La del taller Ábbatte transcurre en un idílico paraje segoviano donde, en tradicionales telares manuales, confeccionan tejidos con un tacto y acabados únicos. Además realizan cursos sobre arte...
Todos hablan sobre la belleza natural de Colombia pero hoy quiero contarles acerca de otra, sí, otra gran belleza, la belleza de su gente. Este país está bordeado por dos océanos y enmarca la idiosincrasia de muchas etnias que han hecho de este país suramericano una raza fuerte, altiva y llena de fortalezas queda como resultado al colombiano. Las mujeres y hombres colombianos son capaces de transformar con su sonrisa, tesón, empuje, gentileza, cordialidad y alegría el mundo que les rodea y a quienes los conocen. Quien llega a Colombia y echa de ver a su gente, se va seguro de querer regresar o dejar que sus raíces broten en este hermoso y gran Macondo de cien años de soledad. Colombia es el país del sí se puede, "hágale" A la gente colombiana no le queda grande "nada" y cuando las fuerzas hacen falta, siempre hay un hágale que mágicamente hace que se puedan conseguir los sueños y alcanzar las metas imposibles. Cuando usted visite este país caribeño, andino, llanero, pastuso, vallecaucano, chocuano, amazónico y escuche: —hágale pues... —hágale mijo... o — hágale mija... ¡hágale!, porque ese es el impulso que usted necesita para lograr lo que quiera y nada le quedará grande. Así son los colombianos. Colombia es sabor de música. El colombiano siempre tiene algo porque celebrar, siempre hay música, rumba, fiestas regionales y reinados. No importa si es de día o de noche, o cuántas personas estén presentes, aquí se aprende a mover las caderas o a moverlas, no en vano es considerado uno de los países más felices del mundo. o sino vea los movimientos ritmicos de Shakira y la alegría rumbera de Carlos Vives. Colombia es el país de la pena El colombiano tiene la capacidad de pedir excusas siempre, así que si alguno le dice ¡¡¡Qué pena contigo!!! No piense que es una manera de verle frágil, es la forma respetuosa de decir ¡lo siento, quizá te ofendí! Colombia siempre saluda interminablemente El colombiano es muy amable, saluda indefinidamente y puede conjugar cualquiera de las siguientes frases o utilizarlas todas en una sola ráfaga: Hola, ¿Cómo está? ¿Cómo amaneció? ¿Cómo durmió? ¿Cómo ha estado? ¿Cómo le ha ido? ¿Qué ha hecho? ¿Qué hubo? y ¿Qué más? Tranquilo, no tienes que responder a este saludo interminable, solo tienes que decir: Muy bien. Pero también, hay colombianos que solo levantan el dedo pulgar de su mano para saludar y decir con esta seña "todo bien, todo bien" y de esa manera usted le puede contestar. Colombia es el país de la cortesía y el respeto. El colombiano tiene marcado en sus relaciones interpersonales el respeto y por ello siempre te dice: Por favor; muchas gracias; a la orden; con gusto; fue un placer; sí, señor o sí, señora (aunque no seas un viejo o una mujer casada); siga por favor; ¿Qué se toma?; adelante, está en su casa; bueno seño; con gusto. El colombiano es cortesía Colombia es de puertas abiertas El colombiano siempre está atento a dar explicaciones y a mostrar lo mejor de su región. No se sorprenda que se siente a hablar con el forastero, indique la dirección y además explique porque una calle se llama 'así o asa' contándole la historia del lugar. Derechos de la fotografía Hilando las historias En la provincia el campesino sin conocer al foráneo se retira su sombrero y le dice: —Sumercé, buenos días o buenas tardes y si le preguntan la ubicación de algún lugar, más o menos así le dará la ubicación de la siguiente forma: sube hacia allá, voltea a la derecha y luego de tres cuadras vuelva y voltee pero a la izquierda... Luego de la explicación, preguntará ¿entendió? y así haya o no entendido, le dice: sino le molesta, camine yo lo acompaño, pa' que no se pierda. Colombia le tiene nombre a todo Aunque son diversas las regiones del país, cada colombiano con su propio acento logra hacerse entender y antetodo hacer sentir como en casa a los visitantes con términos y pronunciaciones únicas, como: ¡Qué verraquera! (se refiere a la fortaleza, tenacidad y empuje de alguien por lograr algo); sumercé (término español a su merced, lo utiliza el colombiano como símbolo de respeto); bacano (hermoso, genial, único); chévere (elegante, bonito y es aceptado); ¡Qué nota! (cuando algo es de admirar); viringo (cuando alguien está desnudo); embolatado (cuando alguien está en una situación complicada); avispao (o avispado, cuando se refiere a un individuo ingenioso, inteligente); parce (amigo leal); billullo (cuando se tiene dinero); veleño (se refiere a un dulce que viene envuelto en hojas de plátano llamado bocadillo). Colombia es cariño El colombiano siempre demuestra su cariño y apreció con diminutivos, no se altere si se refiere a usted o si le habla así, no es una forma despectiva, es la manera de decir: ¡te tengo aprecio! Carmencita, Jaimito, Ricardito, Juanito o se refiere a los objetos: la mesita, el carrito, la camita o frases como: te doy esto con mucho cariñito; mi terroncito de azúcar; te amo corazoncito; mi chinito y todos los diminutivos de ternura que se les ocurra para demostrar su aprecio. En Colombia todo se le tiene El colombiano siempre vive dispuesto a ayudar, a colaborar y su rostro tiene una sonrisa eterna. ¡Aquí todo se le tiene! y si no lo tiene, lo consigue, y si no lo consigue se lo inventa. Pero siempre es de sonrisa presurosa y de alma abierta pa'las que sea. En Colombia la vaina funciona Cuando un colombiano se refiere a la vaina es cosa seria, nadie sabe que es la vaina, pero la vaina siempre aparece en las conversaciones y no se aterre cuando escuche términos o frases como: ¡Qué vaina! (cuando se refiere a algo que lo sorprende); la vaina está ahí (no es una forma explícita de decir qué es, pero lo que se necesita ahí está); así es la vaina (cuando se ha contado algo y se sabe que es por análisis, sin entrar en detalles). Nunca le pregunte a un colombiano qué es la vaina, porque no tendrá una respuesta adecuada, solo que la vaina está ahí y nadie la define. Colombia siempre escucha música, oye noticias y lee el periódico Si un visitante llega a cualquier ciudad muy seguramente escuchara en los almacenes, en los taxis, en los buses de servicio público y en las calles música tropical, vallenato y romántica. En las tiendas de la esquina encontrará al dueño escuchando noticias, al vigilante o a la gente del común. En los parques a los hombres leyendo el periódico o revistas para de tener de que hablar con sus vecinos. El colombiano siempre y en lo posible anda bien informado, pero sin perder la alegría que lo caracteriza. Colombia es anfitriona El colombiano que se siente feliz con una visita, siempre le ofrece de tomar o comer un algo como: un tintico, un agria, un aguardientico, una aguadepanela, un chocolatico, unas oncecitas y hasta whisky. Por lo general, nunca deja que sus invitados se vayan sin comer y si de eso se trata lo invitan a la mesa y sus platos son onerosos, por lo general, con muchos carbohidratos. Si va a este país, pierda la dieta y no le de miedo llegar gordito a su casa, porque de esa manera ellos demuestran su afecto, por el estómago. Si usted se niega, muy seguramente se sentirá desairado y le preguntará ¿Entonces que le ofrezco? ¿Qué le provoca? y se dirán entre ellos ¿Qué le molesto? La variedad de cultivos y de climas hace que las mesas y los "tres golpes" como llaman al desayuno, almuerzo y comida o cena, sean ricos en multitud de platos, y como les enseñaron sus antepasados: Hay que comerlos para tener fuerzas para trabajar y estudiar. Colombia es un país dulce El colombiano es trabajador y a la hora de recobrar energía lo único que quiere es un dulcecito, así que se dispone a comer mielmesabe, bocadillo, obleas, turrones, arroz con leche, cascos de guayaba, natilla, cuajada con melao, brevas y peras en dulce, enyucados, cocadas, quebellitos, dulce de ñame, arequipe, dulce de papayuela y muchos más . Todo con un alto contenido en azúcar y panela. Derechos de la fotografía Hilando las historias Si usted llega a Colombia, no olvide que sus anfitriones le ofrecerán el más elaborado platillo dulce, que es una gran tentación y un deleite para su paladar. En Colombia todos son vecinos Cuando un colombiano va a la tienda a comprar algo e ingresa al local siempre dice ¡Buenas!, cuando sale el vendedor a atenderlo, le dice: — vecino, me vende... y si algo le falta agrega: —vecino y deme más de esto o aquello, al despedirse: —Gracias vecino, hasta luego. Pero esto no solo se queda en la tienda de la esquina, el colombiano del común aunque no sepa el nombre de quién vive al lado de la casa, a quién le compra el periódico, los libros, la carne o la lotería, siempre saludará — ¡Qué hubo vecino! Para el colombiano todos son vecinos o sea allegados. En Colombia se pide regalado, no se compra, pero se paga Es muy normal que un colombiano entre a un establecimiento y pida algo diciendo: —Por favor me regala este producto... Los tenderos entienden que es un decir, más saben que lo que quiere su vecino es comprarle un producto. Así que no lo tome a mal cuando un colombiano le dice —me regala tal cosa... tranquilo el colombiano siempre paga. Colombia un mundo de sabores y de nombres Las tradiciones del colombiano son muy arraigadas como los nombres de muchos alimentos, bebidas y tienen un sinnúmero de palabras en sus comidas como: lechona, aguardiente (licor destilado fuerte de muchas regiones colombianas); chicharrón, longaniza, rellena, butifarra (embutidos tradicionales del caribe colombiano), chicha (bebida indígena del altiplano cundiboyacense), limoná, sabajón, ajiaco, chirrinchi (o chirrinche, una especie fuerte de aguardiente que es prohibida su elaboración), hormigas culonas (insectos de gran cola que son tostados en Santander y sazonadas con sal para comer), mute , jute (dulce de papa), gelatina de pata, cuy asado, mazamorra chiquita, sobrebarriga, bandeja paisa, tamal, sancocho, yuca, pandebono, entre otros. El colombiano busca primero sus comidas y bebidas tradicionales antes que las foráneas, las disfrutan en familia y siempre las ofrecen a sus visitantes. Colombia consume la ch Colombiano que se dé gusto en su paladar, siempre pedirá comidas que lleven la letra ch, jocosamente se refieren a estas como "la vitamina Ch" porque son las más nocivas para el organismo por su alto contenido de grasa, pero son las más deliciosas según lo afirman. Estas son: chicharrón, chunchullo o chinchulinas, chorizo, chuleta de cerdo, y de sobremesa chicha o unas chelas (en algunas regiones llaman así a la cerveza). Si visita a Colombia lo invitaran seguramente a un asado y en el estará la ch y usted quizá expresará —eso me hará daño, pero el colombiano le dirá: ¡Déjese invitar, porque eso, no es de todos los días! Ser colombiano, un buen colombiano, como lo son el 99.99% de los colombianos, es un honor, un placer, un festín, es símbolo de gente pujante, trabajadora, cariñosa, amable, servicial y honesta. Es sentir y vivir en el realismo mágico de Gabriel García Márquez todos los días y es olvidarse de la dieta porque la comida es abundante y deliciosa. Es estar en un país de despertares diferentes, es vivir amaneceres con el canto de las aves, el sonido de los ríos, el sonar de las campanas, el olor a café recién tostado, el desayuno con el chocolate de la abuela, el sabor del trópico, el ruido de las calles y el amor por su tierra. Colombia es el país que le recuerda decir: por favor, gracias, con gusto. Es el país que le enseña a volver a valorar las cosas simples de cada día. Si va a Colombia no olvide que es un país de puertas abiertas, de oportunidades, de parceros y pa'las que sea. Solo hay un problema de su visita a este país: No quererse ir de este bello paraíso.
