie, veíamos a June/ Defred huyendo de la persecución de los Guardianes de Gilead junto con su marido Luke (O-T. Fagbenie) y su hija Hannah (Raven Riley Dupont/ Ayomi Jonas/ Jordana Blake en distintas edades), así como la captura de June y Hannah, las cuales dan a Luke por muerto. En cambio, la novela nos presenta a la protagonista ya sometida al adiestramiento especialmente concebido para asegurar la sumisión y fertilidad de las Criadas a manos de las Tías, las guardianas femeninas, y la descripción del intento de huida de Defred y su familia no aparece hasta bien avanzado el libro en forma, asimismo, de flashback, literario en este caso. Por cierto, en la novela no se menciona para nada que Luke sea, como en la serie, de raza negra, ni, por descontado, el carácter mestizo de Hannah, por más que la raza de estos personajes no resulta relevante a la hora de caracterizar a los mismos, a no ser que lo interpretemos como un ejemplo práctico del pensamiento progresista y sin prejuicios de June. Y, ya que estamos con los personajes, también llama la atención que la protagonista del libro se describa a sí misma del siguiente modo: “Tengo treinta y tres años y el cabello castaño. Mido uno setenta descalza”. Más cerca, por tanto, de la malograda protagonista de El cuento de la doncella Natasha Richardson y su metro setenta y cinco, por más que fuera rubia, que de Elisabeth Moss y su metro sesenta de estatura y el cabello asimismo rubio que luce en la serie. No obstante, y a diferencia de la serie, el personaje del comandante en la novela y en el film de Schlöndorff (donde corre a cargo de Robert Duvall), y el de su esposa, Serena Joy (Faye Dunaway, en la película), son bastante más mayores que sus homólogos, el comandante Fred Waterford (Joseph Fiennes) y Serena Joy (Yvonne Strahovski) en la serie. ¿A qué se debe este cambio en las edades de estos personajes de la serie con respecto al libro y al largo para el cine? Especulo con que ello se justifica a fin de subrayar, más todavía que en la novela y que en el film de Schlöndorff, que el comandante Waterford se siente secretamente enamorado de su criada Defred/ June, y que le interesa más allá del hecho de que se trate de una mujer joven, y, por tanto, sexualmente más deseable que la esposa ajada imaginada por Atwood y visualizada por Schlöndorff, y eso se debe a que, además, le gusta a nivel intelectual: recordemos que el comandante llama a su criada a su despacho muchas noches… para jugar al Scrabble. El hecho de que en la serie Serena sea una mujer joven y hermosa, y por tanto también atractiva a nivel sexual, además de tanto o más intelectual que su marido, contrasta todavía más con el hecho de que el comandante Waterford ni la ama ni la desea, y en cambio, por contraste, le resulta más atractiva y excitante su criada porque es diferente. El sexo en el libro de Atwood y en la película de Schlöndorff, tiene una importancia a nivel narrativo mayor que en la serie. En la novela, el horrible ritual de la Ceremonia destinado a conseguir que el comandante insemine a su criada, y que no es más que una repugnante violación en toda regla, está descrito con todo detalle. No solo eso: la protagonista del libro, el cual está narrado en primera persona por aquélla, es una mujer que piensa por sí misma y lucha con tal de impedir que los tiranos de Gilead le laven el cerebro y la conviertan en una sierva sumisa y paridora sin más. Además, la Defred de Atwood es una mujer joven, viva y sensual, a la que le gusta el sexo y no se le van de la cabeza sus ganas de follar. De hecho, una de las cosas que más la agravian de su condición de esclava sexual consiste, precisamente, en que tiene que follar no cuando ella quiere y con quien quiere, sino cuando se lo ordenan y con quien se lo ordenan por el mero hecho de ser mujer. En un momento de la novela, mientras la protagonista está tomando un baño, Atwood pone en su mente la siguiente reflexión: “Mi desnudez me resulta extraña. Mi cuerpo parece anticuado. ¿De verdad me ponía bañador para ir a la playa? Lo hacía sin reparar en ello, entre los hombres, sin importarme que mis piernas, mis brazos, mis muslos y mi espalda quedaran al descubierto y alguien los viera: vergonzoso, impúdico. Evito mirar mi cuerpo, no tanto porque vea algo vergonzoso o impúdico, sino porque no quiero verlo. No quiero mirar algo que me determina de forma absoluta”. Quizá fuera por eso que, para compensar la frialdad con la cual la primera temporada de la serie contemplaba la cuestión sexual –es difícil hacer una serie como El cuento de la criada, venderla como un alegato feminista en el que su protagonista es sometida a la vejación de la Ceremonia, y luego tener que