Fuente: www.cacw.com.ar Centro Argentino Cultural Wolgadeustche Alemanes del Volga... ¿Quiénes son? ¿De dónde provienen? ¿Por qué Alemanes del Volga, si el río Volga está en Rusia y no en Alemania. ¡Y cuántas verdades de nuestra colectividad que aún se desconocen! Síntesis histórica Para comprender esto debemos retroceder en el tiempo hasta el siglo XVIII. Alemania gobernada por varios príncipes con sus estados independientes entre sí. Durante varios años el país había sido devastado por guerras internas y externas. Los hombres debían prestar servicio militar en Francia y otras veces fueron vendidos por Felipe de Hessen a Inglaterra para luchar en los Estados Unidos. Las pequeñas parcelas de tierra no daban lo suficiente para alimentar las familias de los agricultores, los artesanos no encontraban trabajo. Catalina II de Rusia -una princesa alemana- publicó en muchas ciudades alemanas un manifiesto llamando a poblar las regiones del medio y bajo Volga, servir de ejemplo a los aldeanos rusos y de muro de contención contra las invasiones nómadas. Las promesas eran buenas: libertad religiosa, administración independiente y propia, eximición de impuestos, eximición de prestar el servicio militar. Muchos alemanes siguieron a este llamado, 30.000 en total iniciaron el viaje en 1763 (la emigración se extendió hasta 1767). No solamente agricultores, sino artesanos, peluqueros, médicos, militares, etc., a todos se les había prometido libertad para seguir su profesión, fundamentalmente mantener el idioma alemán, algunas promesas luego no se cumplieron (fueron obligados todos a ser agricultores). De toda Alemania emigraron, pero principalmente de Hessen y del Palatinado. De Lübeck, vía Mar Báltico a Rusia. Allí debían permanecer en Oranienburg para prestar el juramento como súbditos de la Zarina. Luego de muchas penurias llegaron a su destino, pero de lo prometido, aldeas con casas no existía nada. En algunas futuras colonias ni algún techo protector. Debían pasar el invierno en casuchas de tierra (Semijanka, casas construidas bajo tierra) y de los 30.000 que salieron de Alemania, 3.000 murieron en el camino y otros 4.000 en los dos primeros años. La primera aldea o colonia fue fundada el 29 de junio de 1764, luego se fundaron 103 aldeas más a ambas orillas del río Volga. Un proverbio ruso dice: "Paciencia y tiempo vencen a todo". Después de los primeros años ya les fue mejor. Poco a poco se fundaron nuevas colonias, adquirieron nuevas tierras, cruzaron el Volga hacia el Cáucaso y Siberia, poblándolas. No faltaron invasiones de los pueblos nómadas, miles fueron llevados a la China, para ser vendidos como vulgares esclavos. Cada colonia poseía escuela primaria y varias de ellas escuelas secundarias. Cien años más tarde fueron quitados muchos privilegios. Debían prestar servicio militar, no conseguían nuevas tierras, no tenían más administración propia, la libertad religiosa era cada vez más restringida... y la muerte sin piedad a hombres, mujeres y niños por parte de hordas salvajes y criminales como los Calmucos, Quirkisios, otros eran tomados como prisioneros, luego conducidos a través de la estepa ruso turquestánica hasta la frontera con China, para ser vendidos en el mercado de Buchara. Es interesante recordar dos fechas relacionadas con la salida de Alemania, para convertir en tierras aptas, ambas orillas del río Volga. Los manifiestos eran llamados "Edictos"... El primero fue fechado el 4 de diciembre en 1762 (en plena guerra de los 7 años). El segundo fue fechado en San Petersburgo (Leningrado) el 22 de julio de 1763, que obtuvo resultado feliz, y de allí comenzó nuestra larga procesión. En los años 70 del siglo XIX, se inició una emigración de alemanes del Volga hacia los Estados Unidos y Canadá. Si el agricultor debía dejar su patria para adquirir nuevas tierras, le era lo mismo cruzar el océano. Brasil hacía mucha propaganda en busca de nuevos colonos. Prevenidos por la experiencia dolorosa anterior enviaron emisarios. Al volver estos y traer nuevas noticias se reunieron y decidieron la emigración en grupos de 300-400 personas. Después de la cosecha vendieron sus bienes, adquirieron en Saratow sus pasaportes. El día antes de la partida se congregaron en la iglesia de su pueblo para recibir la última bendición de su sacerdote o pastor. Un grupo de varios centenares de emigrantes abandonó para siempre Saratow. Y sigue la larga procesión portando tristeza y alegría. Ocho días más tarde llegaron a Bremen esperando la partida del barco. A sus reclamos les contestaron con picardía que de ahí un barco pequeño los llevaría a Río de Janeiro. ¿Quién de nuestros antepasados conocía la geografía americana? Mientras tanto en la Argentina había sido promulgada la ley de Colonización, bajo la presidencia de Nicolás Avellaneda para colonizar y poblar el país. En Bremen los agentes argentinos se combinaron con la agencia, vendiéndoles pasajes a nuestros colonos a Buenos Aires. Un engaño que más tarde traería sus buenos frutos. El viaje en barco fue agradable y la tripulación y pasajeros se llevaron bien. Llegando cerca del puerto de Buenos Aires, el barco pequeño llegó efectivamente y los condujo a la ciudad. Dándose cuenta del engaño no quisieron desembarcar y finalmente las autoridades optaron nuevamente por la astucia y los contactaron con colonos que habían estado en el Brasil, los cuales les informaron que Brasil no tenía tierra para el trigo, como buscaban ellos. Así, convencidos que no les convenía Brasil, decidieron quedarse y fueron llevados a Diamante; un pequeño grupo optó por Santa Fe, en Entre Ríos fundaron, en Colonia Alvear, las aldeas Valle María, San Francisco, Salto, Spatzenkutter, y Aldea Protestante. Un año más tarde, colonos provenientes de Brasil, fundaron Aldea Brasilera. Al mismo tiempo y con destino en la Provincia de Buenos Aires llegaron 8 matrimonios y 3 solteros al partido de Olavarría precisamente junto al arroyo Hinojo, para fundar Colonia Hinojo, hecho que se produjo el 5 de enero del año 1878; posteriormente, se fundó Colonia Nieves y a los 3 años, el 1881 Colonia San Miguel. De Colonia Hinojo, un grupo de colonos se dirigió más hacia el sur para formar tres nuevas colonias llamadas: Santa María, San José y Santa Trinidad (en el partido de Coronel Suárez). La procesión no se detuvo, nuevas colonias tuvieron asentamiento en Stroeder y Villalonga (Provincia de Buenos Aires) y se formaron varias aldeas en la provincia de La Pampa. En Entre Ríos ocurrió lo mismo. Podemos afirmar con certeza que en día no existe pueblo en la provincia que no tenga algunos pobladores de origen alemán del Volga. En la provincia del Chaco se radicaron en los años 30 muchos colonos provenientes de La Pampa eligiendo como lugar de trabajo los hoy pueblos de Castelli y Charata. Seguidamente consignamos datos y fechas históricas que hacen a la realidad de nuestro principio y continuidad de la colectividad "Alemanes del Volga". En 1928 se celebró el 50 aniversario de la Inmigración (Bodas de Oro). En 1968 se celebraron los 90 años con una gran fiesta en Colonia Hinojo, fue una antesala del centenario. En 1978, ya en todo el país, el Centenario de la Inmigración. Desde 1976 existe la "Asociación Argentina de los Descendientes de los Alemanes del Volga" con filiales en varias provincias. Luisa Margarita Riffel Gualeguaychú Esbozo cultural Antes de delimitar los aspectos propios de la "cultura de los Alemanes del Volga" elegiremos un concepto amplio del término "cultura" entendiendo como tal a la resultante de toda acción humana que surge de la vida del hombre con relación al mundo en que vive a la relación con los demás hombres y a la relación con lo trascendente. A la cultura propia de los Alemanes del Volga tenemos que encuadrarla en la gran cultura germánica. Pero hacemos distinción con algunos aspectos propios que surgen de su larga peregrinación, de sus vicisitudes, penas, alegrías, fracasos, triunfos y logros. De todos modos los pueblos germánicos peregrinos por el mundo, el de los Alemanes del Volga fue el más castigado y sufrido, el que tuvo que superar situaciones difíciles más que ningún otro. Y lo ha podido lograr y esto pertenece realmente a su esencia e identidad porque estuvo íntimamente pertenece realmente a su esencia e identidad porque estuvo intimamente apegado a tres grandes motores, o mejor dicho a tres grandes amores: "Amor a Dios", "Amor a la tierra y a todo lo que contiene" y "Amor a la libertad". Con estos tres tópicos podemos desarrollar perfectamente la definición amplia del concepto "cultura" que hemos consignado más arriba. 1. AMOR A DIOS. Este tema se podría utilizar para llenar muchísimas páginas emocionantes, con testimonios interminables que expresan la profunda fe de este pueblo. El emprendimiento de cualquier empresa importante, de cualquier acción notable, siempre comenzaba en el templo, pidiendo a Dios ayuda y sabiduría. La confianza en la Divina Providencia animó permanentemente su peregrinar. La intensa vida de oración dio alimento y fortaleza. Aún hoy la mayor bendición para una familia de Alemanes del Volga es un hijo en vida religiosa. Así podemos contar por miles las vocaciones religiosas salidas de su seno. Esta característica de profunda fe es un aspecto absolutamente original y central a la hora de hablar de la cultura de los Alemanes del Volga. 2. AMOR A LA TIERRA, AMOR A LA VIDA. Aquí tenemos que diferenciar varios niveles, según un orden de valores lógicos: a. Amor y compromiso para con la vida: Nunca daremos importancia suficiente a la generosidad de nuestras familias para con la fecunda transmisión de la vida. La riqueza fundamental de un pueblo la da sobre todo su composición humana, la calidad, eficiencia y responsabilidad de sus hombres y mujeres. Los hijos echados al mundo por nuestras familias han llegado a todos los rincones, haciendo gala de su gran capacidad de trabajo, empeño y emprendimiento. b. Contracción al trabajo: El trabajo y la labor diaria es sin duda la "segunda religión" de los Alemanes del Volga. "Die Arbeit" tiene una connotación sacra. Del origen humilde proviene su gran capacidad de subsistencia, convirtiendo a su pequeña parcela de tierra y su pequeño patio casero en una proveeduría general, de la que vive toda la familia. De sus ancestros, empeñosos superadores de un clima frío y hostil, nos llega su clásica visión de futuro y previsión. Las largas noches de invierno de otros tiempos y lugares han hecho que sean muy virtuosos en los distintos trabajos manuales, muy aficionados al canto (en nuestras celebraciones y fiestas familiares, aún hoy se escuchan muy afinadas entonaciones a dos y tres voces, en forma totalmente natural) a los juegos de mesa y otras actividades afines. c. Su origen humilde y su permanente peregrinar ha creado, por ejemplo, un conjunto de alimentos muy propios, siempre confeccionados con productos sencillos y de su propia producción e inventiva, invariablemente sabrosos. Conservan todavía ritmos, formas musicales y canciones muy antiguas, traspasadas de generación en generación que aún hoy se bailan, se cantan y se escuchan. 3. AMOR A LA LIBERTAD. Cada vez que leemos y releemos su historia y sus crónicas, vemos con emoción, la enorme importancia que ha tenido este concepto de libertad en sus vidas. Salieron de Alemania en el siglo XVIII, cansados de tantas guerras, penurias y sufrimientos -forma particularmente cruel de esclavitud- en busca de horizontes de libertad. Fueron a Rusia, sobre los márgenes del río Volga, con la promesa de una vida libre e independiente y ante la amenaza cierta de nueva esclavitud (servicio militar obligatorio, inseguridad religiosa, otra vez guerras y penurias) se largaron a América por fin su "TIERRA PROMETIDA" donde viven en libertad, haciendo los hijos que le dan las ganas, sin fusiles por delante o por detrás, sin amos de ninguna especie. Con trabajo, penas, glorias y alegrías, este pueblo nunca ha dudado en seguir peregrinando. Y para terminar, diremos que todos los aspectos aquí brevemente desarrollados, todo este bagaje cultural que han traído nuestros mayores, ha hecho que se impusieran rápidamente y descollara en casi todos los aspectos de la vida social. Tienen exponentes en todos los estamentos y profesiones. En el choque de esta cultura típicamente centroeuropea de clima riguroso, con la cultura autóctona, siempre ha salido ganancioso. Es obvio que los Alemanes del Volga, también tiene defectos y algunos de cierta importancia, pero no hace falta desarrollarlos aquí porque los conocemos muy bien. Su análisis será para otra oportunidad.... ¿de acuerdo? Así será. Prof. Alberto L. Klein Actualidad Para hablar de su actualidad, afirmamos que los Alemanes del Volga ya están esparcidos a lo largo y a lo ancho de todo el país. Es cierto, también, que existen lugares donde se concentran en mayor medida y esto obedece a las fundaciones poblacionales primigenias. Hoy se pueden contar por muchos miles en la Argentina. Se calcula que el número de descendientes supera el 1.200.000 (un millón doscientos mil) de personas. Así la podemos considerar la cuarta corriente inmigratoria, después de españoles, italianos y siriolibaneses. De entre las comunidades germánicas es, sin dudas, la más numerosa e importante. Salvo contadas excepciones, ya no viven inmigrantes directos. Todos los que acusan este origen ya son argentinos, como en realidad también lo fueron sus antepasados, porque en esta bendita tierra no sólo se es argentino por nacimiento sino también por merecimiento. Aquí han dejado su numerosa descendencia, sus desvelos, y esfuerzos arraigándose profundamente a la tierra, sin nuevos sueños de "volver" dejando sus vidas junta al surco, mirando a la patria crecer y jamás pensando en tomar "el camino a puerto, o a Ezeiza". Con ocasión de los grandes festejos del Centenario de la Inmigración de los Alemanes del Volga se constituyó la Asociación, tal como lo indicáramos anteriormente, bajo un viso totalmente legal como institución y que registra: "PERS. JUR. I.C.J. Exp. C.8359-Res. 000093" y que está presidida por el Consejo Directivo Nacional y con filiales en todo el país. Las filiales tienen como tarea concientizar a los descendientes con respecto a sus valores que surjen de su historia y cultura, difundiendo a estos últimos e integrándolos al devenir de la construcción del futuro "Hombre Argentino". Invariablemente, en todo tiempo y lugar estos "gringos" se han integrado totalmente a la vida social y económica de esta Nación descollando en cualquier actividad que se hayan propuesto. También es cierto que por el devenir propio del tiempo y por diversas circunstancias se han perdido parcialmente algunos aspectos externos propios de los Alemanes del Volga como por ejemplo su lengua materna (especialmente en su última generación) vestimentas y otras manifestaciones. Pero quedan muy firmes sus valores esenciales "AMOR A DIOS, AMOR A LA VIDA Y AMOR A LA LIBERTAD". CONSEJO DIRECTIVO NACIONAL Asociación Argentina de Descendientes de Alemanes del Volga ………………………………………………………… Bibliografía consultada Popp-Denning: Los alemanes del Volga Tras largo peregrinar por Europa, hallaron patria definitiva en América. Edición de los autores. Buenos Aires, 1977. 244 páginas. Edición preparada y editada en ocasión de los festejos del Centenario de la Inmigración. Aún disponible en las buenas librerías. Weyne, Olga: El último puerto Editorial Tesis. Buenos Aires (agotado). Seitz, Matías: Los Alemanes del Volga en Argentina Editorial Guadalupe. Buenos Aires (agotado). Brendel, José: Hombres rubios en el surco Editorial Guadalupe. Buenos Aires (agotado). Atención: Reproducción total o parcialmente permitida, indicando sus fuentes. Agradeceremos su utilización por cualquier medio de comunicación oral, escrito o televisivo.
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En el espectáculo se entrelazan cuentos en donde el arte textil es el protagonista
Es época de verano, de descanso y las playas de Cartagena de indias están llenas de turistas y a la par son invadidas por vendedores que ofrecen todo tipo de mercancías y servicios. En medio de esta gran cantidad de gente, soy una más de las turistas que disfruta del sol, la alegría, la playa y de una mañana de descanso. Se acerca un hombre afrodescendiente, de contextura gruesa y de un metro ochenta aproximadamente. Trae un morral a cuestas y en su brazo izquierdo carga una caja en forma de exhibidor de joyas. Me las ofrece —'Seño', estas no las encuentra en ningún lugar del planeta. Foto Propiedad intelectual Hilando las Historias Con una sonrisa por la presentación, me retiro las gafas y observo lo que llevaba. Trae pendientes, collares y pulseras. Pacho comienza a sacar de su maleta, como si fuese un mago, todo lo necesario para comenzar a tejer e insertar las piedras de coral, para hacer una de sus creaciones. —Yo mismo los hago, pero si usted quiere le hago un juego a su gusto. Accedo a que realice algunas prendas para mí. Mientras comienza su trabajo, se presenta —Mi nombre es Francisco, pero me gusta que me digan Pacho. Con el timbre de voz característico de los hombres de la región costera del norte de Colombia, entabla una conversación, que deja entrever la lucha diaria para darle el sustento a su familia. —Soy Cartagenero a mucho honor, esta ciudad me vio nacer hace casi 50 años y la amo porque ella me ha dado todo. Mis padres mi esposa y mis hijos. —¿Cuántos hijos tiene? Le pregunte con mucha curiosidad, porque sé que en esta región los hombres son muy prolíferos. —Cuatro muchachos entre los 6 y 20 años. Ellos también son de acá y he tratado de darles lo mejor. Francisco cuenta que recorre la playa más de cinco veces en un día, poco más de 7 kilómetros diarios, en busca de turistas para ofrecerles su trabajo y dejarles la más finas joyas tradicionales cartageneras y que tengan un bello recuerdo de la heroica. ¿Cómo hace un hombre tan grande para realizar un trabajo tan fino y bien elaborado? —Con paciencia amor y servicio. Ríe fuertemente y su dentadura blanca ilumina la charla. Continúa —Mire seño, yo he tenido que trabajar muy duro en esta vida, he aprendido a ser agradecido y la mejor manera es hacer las cosas bien. Solo espero que la gente me recuerde cuando cuente la historias de sus pendientes, collares y pulseras, y diga, las hizo un <> y son de calidad. Vuelve a sonreír y su risa es contagiosa y alegre. —Yo trabajaba como pescador, pero eso se puso muy malo, porque no pagaban bien lo que sacábamos del mar, entonces un día mi esposa aprendió a hacer todo esto, pero ella no podía salir a la playa, así que le dije en medio del desespero, por la falta de dinero, que me enseñara y aprendí. Desde entonces esto es lo mejor que sé hacer y lo hago con mucho amor. ¿De dónde salen tantas combinaciones? —No lo sé, solo me dice un turista qué quiere y yo lo hago, no hay modelos repetidos, por eso quien viene a Cartagena se lleva una pieza única, especial, exótica y bella. Foto Propiedad intelectual Hilando las Historias —Al turista hay que mimarlo, darle lo mejor y lo que él quiere, así que he aprendido a conocerlos y dejo que sus gustos se hagan realidad con mi trabajo. Llevo 15 años en esto, así que eso debe ayudar para la creación. Para mí este trabajo es gratificante porque gracias a él he podido mantener a mis pelaos y a mi mujer. Cuando habla de esta hermosa ciudad amurallada, que permanentemente esta en verano, su cara se ilumina y su voz toma un carácter romántico. —Yo salgo a trabajar desde las ocho de la mañana y termino a las cinco, me conozco la playa y la ciudad al derecho y al revés. Cartagena es hermosa, tiene comida excelente, vienen muchos turistas, tiene una historia enmarcada en la ciudad amurallada y se muestra mejor en el reinado de belleza y en loes eventos que traen turismo. —Yo vivo en un barrio pobre de Cartagena, que se está junto al aeropuerto, tenemos dificultades con los servicios públicos porque aquí el alcalde no hace nada por los pobres. Mientras Pacho trabaja le observo con curiosidad que tiene una uña muy larga que le sirve para sacar las piedritas que utiliza, cuándo le pregunto sobre ella dice con la alegría caribeña —Aja, esta uña la cuida más que a mi mujer...ríe a carcajadas, me la deje crecer porque me sirve para atrapar cada bolita sin que se me caigan. Eso también es la magia de mi trabajo. La cuido mucho, la limo cada semana, le doy forma y me aplico productos para fortalecerla, es mi instrumento de trabajo. Nuestro encuentro no duró más de treinta minutos y en ese tiempo me ha realizado un hermoso juego de aretes collar y pulsera y sí, tiene razón son irrepetibles, son un bello recuerdo de Cartagena de Indias y junto con esto me queda ese sabor costeño, la risa contagiosa de Pacho, su alegría y el amor por su patria chica, Cartagena. Material fotográfico y textual registrados en la Dirección de derechos de autor Número 1-2015-58618
Hola, mi nombre es *Afrodita, hoy les voy a contar mi corta y hermosa historia perruna. Soy Afrodita Nací hace once meses y mis amos-papás me compraron en un reconocido sitio de venta de mascotas. Soy una bella perrita pastor alemán ovejera, todos en la calle dicen que soy hermosa y muy elegante. Cuando mis posibles pa´s llegaron a comprar un perrito yo estaba junto a mi hermanita, ella era de pelo corto, también muy hermosa. Pero yo me las ingenie para que ellos me llevaran a su casa. Comencé mover mi cabecita, de lado a lado, para que creyeran que yo les entendía, los lamí, moví mi colita como un reloj y esto funcionó, los cautivé. Todo va de maravilla, soy feliz, tengo una familia, hasta con un monstruo blanco de hermana, todo es perfecto. Llegue a casa de mi papá, mi mamí me visitaba, jugaba conmigo y me cuidaba, yo tan solo tenía dos meses y medio, no podía salir al parque porque el pasto estaba contaminado, tenían que colocarme unas vacunas para que fuera fuerte y así poder salir a jugar. Mientras tanto me quedaba largas horas esperando a que mi pa' llegara de trabajar y que mi ma' tuviera tiempo para visitarme. Todo el día estaba solita, pero yo siempre buscaba la manera de divertirme de lo lindo, me subía en una sillita especial, me comía las cortinas, hacia popito por todo lado, me gustaba el sabor delicioso de las paredes y cuando podía asaltaba mi comida ¡Qué gran vida! Toda una casa para mí. Sin embargo, algo estaba sucediendo en mi pancita, me dolía, hacia popito desagradable y todo me hacía daño. Mi ma' y mi pa' me llevaron al médico. ¡Sorpresa! tenía un zoológico en mi estomaguito. Para no hacer más larga mi historia, cuando me vendieron a mis pa's, no me habían desparasitado y ahí comenzaron mis problemas. Además de ser una cachorra pilla, mi salud no mejoraba, tome muchos medicamentos y no había alivio en mí. Tuve de todos los animalitos que pudieron estar en mi barriguita, incluida una bacteria y amebas. Mis papás se estaban volviendo locos conmigo, hasta mi tía, la hermana de mi ma' decía que yo estaba "poseída". Ella creía que yo no entendía y eso me ponía triste, solo me dolía el estomaguito. ¡¡¡Sniff!!! Mis amos-papás decidieron que después de tantas "diabluras" y tantos daños que hice en casa, lo mejor era ir a vivir con mi abuelita o sea la mamá de mi ma'. ¡Dios mío perruno! pero si yo quiero estar en casa con pa' ¿por qué me hacen esto? No hubo más que aceptar este cruel destino y alejarme una noche de mi casa. Mi ma' llego a casa de mis abuelitos con mis platicos, mis cobijitas, un 'arsenal' de medicamentos y yo. Hermosa Afrodita Arribé a mi nuevo hogar, todo era más grande, muchas cortinas para jugar, muchos muebles para trepar, pero... ¡oh! ¡oh!... ¿Qué es eso? otro animal con cuatro patas, cola y de otro color. Se me acerco, me olfateó hasta el cansancio y para colmo de males me ladró con un sonido tan fuerte, que lo único que hice fue correr a un rincón para refugiarme. ¿Quién era ese feroz animal que me iba a comer de un sorbo? Temblaba, mis orejitas se fruncieron y yo quiero a mi pa'... ya nada puedo hacer ¡¡¡sniff!!! De pronto oí la voz de una mujer, era mi abue, una señora grande que me acarició y me dijo que todo iba a estar bien. Pero no le creí porque empezó a darme órdenes: —*Afrodita, esta es su nueva casa, aquí no viene hacerme males y tiene que ser muy juiciosa. Además, debe dormir en el sótano con *Nieve. ¿*Nieve? así se llama ese gran cosa peluda que quiere comerme. ¿Qué piensa esta señora, que yo soy fuerte para enfrentar a ese monstruo? Leyó en voz alta los nombres de mis medicamentos y las horas en las que me tenía que tomar todo eso amargo, ¡Guacala! Volvió y me acarició, y me repitió —Toda va estar bien. Ya había conocido a mi tía, sí, ella la que decía que yo estaba "poseída" y para no terminar con mis tristezas era la ma' del monstruo peludo. ¡Oh, no! ¡¡¡¿Qué iba a hacer?!!! Unas llaves abrieron la puerta, otro gigante apareció ante mí, no sé quién estaba más asustado, si él o yo, comencé a mover mi cabeza de lado a lado —ese truco siempre me funciona— y me saludo ¡Hola *Afrodita! y como si yo hubiese sido un duende dañino, me dijo —Tiene que portarse juiciosa, porque solo va a estar unos días aquí. ¿Unos días? mi pa' ya no me quiere en su casa y yo no tengo más a dónde ir... mi corazoncito se estremeció y sentí que había llegado al fondo del abismo. ¡Nadie me quería! Pasaron los días, consumo los medicamentos sin problema, mi abuelita me enseñó a tomarlos con cuchara, no tenía dificultad para dármelo y siempre me felicitaba, ya estaba ganando puntos con la ma' mayor. *Nieve, mi nueva hermana y mi mejor amiga, es una labradora dorada, aprendió a compartir sus cobijitas conmigo, jugamos todo el día y yo procuro no hacer daños, esta es mi última oportunidad. Mi tía me saca a pasear junto a Nieve y con el novio o sea mi otro tío, caminamos largos trechos, jugamos y nos divertimos. Él nos trae huesos y a ella rosas, jeje pero nosotras ganamos, porque ella no se puede comer las flores jejeje. ¡Mi tío nos ama! Mi abue no se quedó con los medicamentos que trajo mi ma', ella me llevo a dónde los médicos veterinarios de *Nieve, ¡qué médicos!, me dan galletitas cada vez que voy, me revisan y me hacen sentir como en casa. Me hicieron nuevos exámenes de laboratorio y me dieron medicamentos para mi zoológico. ¡Siento que ya no puedo con una pepa más! ¡Guacala! El doctor veterinario me mandó a hacer un examen especial para mi pancita en una clínica. Quieren operarme una hernia y esterilizarme. ¡Qué tusto! Mi salud no es buena, los bichos no salen de mi cuerpo y mis costillitas a pesar de mi gran pelaje se notan. Mi abue cree que no me he dado cuenta, pero ella llora por mí y decidió darme remedios caseros, esos que los antepasados de ella le enseñaron, ¡son horribles!, pero me he ido mejorando, ella, mi abue me lleva al médico y todo lo que dice que me haga, ella lo hace ¡Mi abue es lo máximo! Todavía no he logrado ganarme el cariño de mi abuelito, aunque dijo que estaría unos días en casa, ya llevó más de siete meses jeje. No lo tocó porque a él no le gustan los perros, así que lo rondo todo el tiempo a la espera de que algún día me acaricie, yo sé que él me quiere, a veces me tira la pelota, me saluda. Él tiene miedo de amarme y de amar a Nieve. Volví a bajar de peso, toda mi familia no entiende ¿Por qué no crezco? ¿Por qué no engordo? ¡Oh Dios perruno¡ de nuevo a la clínica de mascotas. Me sacaron sangre, revisaron mi popito, mi corazón, todo. Y ¡¡¡Oh sorpresa!!!... bueno, en realidad dos, una buena y otra mala. Afrodita y Nieve La buena es que ya no tengo ni un animalito en mi pancita, ¡Bien! funcionó la droga que me dieron veterinarios o ¿los remedios tradicionales de mi abue?, igual funcionaron ¡Yupi! Pero la noticia mala es terrible... Creo que alguna vez salí al parque, corrí mucho hasta que mi lenguita pedía agua a gritos, estaba haciendo sol, entonces yo corrí y corrí hasta donde el pasto me cubría y me acosté para descansar, quizá allí, un minúsculo animal se prendió en mi pelo, sí, eso fue, un animal llamado garrapata. Trepo lentamente hasta mi piel y ¡Suas! se incrusto y aunque mi abue, mi ma', mi tía y mi tío la han buscado en mi largo pelaje, no la han encontrado. Ahora es tarde, ya este parásito se ha ido apoderando de mi sangre, de mis fuerzas. El