explicar que, pese a ser víctima de semejante delito, a Defred le gusta el sexo…–, en el segundo episodio de la segunda temporada, No mujeres (Unwomen, 2018, Mike Barker), se subrayaba el deseo que June siente hacia Nick (Max Minghella), satisfaciendo furiosamente con él su apetito sexual largo tiempo reprimido. La novela culmina con el mismo final ambiguo y abierto del último episodio de la primera temporada de la serie, con Defred/ June conducida por hombres armados que o bien son guardianes, o bien insurrectos disfrazados como tales, que la sacan de la vivienda del comandante y la introducen dentro de una furgoneta que la conducirá quizá a la muerte, quizá a la libertad. Es de suponer que los responsables de la serie prefirieron curarse en salud para el caso de que la misma no superara su primera temporada, pero, gracias al éxito que tuvo, a partir de las siguientes temporadas fueron ampliando la trama del libro. No obstante, el auténtico final de la novela consiste en un capítulo a modo de adenda que al contrario que el resto de la obra no está escrito en primera persona, como ya hemos indicado, sino en tercera persona, y que, básicamente, consiste en la transcripción de una supuesta conferencia impartida en el año 2195 (sic), donde se nos aclara que lo que acabamos de leer no es sino otra transcripción, la del relato de Defred grabado en viejas cintas de casete milagrosamente descubiertas. Cabe preguntarse, llegados a este punto, si Atwood conocía Mecanoescrito del segundo origen (Mecanoscrit del segon origen), la famosa novela de ciencia ficción de Manuel de Pedrolo originalmente publicada en 1974 y editada por primera vez en lengua inglesa en los Estados Unidos en 1985 –el mismo año que se publicó El cuento de la criada–, con el título de Final Trajectory, y cuya conclusión es, como mínimo, parecida. (1) http://elcineseguntfv.blogspot.com/2020/05/el-cuento-de-la-criada-una-primera.html (2) Las declaraciones de Atwood y todos los fragmentos de la novela que cito están extraídos de la mencionada edición española de El cuento de la criada a cargo de Salamandra de octubre de 2020.
Finalizada su segunda temporada en HBO, repasamos los momentos más impactantes de la aclamada ficción.
Elisabeth Moss visitará una una vez más la república de Gilead como June.
Nunca un lugar tan plácido había sido tan aterrador. Los cuentos de la criada nos invitan a hacer un viaje al futuro, a un lugar donde la luz es de color pastel y la vida transcurre aparentemente tranquila bajo los preceptos de un Dios machista y castigador. Gilead es, paradójicamente, Cambridge, en Massachussets, uno de los polos más liberales de Estados Unidos. Hacemos un recorrido por la región antes de que Trump o quien sea cumplan la profecía
A new Folio Society edition of Atwood's landmark dystopian novel is accompanied by striking illustrations from Anna and Elena Balbusso. Here are a selection
Una serie que se ha convertido en una de las más llamativas por su impactante historia, por su ritmo narrativo y por su cuidada puesta en escena.
DEFRED De color a blanco y negro con marco cali7 painting colorDEFRED De color a blanco y negro con marco cali7 DEFRED De color a blanco y negro con granadi
Imagen: The Guardian / Protesta feminista contra Mike Pence en Philadelphia, 2018-07-23 'El cuento de la criada', grito feminista internacional. El atuendo de los personajes de la famosa serie es utilizado para reivindicar los derechos de las mujeres. Joana Rei | El Español, 2018-08-04 https://www.elespanol.com/mundo/20180804/cuento-criada-grito-feminista-internacional/327468002_0.html En las calles de Gilead -la República ideada por Margaret Atwood para ambientar su novela distópica, El cuento de la Criada, que HBO convirtió en serie de éxito- , decenas de mujeres caminan despacio, en una fila ordenada, bajo su capa roja y su cofia blanca. Son mujeres obligadas a despojarse de toda su humanidad, sumisas y sin derechos, ceñidas a su papel reproductor: el de un vientre que puede concebir, anidar y parir y que, por eso, es útil a la sociedad. Ahora, varias organizaciones feministas se sirven de su mismo atuendo para reivindicar sus derechos por todo el mundo. Las mujeres de capa roja y cofia blanca han saltado al mundo real pero ya no en forma de grupo obediente y manso, sino de un ejército, para advertir de que Gilead puede no estar tan lejos si uno no está atento a los desmanes de sus gobiernos. Y el uniforme, de símbolo de opresión, ha pasado a icono de protesta. Fue así que, en mayo de este año, en plena campaña sobre el referéndum por el aborto en Irlanda, decenas de mujeres ataviadas con el mismo traje salieron a la calle para pedir la derogación de la ley que