médico dice que tengo un hemoparásito que poco a poco se come mis glóbulos rojos, que no hay cura para ello y que es llamado el 'sida de los perros'. Dijo que mis glóbulos blancos luchan todos los días contra esta enfermedad y mi abue me alimenta mucho para tener fuerza, mi pa' me compra medicamentos para fortalecer mis glóbulos rojos y seguir en la lucha. ¡Guau! Toy triste porque también dice, que debo cuidarme de que otros perros me muerdan o de tener heridas para evitar hemorragias. Cuando me llegue mi primer celo debo cuidarme para que no tenga problemas. Por fortuna esto no es contagioso para los humanos, ni para mi hermanita *Nieve. Si todo marcha bien con este hemoparásito, quizá tenga momentos en los que mis defensas se bajen y deba estar algunos días en la clínica de mascotas y otros días tendré una vida normal. ¡Esta no es vida para perros! ¡Guau...guau... guau! ¡Dios de los perros! estoy muy triste ¿por qué a mí? Yo solo quería una familia y la tengo, yo quería una hermanita como *Nieve para jugar y dormir, yo quería conocer los hijos de mi pa' y de mi ma', y también los de mis tíos, pero creo que ya no será así ¡¡¡Sniff! Mi abue tiene algo que llama fe, no sé qué es, pero si ella lo dice es porque funciona, así que cuando me la de con los medicamentos, la voy a lamer hasta el fondo de la cuchara para curarme. Adoro ir al parque, pero la infesta de garrapatas ha crecido y nadie se da cuenta hasta que están en nuestro cuerpo. Tendré que tomar medicamentos de por vida y esperar a que un gran científico logre investigar algo para curarme. Les cuento mi historia, la historia de la diosa perruna *Afrodita, que no quiere que ningún perrito tenga en su barriguita zoológicos, que la gente que tiene criaderos los cuide y los venda de manera responsable a los futuros amos. Soy *Afrodita una hermosa perra pastor ovejera, que hoy tiene un parásito mortal en su cuerpo. *Los nombres de las mascotas fueron cambiados a petición de sus ma' Hoy 11 de noviembre de 2017 todavía vivo en casa de mis abuelitos. No crecí mucho, pero soy feliz, no me he vuelto a enfermar, sigo en controles con los médicos veterinarios maravillosos y juego, duermo y como bien. ¡Esta sí es una vida de perros! Yo *Afrodita soy afortunada de tener una familia y aunque mi abuelito dijo que solo estaría unos días en esta casa, este mes cumplo tres años de estar aquí y ser la compañía de mis abues ahora que la mamá de *Nieve y la mía viven en el extranjero.
Hablar de Carmen es hablar del coraje, la fortaleza y la entrega. Así la describen quienes la conocieron hace más de cinco años. Cuando se pregunta sobre esta mujer, su vida y su familia, todos aciertan en decir —Carmen, una mujer bella, luchadora, con una familia sin igual. Con tres hijos que estudiaron en los mejores colegios y universidades, un esposo al que ella idolatraba como un gran dios y que le lleva una década en edad. La recuerdan por sus hermosos ojos claros, su rostro perfilado, que aun con el paso del tiempo dejaba entrever la belleza de sus años mozos. Sara, su cuñada y vecina, dice que —Todo en la vida de ella era perfecto. Trabajaba de sol a sol para que su familia tuviera las comodidades y los lujos que ella no tuvo en la infancia. Fue criada en una época en la se le inculco que el marido era el todo y que una mujer se debía a su pareja, como lo decía doña Marina, su madre: <> —Estas recomendaciones solo la llevaron a convertirse en una esclava, a que perdiera lo más preciado, su dignidad. Continua Sara con su relato —Tenía un negocio propio y próspero. La floristería era rentable y no le importaba dividir su vida entre el trabajo, el cuidado de la familia y de su hogar. Por eso la abrió al publicó en un local de su casa, para hacer todo desde allí. ¡Para ella era perfecto! —El trabajo era pujante y entonces Juan, su esposo, decidió ayudarla a administrar la floristería. Soñaba cada día con irse de viaje al exterior con su marido y que sus hijos sacaran una carrera profesional. Carmen conoció a Juan y se fue a vivir con él cuando apenas cumplió los quince años, en contra de todos los prejuicios sociales y familiares —agrega Sara. De esta relación nacieron tres hijos, María Paula, Juan Sebastián y el menor, luego de diez años, Juan Felipe. Ella se vanagloriaba siempre diciendo <> — Concluye su cuñada. Esta bella mujer siempre cumplió su cometido y nunca desamparo a su familia y menos al hombre que había conquistado su corazón. Sus hijos mayores entraron a estudiar a la mejor y más costosa universidad, María Paula a estudiar sicología y Juan Sebastián ingeniería. Un día Carmen sufrió una aparatosa caída cuando llevaba la cena a la mesa. Fue llevada de urgencias al hospital y le diagnosticaron fractura de cadera, debían operar de inmediato. Luego de varias horas en el quirófano, el cirujano habló con su familia entregándoles un parte de victoria —La cirugía fue un éxito, ahora hay que esperar a que se recupere de la anestesia. Pero lo que el galeno no les explicó, es que habían tenido problemas para que ella despertara. Pasaron los días y los médicos determinaron que una dosis muy alta de anestesia había dejado a Carmen en estado de coma. Nadie lo podía creer, se estaba convirtiendo en un vegetal. Luego de tres meses decidieron que lo mejor era llevarla a casa, allí mantenerla conectada, brindarle los cuidados requeridos y llenarla de mucho amor, esto muy probablemente le ayudaría a su recuperación. La habitación donde se encuentra Carmen en su casa, tiene una gran ventana a la calle, las cortinas están corridas y los rayos de luz penetran como si quisieran llenarla de vida. Al frente de la cama hay un televisor transmitiendo en un canal religioso que deja entre oír los rezos constantes. Al lado izquierdo de la cabecera hay una mesita llena de medicamentos, ungüentos y lo necesario para atenderla. A la derecha hay otra muy hermosa, vestida con un mantel blanco, con cuadros místicos, una pequeña luz encendida, libros de oraciones y un crucifijo. En el mismo costado un dispositivo que le mide permanentemente sus signos vitales. Al entrar a la habitación se ve a doña Marina, la madre de Carmen, sentada junto al lecho de su hija. Desde su 'corazón de mamá' comienza a contar con desolación lo difícil que es ver a un ser querido y a una mujer llena de vida 'postrada' en una cama por la irresponsabilidad de un profesional que no supo suministrar de manera adecuada la anestesia. Ella es una mujer de setenta y nueve años, con su piel ajada por el tiempo y el dolor, de pasos lentos y cansados por la edad, quien desde hace cinco años no ha dejado ni un solo día de estar al lado de su hija. Todos los días le pide a Dios por la sanación de mi "niña", como se refiere de manera cariñosa a ella. —Tengo la esperanza de que los milagros existen y que no será ésta una excepción. Guarda silencio y agrega —Aunque a veces, no lo puedo negar, en medio de mis oraciones le pido que se la lleve a descansar, porque esto no es vida. — Me case a los diez y seis años cuando mis padres arreglaron mi matrimonio con Gumercindo, Carmen nació cuando yo despuntaba lo diez y siete. Fue una niña saludable, una bebé hermosa llena de alegría y risas permanentes. Luego, una mujer bella con unas líneas que bosquejaban un cuerpo precioso. Terca, muy terca, pero con una fortaleza a toda prueba, por eso creo que puede recuperarse. Pero tenía que haberse 'juntado' con Juan... Pasado un año del accidente de Carmen, sus hijos mayores decidieron que lo mejor era viajar al exterior y radicarse allí. María Paula viajo a España y Juan Sebastián a Canadá. —Ellos se fueron porque tenían que seguir con sus caminos, no podían quedarse a cuidar a la mamá, porque esa no era su responsabilidad. Recuerda doña Marina con tristeza. —Hasta el día de hoy, luego de cuatro largos años, ellos de vez en cuando llaman a preguntar por ella y no lo hacen con frecuencia porque saben que esta igual. Pasados tres meses de la partida de sus hijos, Juan, se cansa de administrar y atender la floristería, entonces decide que aún tiene derecho a vivir y viaja junto con su hijo Juan Felipe a los Estados Unidos Unidos y allí se radican. —Él siempre fue un bueno para nada. Dice doña Marina. —Mi hija lo acostumbró a estar bien atendido, a tener lo mejor de lo mejor. Decir que administró la floristería, solo es un decir, solo estaba allí para revisar cuánto dinero llegaba a la caja, para disponerlo a sus anchas y darse una gran vida. —Hasta el día de hoy no sabemos en qué parte de ese país está, no sabemos nada del niño y nunca desde el día en que partió hemos escuchado una llamada. Los ojos de doña Marina se llenan de lágrimas que caen sobre sus mejillas aciagas, toma un crucifijo entre sus manos y el llanto entre corta sus palabras —Ver a mi hija en estas condiciones es muy difícil. Bañarla en una cama, colocarle pañal, alimentarla por la vena, utilizar oxígeno, no oír su voz, no verla correr por la casa con su ligereza de siempre y saber que está ahí y no está. Las heridas de su cuerpo se han convertido en cicatrices y vivir con la zozobra de que en algún momento ya no va a respirar más, es muy duro. El trabajo de cuidarla lo comparte doña Marina con su otro hijo, Germán, el hermano menor de Carmen. —Él, su esposa y sus dos hijos han sido una bendición. Nunca han dejado de estar pendientes de Carmen. Él, Germán, la mima, la cuida y venera como a una santa. Han sacrificado mucho como familia, no viajan, no tienen vida social y las pocas reuniones familiares prefieren hacerlas, aquí en la casa de Carmen, para que ella se sienta acompañada. Germán a nombre de su hermana demandó judicialmente a la clínica por el mal procedimiento que le hicieron, pero esta nunca prospero. A interpuesto infinidad de recursos para que le asignen a una enfermera, pero solo se la han dado en tres ocasiones, cada una por cuatro meses. Se ha asesorado de muchos abogados para que los hijos de Carmen y su esposo se hagan cargo, pero ha sido infructuoso porque no se sabe a ciencia cierta, cuál es su paradero. Hoy Germán esta en la disyuntiva de dejar vivir a Carmen por más tiempo como un vegetal o dejarla que definitivamente viaje a la eternidad, pero necesita la aprobación de Juan y de los hijos. —No solo mi hijo tiene esta duda, yo también, y debo tomar la decisión de dejarla así o desconectarle, porque después de su familia, yo soy quién podrá tomar esta dura determinación. —agrega doña Marina. —Yo siento que las fuerzas ya no me acompañan, siento que cada día será más difícil venir a cuidarla, porque yo también tengo mi casa y a mi viejito que está muy enfermo. También sé, que no le puedo dejar esta responsabilidad a mi hijo, ni a su familia. Cuando yo me muera, porque siento que el día se acerca, ¿qué será de ella? ¿qué será de mi hijo? tengo miedo de que su familia se derrumbe porque aunque lo hacen de buen corazón, todo esto los ha afectado demasiado. —Solloza El estado de Carmen es estable, durante todo este tiempo no ha tenido complicaciones, su familia dice que tiene "salud para rato", que simplemente duerme. —Ella, mi 'niña', siempre fue fuerte, con un coraje indomable y sé que no ha partido a la eternidad, porque en el fondo, ella espera de sus hijos y su esposo le devuelvan algo del sacrificio que hizo porque fueran una familia feliz, llena de privilegios, sin privaciones. La mira con tristeza y continua —Esta es la vida que ella eligió vivir, bueno si se puede decir vivir. ¿De qué le sirvió sacrificar su propio ser? Ella jamás se dio gustos, ni el verdadero valor de mujer y de madre, solo la veían como la persona que proveía el dinero, la que siempre estaba ahí para servir y una falsa estabilidad en la casa. Mi hija nunca fue feliz, jamás sintió que era valorada y que tenía derecho a realizarse como todo ser humano. Hace una pausa larga, toma la mano de su hija y finaliza —La vida es única, es una oportunidad que no se puede dejar escapar. Aunque Carmen esta al borde de la eternidad, no quiere irse, no se ha dado cuenta que cuando hemos vivido de quimeras, como fue su vida, uno se queda en el limbo de la incertidumbre. Besa la mano de su 'niña' —No estas ni muerta, ni viva solo a la espera de recibir un abrazo, un gracias o quizá un beso de su familia, que ya no llegará. *En Colombia se han abierto las puertas para realizar de manera legal la eutanasia desde comienzos de julio de este año. Doña Marina y Germán han decidido aplicar a este recurso para que Carmen descanse en paz.
Agradezco la lengua que me legaron, las palabras alemanas, las canciones de cuna, el Tros Tros Trillie, las rítmicas polkas, en los alegres casamientos. Agradezco el ejemplo que me legaron, en las largas horas de trabajo, haber aprendido que el pan se gana con el sudor de la frente, con esfuerzo y sacrificio, y férreas convicciones. Agradezco las tradiciones que me legaron, la fiesta de Kerb con sus procesiones, la Pascua con su Conejito y sus huevos de colores, la Navidad en familia con el Christkindie y el Pelznickel. Agradezco ser nieto de inmigrantes que llegaron de allá lejos, el Volga, con sus baúles llenos de sueños, fundando aldeas en la pampa desolada, sembrando de trigo los campos vírgenes, y poblando de hijos argentinos el país. Autor: Julio César Melchior.
Maerten van Heemskerck was a painter, designer of prints and draughtsman active in the 16th century...
Summer that year had been more brutal and exhausting than usual, the constant heat and humidity making us all a restless, sweaty mess searching for an elusive spot to cool off, and I was feeling trapped in my 8th floor rented studio, with no AC and full blown agoraphobia. With several types of medication in …
After the destroyed Armenian cemetery of Julfa, let us see now a medieval Armenian cemetery that has survived. Photos mainly by Julia a...
Rosita, la tejendera de Los Hornillos Hace unos años buscando testimonios de la vida serrana para el documental “ Horizonte Cerca”, caminamos “hacia arriba” por el sendero que nos lleva a la montaña, hacia la casa de “Rosita, la tejendera del pueblo”, como se la conoce en Los Hornillos. La entrada del camino esta señalizada con un cartel que pronto nos recibe así: “Usted está entrando a un ecosistema, el cual necesita de su cuidado, lo hará respetando su flora, fauna y todo su entorno, sólo tiene que disfrutarlo, gracias.” La caminata de ida demandará 1 hora, y a pesar de ser ascendente se va poniendo grata a medida que se avanza, porque primero se alcanza una hermosa cascada de agua cristalina, donde es imposible no detenerse ante su natural belleza y tomarse un descanso, y si el clima lo pide un benefactor baño. A medida que se gana en altura la vista se va sintiendo a sus anchas, se observa en toda su magnitud el Valle de Traslasierra, y mirando en dirección Norte a lo lejos se adivinan los volcanes de la Pampa de Pocho. El paisaje no puede ser más grato a los ojos, y una vez cruzado el arroyo que baja de la montaña, nos encontramos ya con la casa de Rosa, que vive allí junto a Félix, con quien esta casada hace 60 años. Rosa nos muestra entonces su telar y sus tejidos artesanales, mientras nos va dejando un puñado de memorias y relatos: Fotografía: Corina Cado Fotografía: Corina Cado Rosa: - “Nuestra vida aquí es muy buena, siempre estamos haciendo algo. Mi abuela hilaba y mi bisabuela también. Yo hilo, tejo y bajo al pueblo (Los Hornillos) tres veces por semana a ofrecerlos.” Félix: - “Tenemos una vida tranquila aquí. Yo nací como un cabrito, ir al pueblo no me gusta, soy arisco para bajar al bajo. Me gusta quedarme en la montaña.” Rosa: - “Antes mi abuelo carniaba un animal y nos decía: háganle un paquetito para mandarle a Don Rosales, y mi abuela hacía pan y le mandábamos pan y carne. La gente era más unida, más familiarizada, y no éramos parientes ni nada.” Fotografía: Corina Cado Félix: - “Ahora la gente está más egoísta me parece, porque el que tiene más, ¡más quiere!, y el pobre, que sea pobre nomás…” Rosa: - “Nosotros somos felices con lo que tenemos, no deseamos nada de lo que hay en la ciudad.” Félix: - “Digamos que antes nos dábamos la mano, los vecinos tenían la voluntad de ayudarse entre ellos.” Rosa: - “Acá en vida de los abuelos, en el pueblo todas las casa eran de techo de paja. Un domingo que decidían techar, iban, se juntaban varios y techaban la casa. Al otro domingo otra casa y así.” Fotografía: Corina Cado Pregunta: - “¿Y sus abuelos Don Félix eran descendientes de indios comechingones? Félix: - “Y sí...” Pregunta: - “¿Y que recuerda de ellos?” Félix: - “¡Y que eran fieros como yo!” (risas) Después de compartir más de una hora de charla nos despedimos, y doña Rosa antes de partir ya nos tenía preparado su paquetito de carne para darnos, siguiendo con esa costumbre tan amable de ofrecer y ayudar… Parte de estos relatos están incluidos en libro “Historias Populares Cordobesas: Los Hornillos” producido por la Biblioteca Popular de Los Hornillos. Agradecemos a su titular Daniel Britos la gentil cesión. Contacto Biblioteca Popular de Los Hornillos: [email protected] Las imágenes y otros pasajes narrados pertenecen al documental “Horizonte Cerca” dirigido y producido por Daniel Rojas.
Galeria: Retratos de mujeres trabajadoras de Cantabria
El Fülsen o budín de pan es un plato tradicional de los alemanes del Volga, que nunca falta en los grandes eventos, tanto familiares como sociales, que se llevan a cabo en los pueblos alemanes. Ingredientes Pan duro: 1 kg Leche: 1 litro Azúcar: 1/2 taza Crema: de leche 1/2 taza Huevos: 2 o 3. Pasas de uvas Preparación: Mojar el pan con la leche hasta que este blando, luego agregar la crema, los huevos, el azúcar y mezclar bien. Agregar las pasas de uvas y volver a mezclar. Colocar en un molde en mantecado. Cocinar a horno moderado. (Si desea conocer más recetas tradicionales que nos legaron nuestros ancestros, puede adquirir el libro “La gastronomía de los alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior, que rescata más de 150 recetas de la cocina de los alemanes del Volga. Para ello, comunicarse a: [email protected]).
Cuando era estudiante de secundaria, apenas una adolescente, llego a mis manos el libro Después empezará la madrugada del maestro, poeta y escritor colombiano Fernando Soto Aparicio. Este libro me enseño la buena lectura, a imaginar, a soñar y antetodo entender algo de nuestra historia reciente, esa historia que ha desangrado a mi país y que muchos prefirieron no contar. Luego pasarían: La rebelión de las ratas, El espejo sombrío, Mientras llueve, La siembra de Camilo y su último trabajo de despedida de esta vida, Bitácora del Agonizante. Él, Fernando Soto Aparicio se convirtió para mí, en ese primer gran amor que siente una niña por su padre, lo idealice con cada libro, con cada poema y siempre pensé que jamás lo conocería, aunque mí corazón juvenil de entonces, conservaba en lo más íntimo y en secreto esta esperanza. Un día mi sueño secreto de conocerlo se hizo realidad, habían pasado muchos años, esa jovencita había crecido y se había convertido en periodista. Para ese entonces cuando lo conocí, trabajaba como periodista de cultura en un medio de comunicación radial. Una tarde casi dos décadas atrás, lo invitamos al programa para hablar sobre sus escritos. Cuando lo vi, no lo podía creer, mi mente, mi cuerpo y mi espíritu se paralizaron, estaba frente a ese hombre que había marcado mi vida intelectual y aunque los periodistas estamos preparados para entrevistar a cualquier personaje, fue como vivir ese momento en cámara lenta. Era un hombre de unos sesenta y tantos años, para entonces, de gran estatura y de contextura gruesa, no lo podía creer, era mi ídolo, el personaje por el cual le tomé amor a la lectura, por el cual entendí que mi país y mi América Latina entre conflicto y conflicto se desangraban, el hombre que sin saberlo, me enseñó el amor por la escritura. Se sentó a la mesa de trabajo, mis compañeras comenzaron la entrevista y yo, como si hubiera encontrado al amor de mi vida, sentía mariposas en mi estómago, no musitaba palabra, solo quería que su voz, como lo hicieron en su momento las letras, se quedaran impresas en mi mente. Luego sin pensarlo dos veces, comencé a preguntar por cada uno de esos libros maravillosos que pasaron por mi mano y la admiración comenzó a salir con cada pregunta de una manera delicada, adecuada para descubrir en él los secretos para ser escritor. La conversación se convirtió en una charla amena, como si hubiéramos sido siempre amigos, entre amigos. El tiempo —casi dos horas de entrevista—, fue corto para todo lo que tenía que preguntar y aprender. Nunca en mi carrera profesional me había pasado y le agradezco a la vida haberlo leído, haberlo tenido cerca y he atesorado, desde ese día, en mi mente y en mi corazón ese encuentro como un gran regalo del Cielo. Nunca más lo volví a ver personalmente, pero siempre estuve al tanto de cada uno de sus trabajos y de su vida, tanto así que desde que él abrió su cuenta en Facebook, lo seguí para sentirlo más cerca, aprender de cada publicación que hacía en su perfil y luego, cuando hizo público su cáncer y estado terminal lo acompañe en la distancia virtual. Fernando Soto Aparicio no solo fue un gran poeta, escritor y periodista colombiano, fue un sabio que supo cuándo escribir su último libro, el de su muerte— Bitácora de un agonizante, noviembre de 2015—, cuándo cerrar su cuenta de Facebook—hace tres días— y cuándo morir —el último día de la Feria Internacional del Libro de Bogotá—. Fernando Soto Aparicio. Foto tomada de su muro Facebook Hoy le rindo este pequeño homenaje, a aquel hombre que ha partido a los 83 años luego de luchar contra un cáncer terminal y que con su última obra nos enseñó que un escritor debe despedirse de su lector y que esta labor no termina, porque la vida se está yendo y por ello nos entregó su último trabajo <>, que fue escrito para la muerte, luego de haber escrito para la vida, tuvo la fuerza para contar en ella todo lo que le agobiaba. Hoy se va un grande, un hombre que fue perseguido por su pluma liberal y revolucionaria; un periodista que compartió sus escritos en diferentes periódicos y revistas de Colombia; un hombre que sin saber fue mi maestro, al que admiró y admiraré por siempre; un ser humano que murió con la paciencia de aceptar la muerte como otro capítulo de la novela de su vida. Descansa en paz Fernando Soto Aparicio que en el Cielo te están esperando por ti todos esos personajes ficticios y reales a los que liberaste con tus letras. Aunque nunca te postularon para el Nobel, tienes el premio más grande que un escritor pueda tener: el amor de todo un país. Paz en su tumba.