prohibía a las irlandesas abortar en su país. La iniciativa fue del grupo ROSA, bajo el lema 'El embarazo por obligación NO está bien'. El resultado de la votación fue aplastante y el 66% de los irlandeses votaron a favor de reformar la Constitución para legalizar la interrupción del embarazo. Hasta entonces, Irlanda tenía una de las leyes más restrictivas de Europa. La Octava Enmienda, de 1983, equiparaba la vida de la mujer embarazada con la de su feto lo que, en la práctica, resultaba en la prohibición casi total del aborto, incluso en caso de violación, incesto, anomalía fetal o riesgo para la salud de la madre. Derecho a decidir Un poco por todo el mundo, la estética de las manifestaciones proderecho a decidir se ha repetido. En Argentina, donde ahora mismo la ley del aborto está en discusión en el Senado, que votará el próximo 8 de agosto, integrantes del movimiento Periodistas Argentinas se manifestaron a las puertas del Congreso el pasado 10 de julio con el atuendo de las criadas. La propia autora de la novela ha pedido a través de su cuenta de Twitter que el país sudamericano legalice el aborto. "Vicepresidente de Argentina, no ignore cientos de muertes al año provocadas por el aborto ilegal. Dé a las mujeres argentinas el derecho a decidir", escribió. "El traje de criada está siendo adoptado por las mujeres en muchos países como símbolo de protesta sobre varios temas que tienen que ver con la requisición del cuerpo de la mujer por parte del Estado", ha dicho Atwood en declaraciones al británico The Guardian. "En los países que prohíben el control de la natalidad y la información de salud reproductiva, el Estado reclama la propiedad de los cuerpos de las mujeres a través de la maternidad forzada. Lo que el traje realmente le pide a los espectadores es: ¿queremos vivir en un estado esclavo?", pregunta la autora. El atuendo se ha convertido en un icono de la protesta feminista. "Todos los que ven a estos grupos de mujeres saben lo que quieren decir en el contexto de la protesta individual, ya sea en Irlanda, Argentina o Arizona", dice Atwood. Protesta global Cuando Donald Trump decidió nombrar para el Tribunal Supremo al juez conservador Brett Kavanaugh -aún pendiente de confirmación-, una veintena de mujeres protestaron en el Capitolio del Estado de Texas vestidas como los personajes de Atwood, en una manifestación organizada por la Liga Nacional de Acción por los Derechos Reproductivos y el Aborto (Naral). "El elegido para la Corte Suprema de Donald Trump, Brett Kavanaugh, es una amenaza inmediata a nuestros derechos y libertades fundamentales arduamente ganados", dice el grupo. El grupo se ha manifestado de la misma manera varias veces desde 2017 preocupados por la amenaza del retroceso en los derechos sociales en general y los de las mujeres en particular, desde que Trump asumió la presidencia del país. Con el nombramiento de Kavanaugh, que garantiza una mayoría conservadora en el Supremo, temen que sea revocada la histórica decisión de despenalizar el aborto en 1973, como anhelan los apoyantes más conservadores de Trump. Ya este mes, Mike Pence tuvo que enfrentarse a una protesta similar en Philadelphia, donde varias manifestantes, vestidas de la misma forma, se manifestaron en contra de la política de Trump de separar las familias inmigrantes. En febrero de 2018, en Croacia, activistas por los derechos de las mujeres se pusieron las capas rojas para protestar contra la incapacidad de su gobierno de ratificar el Convenio de Estambul, cuyo objetivo es erradicar la violencia de género. Finalmente, el parlamento votó para ratificar la convención en abril. Y el mes pasado, en Londres, las 'criadas' volvieron a la calle para la protesta masiva anti-Trump, cuando el presidente de EEUU visitó el país. "Poco a poco la distopía de Atwood se ve más real. Es desalentador tener que volver a las mismas batallas y luchar contra los intentos de oprimir a las mujeres. No es solo algo que está sucediendo en Estados Unidos. Está sucediendo en todo el mundo", dijo una de las manifestantes en declaraciones a la BBC. En una carta abierta a las autoridades argentinas el mes pasado, Atwood volvía a increpar el Gobierno y a insistir para que legalizara el aborto. "Las mujeres que no pueden tomar sus propias decisiones sobre si deben o no tener bebés están esclavizadas, porque el Estado reivindica la propiedad de sus cuerpos y el derecho a decidir el uso que deben dar a sus cuerpos", analizó. Y terminaba recordando que una democracia de pleno derecho nunca puede existir en una sociedad donde los derechos de las mujeres no están garantizados: "Forzad los partos si queréis, pero por lo menos llamadlo por su nombre: es esclavitud”.