Todos los derechos de la foto Pinterest Isabel sale de su casa como todas las noches junto con su perro, para recoger a Alejandra su hija, en la estación del bus. Por el camino la mascota se siente incómoda, lo que nunca hace de jalar fuerte para ir al encuentro con su ama, lo ha hecho hoy. Por el camino le ha ladrado a todo el que pasa por el lado y sin más ni más, le buscó pelea a un perro dálmata del vecindario. Isabel se inquieta y la obliga a seguir porque ya están sobre el tiempo para encontrarse con su hija. Alejandra es estudiante universitaria, tiene que ir cada día las afueras de la ciudad, ella termina clases a las siete de la noche y normalmente está arribando al paradero a las 8:15. Tienen los minutos encima, ya son las 8:10 de la noche y todavía les faltan algunas cuadras. Agitadas Isabel y la mascota llegan a tiempo, la ven bajar del autobús y como siempre su perro se abalanza para saludarla, luego del abrazo de llegada comienzan a caminar por la calle solitaria, que a un lado limita con un parque oscuro y por el otro con conjuntos residenciales. La fría noche hace que la calle sea más solitaria que de costumbre. De repente ven venir a un hombre que trae un abrigo con capucha, el cual sigue de largo, pero a unos pasos se devuelve y le coloca a Alejandra un puñal en el cuello y le quita el bolso. Esto sucedió en fracción de segundos. Cuando Isabel se percató de la situación y quizá su instinto maternal funciono, con su brazo le pega al cuchillo retirándolo del cuello de su hija, el hombre sale corriendo. Isabel presurosa la revisa, Alejandra por fortuna, salió ilesa del arma. De pronto aparece un carro y el conductor pregunta: —¿Están bien? ¿Les hizo algo? ¿Qué se robó? Alejandra asustada le responde mi bolso y tengo allí mi uniforme, el celular, libros y cuadernos. El hombre no lo pensó, le dio reversa al vehículo y comenzó la persecución. A la par Isabel dijo De pronto la calle que unos minutos antes estaba solitaria se llenó de vehículos y gente. Ellas gritaban —¡Cójanlo, es un ladrón! ¡Ladrón! ¡Nos robó! —Señor envíanos tu ejército, dijo Isabel y junto con la joven y la mascota comenzaron a correr y a gritar tras el sujeto. A la mascota el lomo se le erizo y ya no era Isabel quien la controlaba, sino era ella quien estaba a pocos metros del ladrón, está desesperada. La madre intento soltar al animal, pero hubo algo que le advirtió que si lo hacía el hombre la podía herir con el arma y entonces la mantuvo a paso veloz. El conductor que inició la persecución se había bajado del vehículo cerca de la avenida principal que colinda con la carrilera del tren, tomó del brazo al ladrón, había demasiado el flujo de carros que tuvo que soltarlo. El sujeto desapareció por las vías del ferrocarril. El hombre se devolvió desconsolado y solo acato a decir — ¡Lo siento! lo intente, pero si seguía tras de él corría peligro mi vida. Madre e hija tristes llegaron a su casa, tratando de explicarse el porqué de esta situación. Alejandra se lamentaba, tenía todo lo que necesitaba para la evaluación del día siguiente: su uniforme, instrumentos, cuadernos, libros, la tablet, el celular y su billetera con todos los documentos de identidad. Solo decía ¡Ya nada puedo hacer! y su rostro se perdía tal vez en el miedo del momento y en la angustia de volver a enfrentar la calle y su examen. Al día siguiente, la estudiante salió a las seis de la mañana en compañía de su madre quien la bendijo y la dejo en el transporte rumbo a la universidad. Hacia las 10 de la mañana suena el celular de Isabel —Hola mami —Hola Hija ¿Cómo estás? —Me han llamado de la dirección de la facultad para decirme que una mujer habló por teléfono con el director de la carrera y que tiene mi bolso. — ¿Cómo así? No entendían cómo una mujer lo tenía, si fue un hombre joven quién lo robo. Alejandra le dio el número e Isabel se colocó en contacto con la mujer. La madre tuvo temor de ir sola a un conjunto de casas cercano al suyo y espero la llegada de su esposo para ir juntos. Así que acordó la cita para la noche. Al llegar al lugar el portero de las casas los anunció y con bastante temor, ingresaron al sitio. Golpearon a la puerta de la residencia y una mujer de unos sesenta años, con unos rasgos muy elegantes abrió y los hizo seguir. Se acomodaron en una sala amplia, decorada exquisitamente, con ángeles y pinturas muy especiales. Beatriz, que así se presento la anfitriona, estaba con su esposo Federico, un hombre mayor con acento capitalino. Isabel inquieta le pregunta: si usted estaba en su casa ¿cómo fue que encontró el bolso de mi hija? —Esta mañana muy temprano, salí como lo hago tres veces a la semana al salón de belleza para que me arreglen el cabello y tengo que pasar por la carrilera del tren. De pronto a un costado de los rieles, vi un bolso, nunca encuentro nada, pero me llamo tanto la atención y recordé la situación de la noche anterior que lo recogí. El bolso estaba cerrado, muy frío por el hielo del amanecer, pero cerrado. Isabel y su esposo se miraron con cara de incredulidad y sorpresa. Beatriz prosigue, —Luego de salir del salón vine a casa, lo abrí y encontré un uniforme, unos instrumentos, cuadernos, su celular, intente buscar algún número telefónico pero estaba bloqueado. Hace un alto y dice —Me disculpo, pero tenía que revisar todo a ver si encontraba en algún lugar de la cartera un número para avisar que lo había encontrado. Los padres de Alejandra sonrieron pícaramente y de manera tierna, al sentir la honestidad de Beatriz. —Anoche pasadas las ocho de la noche oímos una gritería, nos asomamos a la ventana que da a la calle y vimos a un hombre correr con algo en la mano, detrás un perro, una señora, una joven y dos hombres que gritaban que las habían robado. Detrás de ellos iba mucha gente, muchísima gente que también gritaba y en la vía de los vehículos había carros que pitaban. Nos asustamos mucho y nos dijimos con Federico que la inseguridad estaba tan incontrolable que era mejor llegar muy temprano a casa y no volver a salir más. —Lo cierto es que en su billetera, que aún conserva su dinero, había un número telefónico de la universidad y por eso lo informe. Los padres con un gesto de alegría y con palabras de agradecimiento, le preguntaron que si debían darle algo. Pero ella respondió. —No, solo hay varias cosas que me llaman la atención y que debo decirlas, quizá es tontería mía. Los padres le dijeron que no había problema y le preguntaron —¿Qué es lo que la inquieta doña Beatriz? —No es normal que uno encuentre en la billetera de otra persona con imágenes religiosas de los santos a los que uno es devoto, su hija tiene a la virgen, al niño Jesús de Praga o Divino Niño, al señor de los Milagros y al ángel de la guarda, y yo creo en ellos. Miren todos los ángeles que hay en este lugar, las pinturas del niño Jesús de Praga y a mi bien venerado Señor de los Milagros. Isabel se apresura a contarle —la niña y nuestras familias fueron entregadas desde generaciones anteriores a estas divinidades católicas y Alejandra las lleva siempre con ella. Pero también me parece raro que haya esta coincidencia. Beatriz, pregunta —¿Anoche, realmente ustedes estaban solas? porque eso es lo que me dicen. —Estábamos la niña, el perro y yo. —Entonces ¿Quiénes eran los hombres que estaban a los lados de ustedes? —No había nadie, yo sentí mucha gente detrás, más no al lado. Beatriz le dice, —quizá usted no los vio, pero estaban allí, se lo aseguro. Entonces Federico, dice —Yo también los vi. A Isabel se le ilumina el rostro, sonríe y le dice —Una de mis pasiones es pintar ángeles de todos los tamaños, creo que de una u otra forma les doy vida con los colores para que cuiden a quiénes los compran. Hace un silencio, mira al cielo y continúa. —Cuando sucedió el robo y luego de que yo revisara a mi pequeña, le pedí a Dios que me enviará su ejército y así lo hizo. Creo que he pintado tantos ángeles, que tuvieron vida para cuidarnos. Ésto me de muestra que ellos estuvieron allí.
Todos los derechos de la foto Pinterest Isabel sale de su casa como todas las noches junto con su perro, para recoger a Alejandra su hija, en la estación del bus. Por el camino la mascota se siente incómoda, lo que nunca hace de jalar fuerte para ir al encuentro con su ama, lo ha hecho hoy. Por el camino le ha ladrado a todo el que pasa por el lado y sin más ni más, le buscó pelea a un perro dálmata del vecindario. Isabel se inquieta y la obliga a seguir porque ya están sobre el tiempo para encontrarse con su hija. Alejandra es estudiante universitaria, tiene que ir cada día las afueras de la ciudad, ella termina clases a las siete de la noche y normalmente está arribando al paradero a las 8:15. Tienen los minutos encima, ya son las 8:10 de la noche y todavía les faltan algunas cuadras. Agitadas Isabel y la mascota llegan a tiempo, la ven bajar del autobús y como siempre su perro se abalanza para saludarla, luego del abrazo de llegada comienzan a caminar por la calle solitaria, que a un lado limita con un parque oscuro y por el otro con conjuntos residenciales. La fría noche hace que la calle sea más solitaria que de costumbre. De repente ven venir a un hombre que trae un abrigo con capucha, el cual sigue de largo, pero a unos pasos se devuelve y le coloca a Alejandra un puñal en el cuello y le quita el bolso. Esto sucedió en fracción de segundos. Cuando Isabel se percató de la situación y quizá su instinto maternal funciono, con su brazo le pega al cuchillo retirándolo del cuello de su hija, el hombre sale corriendo. Isabel presurosa la revisa, Alejandra por fortuna, salió ilesa del arma. De pronto aparece un carro y el conductor pregunta: —¿Están bien? ¿Les hizo algo? ¿Qué se robó? Alejandra asustada le responde mi bolso y tengo allí mi uniforme, el celular, libros y cuadernos. El hombre no lo pensó, le dio reversa al vehículo y comenzó la persecución. A la par Isabel dijo De pronto la calle que unos minutos antes estaba solitaria se llenó de vehículos y gente. Ellas gritaban —¡Cójanlo, es un ladrón! ¡Ladrón! ¡Nos robó! —Señor envíanos tu ejército, dijo Isabel y junto con la joven y la mascota comenzaron a correr y a gritar tras el sujeto. A la mascota el lomo se le erizo y ya no era Isabel quien la controlaba, sino era ella quien estaba a pocos metros del ladrón, está desesperada. La madre intento soltar al animal, pero hubo algo que le advirtió que si lo hacía el hombre la podía herir con el arma y entonces la mantuvo a paso veloz. El conductor que inició la persecución se había bajado del vehículo cerca de la avenida principal que colinda con la carrilera del tren, tomó del brazo al ladrón, había demasiado el flujo de carros que tuvo que soltarlo. El sujeto desapareció por las vías del ferrocarril. El hombre se devolvió desconsolado y solo acato a decir — ¡Lo siento! lo intente, pero si seguía tras de él corría peligro mi vida. Madre e hija tristes llegaron a su casa, tratando de explicarse el porqué de esta situación. Alejandra se lamentaba, tenía todo lo que necesitaba para la evaluación del día siguiente: su uniforme, instrumentos, cuadernos, libros, la tablet, el celular y su billetera con todos los documentos de identidad. Solo decía ¡Ya nada puedo hacer! y su rostro se perdía tal vez en el miedo del momento y en la angustia de volver a enfrentar la calle y su examen. Al día siguiente, la estudiante salió a las seis de la mañana en compañía de su madre quien la bendijo y la dejo en el transporte rumbo a la universidad. Hacia las 10 de la mañana suena el celular de Isabel —Hola mami —Hola Hija ¿Cómo estás? —Me han llamado de la dirección de la facultad para decirme que una mujer habló por teléfono con el director de la carrera y que tiene mi bolso. — ¿Cómo así? No entendían cómo una mujer lo tenía, si fue un hombre joven quién lo robo. Alejandra le dio el número e Isabel se colocó en contacto con la mujer. La madre tuvo temor de ir sola a un conjunto de casas cercano al suyo y espero la llegada de su esposo para ir juntos. Así que acordó la cita para la noche. Al llegar al lugar el portero de las casas los anunció y con bastante temor, ingresaron al sitio. Golpearon a la puerta de la residencia y una mujer de unos sesenta años, con unos rasgos muy elegantes abrió y los hizo seguir. Se acomodaron en una sala amplia, decorada exquisitamente, con ángeles y pinturas muy especiales. Beatriz, que así se presento la anfitriona, estaba con su esposo Federico, un hombre mayor con acento capitalino. Isabel inquieta le pregunta: si usted estaba en su casa ¿cómo fue que encontró el bolso de mi hija? —Esta mañana muy temprano, salí como lo hago tres veces a la semana al salón de belleza para que me arreglen el cabello y tengo que pasar por la carrilera del tren. De pronto a un costado de los rieles, vi un bolso, nunca encuentro nada, pero me llamo tanto la atención y recordé la situación de la noche anterior que lo recogí. El bolso estaba cerrado, muy frío por el hielo del amanecer, pero cerrado. Isabel y su esposo se miraron con cara de incredulidad y sorpresa. Beatriz prosigue, —Luego de salir del salón vine a casa, lo abrí y encontré un uniforme, unos instrumentos, cuadernos, su celular, intente buscar algún número telefónico pero estaba bloqueado. Hace un alto y dice —Me disculpo, pero tenía que revisar todo a ver si encontraba en algún lugar de la cartera un número para avisar que lo había encontrado. Los padres de Alejandra sonrieron pícaramente y de manera tierna, al sentir la honestidad de Beatriz. —Anoche pasadas las ocho de la noche oímos una gritería, nos asomamos a la ventana que da a la calle y vimos a un hombre correr con algo en la mano, detrás un perro, una señora, una joven y dos hombres que gritaban que las habían robado. Detrás de ellos iba mucha gente, muchísima gente que también gritaba y en la vía de los vehículos había carros que pitaban. Nos asustamos mucho y nos dijimos con Federico que la inseguridad estaba tan incontrolable que era mejor llegar muy temprano a casa y no volver a salir más. —Lo cierto es que en su billetera, que aún conserva su dinero, había un número telefónico de la universidad y por eso lo informe. Los padres con un gesto de alegría y con palabras de agradecimiento, le preguntaron que si debían darle algo. Pero ella respondió. —No, solo hay varias cosas que me llaman la atención y que debo decirlas, quizá es tontería mía. Los padres le dijeron que no había problema y le preguntaron —¿Qué es lo que la inquieta doña Beatriz? —No es normal que uno encuentre en la billetera de otra persona con imágenes religiosas de los santos a los que uno es devoto, su hija tiene a la virgen, al niño Jesús de Praga o Divino Niño, al señor de los Milagros y al ángel de la guarda, y yo creo en ellos. Miren todos los ángeles que hay en este lugar, las pinturas del niño Jesús de Praga y a mi bien venerado Señor de los Milagros. Isabel se apresura a contarle —la niña y nuestras familias fueron entregadas desde generaciones anteriores a estas divinidades católicas y Alejandra las lleva siempre con ella. Pero también me parece raro que haya esta coincidencia. Beatriz, pregunta —¿Anoche, realmente ustedes estaban solas? porque eso es lo que me dicen. —Estábamos la niña, el perro y yo. —Entonces ¿Quiénes eran los hombres que estaban a los lados de ustedes? —No había nadie, yo sentí mucha gente detrás, más no al lado. Beatriz le dice, —quizá usted no los vio, pero estaban allí, se lo aseguro. Entonces Federico, dice —Yo también los vi. A Isabel se le ilumina el rostro, sonríe y le dice —Una de mis pasiones es pintar ángeles de todos los tamaños, creo que de una u otra forma les doy vida con los colores para que cuiden a quiénes los compran. Hace un silencio, mira al cielo y continúa. —Cuando sucedió el robo y luego de que yo revisara a mi pequeña, le pedí a Dios que me enviará su ejército y así lo hizo. Creo que he pintado tantos ángeles, que tuvieron vida para cuidarnos. Ésto me de muestra que ellos estuvieron allí.
Los aborígenes muiscas de la región central de Colombia descubrieron la grandeza y la majestuosidad de una montaña de sal que le entregaron a sus dioses como prenda de agradecimiento, por todas las maravillas que ella encerraba. Talla Memorias de la Sal del artista zipaquireño Carlos Penagos. Replica de la flora y la fauna de la región. (Foto Hilando las Historias) No solo era sal, había en ella lechuzas Cabeza de Corazón que eran sus mascotas y que en la época de la conquista fueron vitales para avisarles la presencia española en el lugar o simplemente para escuchar su tímido canto nocturno que les presagiaba los dones de la sabiduría. Los árboles de roble y mano de oso apenas son la representación de la riqueza de la fauna y flora de la hermosa tierra fértil que circunda la región gobernada por el Zipa, que era el cacique a quien los indígenas veneraban como un dios viviente. Esta mágica montaña fue conocida y reportada por Alejandro Humbolt hacia 1800 en sus escritos como presagiando su importancia y la riqueza que representaba este lugar enmarcado por tanta belleza. Esta fantástica aparición de la naturaleza se ubica en en la población de Zipaquirá que deriva su nombre de Zipa que significa cacique y quirá tierras fértiles, Zipaquirá igual Las tierras fértiles del cacique. Pasados los años los mineros de la población decidieron extraer la sal para comercializarla y a medida que se adentraban a la montaña, no les era fácil salir para darle gracias a Dios por su vida, por su familia y por las bendiciones recibidas, entonces comenzaron a tallar imágenes, a crear lugares de adoración para simbolizar su fe de una manera incipiente en la mina y con la visita periódica del sacerdote del pueblo para realizar la eucaristía, todo se volvió sublime y religioso. Lo que estos rudos mineros nunca imaginaron es que el lugar que era de oración y de simbolismos propios, se convertiría con el paso del tiempo en una catedral subterránea, que recibiría miles y miles de visitantes, que llegaban atraídos por lo novedoso, muchos de ellos por peregrinación y devoción. Esta primera catedral de sal no aguantó el paso de los años y los pilares con los que fue construida comenzaron a deteriorarse y así fue que para 1992 fue cerrada con el propósito de rescatar la Maravilla Moderna en que se había convertido y hacerla con una arquitectura más moderna, sin dejar atrás las esculturas realizadas por el italiano Ludovico Consorti, el mismo que hizo la puerta santa de la Basílica de San Pedro y muchas de las tallas hechas por estos hombres 'subterráneos' que se mantienen con el tiempo. Tres años después, se abre la nueva Catedral de Sal que mantendría la seducción y la expectativa de sentir y saber que había bajo tierra. _____ Cuando se da el primer paso para ingresar a esta mina todo se vuelve mágico, las paredes que están cerca de la capa vegetal dejan ver su color blanco y las piedras de marma o perita, que en el mundo minero es llamado 'oro de los tontos, impregnan a los muros destellos brillantes en medio de la oscuridad. Cruz del viacrucis dentro de la Catedral de sal Foto Hilando las Historias Todo comienza con el viacrucis, una hermosas cruces talladas en bajo relieve e iluminadas por luces artificiales que representan el camino que recorrió Jesús hacia el calvario, cada sección tiene reclinatorios de oración, también tallados de piedra salina que invitan a la oración. El simbolismo impregnado por los mineros, invita a los visitantes a la reflexión propia, que los mantiene expectantes por cada una de las paradas que han sido delicadamente cinceladas y que salieron de la imaginación de más de cien hombres que solo buscaban adorar al santísimo, porque sus días en la mina eran largos y tediosos, y por eso esta primera parte esta impregnada de la catedral es la muestra de agradecimiento por cuenta de los trabajadores de la mina, al Señor Crucificado. En este punto, los visitantes no se alcanzan a imaginar cómo estos hombres crearon una entrada tan atractiva a medida que sacaban más de 35 mil toneladas de sal para ser comercializada en el exterior y que poco a poco iban dejando atrás una cruz. Este camino es la única entrada que tiene la Catedral y que conduce lentamente a las naves de la permitiendo que más de que más de cuatro mil personas estén dentro sin que les haga falta el aire, una creación humana como homenaje a Dios. De pronto se observa ya a unos 167 metros bajo tierra una fantasía absoluta, se abre una gran cúpula que personifica la unión de Dios y el hombre. La parte superior fue hecha con cincel y martillo, es un círculo perfecto que simboliza al Supremo y las paredes salinas rusticas interpretan al hombre, lo material. El piso es hermoso tallado en piedra de mármol (lo único que no es hecho en piedra de sal), reflejando y proyectando la luz que se emite desde la cúpula. La vía continúa y aparece el coro que es armonizado con cánticos religiosos. Al lado izquierdo esta la escultura del arcángel San Gabriel tallado en roca salina, él tiene una posición privilegiada. Desde allí hay unos doce metros y se divisa de manera esplendorosa el altar mayor. Al fondo el altar mayor de la Catedral de Sal con la cruz más alta bajo tierra con una altura 16 metros de alto, a una profundidad de 138 metros. Fotos Hilando las Historias. Al bajar 12 metros más hay tres entradas, que según la creencia dice que quién entra por la puerta derecha es puro de corazón, el que ingresa por el centro es más o menos puro y quien lo hace por la izquierda es pecador, pero lo cierto es que llegar por cualquiera de las entradas es un privilegio que solo se puede vivir cuando se aprecia de cerca la primera nave, la nave del nacimiento. Nave del nacimiento. Familia de Belén. Foto Hilando las historias En este punto las esculturas personifican la familia de Belén, un tallado que tiene más de 60 años y que fue cincelado por el italiano Luidovico Consorti. Estas repujas son fastuosas y es quizá el único Belén del mundo que esta expuesto los 365 días del año. Cada figura esta perfectamente moldeada impregna en el ambiente el amor de la familia de Belén representa la conexión terrenal de Jesús con los hombres. La segunda nave no es menos importante que la primera, es la nave de la vida. Es indescriptible la sensación de emoción al verla cruz más alta del mundo bajo tierra, realizada en bajo relieve, con una altura 16 metros y que con efectos de luz que la hace tridimensional, se ubica detrás de altar mayor y su belleza es incomparable, representa la vida. Tiene una hermosa arquitectura con cuatro columnas, que según su simbología representan a los cuatro apóstoles, Lucas, Mateo, Juan y Marcos que representan la fe cristiana. Estos hombres, los mineros de Zipaquirá laboriosamente con amor, paciencia y regocijo en el alma, esculpieron cada centímetro de la Catedral, para vivir en plenitud con el Cielo aún estando bajo tierra. Medallón de la creación. Foto Hilando las Historias En el piso hay una talla en piedra llamada El Medallón de la Creación, que muestra, muy al estilo griego y romano en su forma, la chispa divina que Dios le impregno al hombre en la creación. Y la última nave , la nave tres es tan bella y bien lograda que representa la muerte y la resurrección de Jesús, el fin de su paso por la vida terrenal. Las grutas que la componen de manera majestuosa, tienen la obra escultórica de la pietat que de una manera sublime muestra el descendimiento de la cruz y otra gruta que le recuerda al mundo cristiano que Jesús resucitó. _________________ La leyenda dice que quiénes estén cerca y tengan ojo visor pueden en algunas noches de luna llena y especial la que precede la Semana Santa, escuchar murmullos y ver luces que entran en desfile hacia la Catedral y en el silencio de la noche oír cómo retumban los golpes de las picas y los cinceles tallando cada parte de la Catedral. Quién tenga la fuerza y la valentía para seguir allí, percibirá dentro y al fondo de la mina cantos, rezos y bendiciones que son emanadas con claridad, quizá por ese primer sacerdote que cada domingo iba acompañar espiritualmente a los mineros y que aún hoy, en el corazón de la montaña sigue su trabajo misionero para no olvidar las almas de los trabajadores y recordarle a Zipaquirá que la mina de Sal no solo es patrimonio turístico de la humanidad, sino de los hombres que día a día y centímetro a centímetro dejaron como legado y enseñanza que hay una vida nueva y mejor. El amanecer no es menos misterioso, porque al encuentro de la noche con el sol se oye a lo lejos el canto del custodio de la montaña, la lechuza Cabeza de Corazón quien le da la bienvenida al astro rey como símbolo de que por siglos y por siempre la montaña, la sal y la tierra son del gran cacique Zipa.