Seleccionamos en esta galería los mejores pósters de la maravillosa MONDO, toda una colección de artistas reimaginando carteles de películas y series.
El artista gráfico israelí se encarga de la portada de Los testamentos , de Margaret Atwood.
¿Has visto ya la serie El cuento de la criada? ¿O tal vez te has leído el libro? Sea como sea, en Diario Femenino hemos preparado nada menos que 12 frases de El cuento de la criada MUY interesantes para reflexionar que te harán pensar (y mucho) sobre la vida. ¿Preparada? ¡Empezamos!
Son ficciones donde se pone el foco en los diferentes aspectos del universo femenino
Cuando parecía difícil volver a asistir a un fenómeno televisivo como aquellos que han marcado la historia de HBO, irrumpe en nuestras pantallas El cuento de la criada, adaptación de la mítica novela de Margaret Atwood, una de las escritoras más aclamadas de la actualidad. Y lo cierto es que ésta es una ficción (o no tanto) televisiva que no podría aparecer en mejor (o peor) momento: la crisis de los refugiados, los inagotables casos de violencia contra las mujeres, las polémicas de los vientres de alquiler, el ingobernable Gobierno de Trump, la deriva ultraconservadora, e incluso abiertamente fascista, que se consolida en España y otros países de Europa y América Hemos querido homenajear a esta clarividente serie reuniendo textos firmados por autores nacionales e internacionales que nos hablan de esta producción en relación con el totalitarismo gestacional, el uso de la propaganda, la ciencia ficción distópica, los sistemas de castas, la historia del puritanismo, el neofeudalismo globalizado, la persistencia de los regímenes penitenciarios clásicos, las referencias filosóficas de sus guiones, sus vínculos y distancias con la novela de Atwood y el resto de su obra, o su extraordinaria puesta en escena, tan rica en términos estéticos como conceptuales. Un recorrido por los temas fundamentales de la serie, aquellos que reflejan, como un espejo oscuro, el terrible trance político y social que atravesamos actualmente.
The Handmaid's TaleEl cuento de la criada, o The Handmaid's Tale (su nombre original) se ha convertido en la serie revelación de los últimos tiempos por diversos motivos...
El retorno de la exitosa serie de Hulu, que continúa libremente la novela de Margaret Atwood, no ha dejado indiferente a nadie. Recopilamos los momentos más chocantes.
Ya tenemos el avance del Capítulo 9 de la Temporada 5 de El Cuento de la Criada. June y Luke se preparan para una misión de rescate.
Los fans de 'El cuento de la criada' pueden empezar a tomar nota de todas la novedades de esta serie protagonizado por Elisabeth Moss. Una serie diferente y transgresora que tiene pendiente el estreno de su cuarta temporada en HBO.
Margaret Atwood predijo el futuro en 'El cuento de la criada', uno que empieza a cumplirse con el tema del aborto en EE.UU..
La exitosa serie de televisión, “El cuento de la criada” (The Handmaid’s Tale), basada en una de las obras más importantes de la escritora canadiense Margaret Atwood, ya tiene tráiler de la segunda temporada. “El cuento de la criada” es, sin duda, la serie del 2017 y así lo han confirmado los numerosos premios recibidos en los Emmy, Globos de…
Descubre todo sobre los personajes de 'El cuento de la criada'. Defred, el comandante Waterford, Serena Joy, Moira, Janine, Rita, Nick, etc.
The Handmaid's Tale, o El cuento de la criada, es una novela publicada en 1985 por la escritora canadiense Margaret Atwood....
El rodaje de 'El cuento de la criada' tuvo que ser suspendido por el coronavirus y la producción acumula meses de retraso
Nunca un lugar tan plácido había sido tan aterrador. Los cuentos de la criada nos invitan a hacer un viaje al futuro, a un lugar donde la luz es de color pastel y la vida transcurre aparentemente tranquila bajo los preceptos de un Dios machista y castigador. Gilead es, paradójicamente, Cambridge, en Massachussets, uno de los polos más liberales de Estados Unidos. Hacemos un recorrido por la región antes de que Trump o quien sea cumplan la profecía
¿Por qué los someten a ablaciones? ¿Qué tipo de ejecuciones hacen en Gilead según el crimen cometido?