Tranvía de manivelas *Ricardo es un hombre que ésta por cumplir ochenta y cinco años, y como dice la canción del argentino Piero <>, él tiene la edad suficiente para contar cómo ha vivido la transformación de Bogotá y cómo ha visto la evolución del transporte en nuestra gran ciudad. ____ Ricardo se acomoda en el gran sillón de su sala y en su rostro se refleja la nostalgia y la alegría de todos aquellos recuerdos que pasan por su mente y que se niega a dejar escapar. Yo llegué muy niño a Bogotá, como en 1940 y el transporte de esa época era de carros particulares de las grandes familias de la ciudad y para quienes no teníamos los medios para ostentar con un vehículo usábamos el tranvía y se pagaba con centavos. Había dos clases de tranvías el cerrado que era el de lujo, ese viajaba de San Cristóbal a la avenida Chile y el tranvía abierto que eran de dos clases, los grandes que viajaban de la calle 13 con carrera séptima a San Fernando y los tranvías abiertos pequeños que eran los populares que viajaban de Pensilvania, donde era el matadero por la calle 13 hacia la universidad Nacional y al barrio Santander. Los tranvías inicialmente fueron de manivela e iban por carrileras, luego vinieron los eléctricos, tenían por encima unas cuerdas que los conectaban a los cables de energía, se volvieron más rápidos. A este transporte le fue muy bien porque las cuerdas no se caían mucho, solo cuando daban curvas, pero el 'ayudante del tranvía' las ponía muy rápido y seguía el recorrido. Los tranvías eran muy bonitos tenían asientos de madera maciza, eran abiertos por los dos lados y uno se podía subir por cualquiera. El tranvía se llenaba en las horas de mayor congestión u horas 'pico' y la gente se colgaba por lado y lado, como racimos humanos, pero no era tan incomodo como subirse hoy en día al Transmilenio o a un bus. En las horas que no eran pico, los muchachos como siempre han sido pillos, se subían o como decían “se colunchaban” en los costados o atrás para no pagar el pasaje y cuando venía el cobrador saltaban o los bajaban a palo. A raíz de esa situación, apareció un hombrecito, más bien pequeño que cuidaba el tranvía para que los jóvenes no se subieran y montaran gratis. Él se vestía con uniforme azul, un quepis rojo y un bolillo que le servía para bajar a los jovenzuelos del tranvía, entonces lo comenzaron a llamar El bobo del tranvía, del que se cuentan tantas historias y yo luego se las digo a usted. En 1948 con el 9 de abril, luego de que Bogotá se volvió un infierno a causa de la muerte del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, la mayor parte de los tranvías fueron incendiados y ahí comenzó la decadencia de este transporte que era rápido para su época, porque no éramos muchos los que vivíamos en Bogotá y no habían trancones. Era muy eficiente y además el paseo era muy rico sobre todo en las horas que no eran de mucha congestión o los fines de semana, porque uno podía ver la ciudad pequeña, con casas de la colonia y en muchas partes deshabitada. Era un medio de transporte muy sano porque no era contaminante. Esa época fue maravillosa... —Ricardo hace una pausa como si sus pequeños recuerdos quisieran alcanzar esa época y detenerla en su mente y con sus palabras, respira profundamente y continúa sin perder el hilo de la historia— ...porque la gente vestía muy elegante, los hombres con su vestido de paño, sombrero, paraguas y corbata, las señoras con abrigos, con vestidos sastre, guantes y carteras de mano. Todo eso hacía que viajar en tranvía fuera mágico y acogedor. Uno viajaba tranquilo para ir a trabajar o simplemente para pasear. Entre los años 50 y 51, el tranvía ya desapareció definitivamente y llegaron unos buses que trajeron de Rusia que se llamaban troli, él tenía como el tranvía cables que se cogían de las cuerdas de la luz y las llamábamos ‘tirantas’. No dio resultado porque los carros se les atravesaban y cuando el troli se abría para esquivarlos, entonces se les caían las ‘tirantas’ y ahí estaba la demora o cuando se iba la luz uno tenía que esperar mucho tiempo para que volviera arrancar. Como le venía diciendo, no dio resultado porque las vías no estaban acondicionadas para ellos, en el pavimento se abrían huecos porque eran muy pesados y como se le caían tanto los cables que los conectaban a la energía, lo hacía lento. Además, ese si fue un foco de corrupción en el distrito de Bogotá, trajeron muchos, los almacenaron por la avenida 68 en un parqueadero, allí se pudrieron y ahí los de la alcaldía hicieron su agosto porque se acabó la empresa y se la repartieron como 'aves de rapiña', eso fue para la década del 70, ¡Ah! y cuando habían paros esos buses eran los primeros que quemaban y apedreaban porque como eran del gobierno y a nadie le dolía, bueno eso era lo que se creía en esa época, pero la verdad siempre hemos pagado todos — suelta una gran risa entre absurda y desvergonzada— Troli de Bogotá A la par aparecieron en la misma época del *troli los buses municipales que eran chatos, muy grandes, pero resulta que la empresa también fracaso porque decían que los que administraban y los conductores se quedaban con el producido y hasta ahí llego esta empresa de la alcaldía. Entonces Bogotá se llenó de buses, aparecieron empresas privadas que se designaban con colores, “los buses azules”, “los buses rojos”, “los buses amarillos”, "los buses verdes”. Con el tiempo ya dejaron los buses de un solo color que fue el amarillo y la empresa privada tomo el transporte público definitivamente en sus manos. La ciudad había crecido tanto que el gobierno distrital no podo hacerse cargo del transporte. Bogotá creció vertiginosamente y aumentaron los barrios y se designaron las nomenclaturas por calles y carreras, como se ve hoy en día Llego otro transporte que prometía comodidad para los usuarios llamadas busetas, eran unos buses pequeños, no permitían llevar pasajeros de pie. Aparecieron a finales de la década del setenta y principios del ochenta, las mostraron como un transporte cómodo, se andaba más rápido y se pagaba más por el transporte. Al principio fue muy bueno, pero luego entraron a la guerra del centavo con los buses y hasta ahí llego el buen servicio. La ciudad no pudo conservar el tranvía o los alcaldes no quisieron, aún cuando hasta hoy existen los rieles en el centro, ahí en la Jiménez por ejemplo, y sí permitieron que el transporte público se volviera un monopolio y que los conductores por ganar más entrarán a la guerra del centavo, esa competencia por recoger el mayor número de pasajeros fue mortal para la ciudad y como las rutas eran escasas la gente se subía a un bus y no le interesaba ir colgada en las puertas, entonces los conductores desmedidos hacían competencia en las vías de la ciudad para llenar sus vehículos y fueron muchos los accidentes y muertos que dejo esta práctica, porque no había una reglamentación que los rigiera. Muchas víctimas dejó esta guerra que se vivió en las calles bogotanas. La congestión de Bogotá comenzó en los años setenta, porque habían pocos semáforos, que entre otras cosas llegaron como en 1940 y los policías de tránsito eran los que ayudaban a la movilidad, pero era insuficiente, si ahora con tanto semáforos hay trancones, imagínese como era antes. Hasta la década del sesenta era muy rico viajar en transporte público. Hace otra pausa y sus ojos envejecidos por el tiempo se llenan de lágrimas como entendiendo que su ciudad, esa que lo acogió desde niño se había ido, toma un sorbo de agua y continua...Ya la gente no es amable, no se viste con elegancia, ya no hay caballerosidad, ya no le seden la silla a las mujeres, ni a los ancianos y los viajes en transporte público no se pueden disfrutar. Las 'zorras' de Bogotá. Foto tomada de Prensapoli De repente su vivacidad vuelve y con una sonrisa dice: como le parece que toda la vida del transporte en Bogotá se utilizó la zorra, que era un carrito de manera con cuatro ruedas, jalado por un caballo o burro. Fue la 'degeneración' de las grandes carrozas de la época colonial —sonríe con picardía— Éstas se utilizaron como medio de transporte para cargar paquetes o hacer trasteos. Hoy en día con los cambios que ha hecho la administración distrital desaparecieron. Fue también, un medio de transporte muy popular, se utilizó con gran devoción, era muy común ver a las parejas de casados cambiar de casa y cargar sus cositas en zorra y cuando habían paros de buses ese medio sí que ayudó a que la gente llegará al trabajo. Por su lentitud generaban muchos trancones, luego llegaron los camiones para hacer esta labor y con el tiempo desaparecieron de las calles bogotanas. En el gobierno de Petro le cambiaron a las personas que las conducían, por otro tipo de vehículos. La ciudad ha cambiado para bien y era hora de darle un trato digno a estos animales que en muchas ocasiones eran maltratados o presentaban desnutrición, eso fue bueno. Hoy subirme a un Transmilenio es un martirio. Como es un transporte masivo y en nuestra hermosa ciudad hay más de seis millones de habitantes, la gente busca llegar más rápido a su destino, no les interesa si son ancianos, mujeres embarazadas o niños los que utilizan este transporte, entonces eso hace que los usuarios se vuelven indiferentes, sin contar todos los gastos que tenemos que cubrir los bogotanos por un transporte que podría ser eficiente si el alcalde que lo contrato en su momento le hubiera dejado ventajas a la ciudad. La Bogotá de ahora es bonita, pero no es de nadie, nadie la respeta ni la quiere, quizá por eso añoró el tranvía, ese que me llevaba no tan rápido, pero que me permitía gozar lo bello de mi Bogotá antigua y la decencia de los 'cachacos'. __ *Ricardo es mi padre. Este es un pequeño homenaje a sus historias, a su vida y al amor que siempre nos ha impregnado por nuestra hermosa Bogotá, la de ahora y la antigua. *Troli, Trolebus, trole estos términos se acuñarón en Colombia por la palabra Trolley.
El Rey Salomón tenía muchas esposas y muchas concubinas, pero sólo hubo una mujer a cuyos piés se postró: la reina de Saba. Y no era ni esposa ni concubina, era su amada. De modo que él le ofreció todo cuanto ella le pidió y mucho más. A cambio ella se ofreció a sí misma. Y su éxtasis no conoció límites y el amor que sentían nunca los traicionó. La Reina de Saba era encantadora, espléndida y sorprendente e inspiró al Rey Salomón para crear el poema de amor más apasionado jamás escrito: "El Cantar de los Cantares". La Reina de Saba era una mujer muy lista (usaba todas las armas femeninas) y consiguió lo que miles de mujeres no son capaces de conseguir. Poner a sus pies al rey bíblico más poderoso y sonrió hasta el final. Pero, ¿cómo lo logró? Mostrando su fuerte y glorioso YO auténtico, el igual a Salomón, la pareja del Rey. Ella lo sabía, él lo sabía y de forma sutil pero infalible ella jamás permitió que lo olvidara. Fue la primera mujer que no se doblegó ante él. Ella sabía quién debía recibir adoración. Así que lo miró a los ojos, le dedicó una sabia y astuta sonrisa y se dio la vuelta para alejarse entre contoneos a esperar las ofrendas de amor. Dejó que Salomón le diera todo lo que quería y mucho, mucho más, incluso antes que ella se entregara a él. ¿Por qué? La reina de Saba sabía la felicidad que podía aportar a la vida de Salomón. Quería ver si se merecía su amor. Deseaba saber hasta qué punto él podía intensificar su vida, antes de permitirle entrar en ella. Ella anhelaba una alma gemela; quería un compañero que la considerara una igual en todos los aspectos, intelectual, emocional y apasionadamente. Había estado sola durante mucho tiempo, pero seguía siendo la Reina de Saba y no se conformaría con uno menos que un igual. Sabía que para una mujer, había algo peor que estar sola: tener un compañero que no te merece y no saberlo. ¿Estaba Salomón a su altura? Fuera Rey o no, debía ponerlo a prueba. Era una mujer muy generosa, sin embargo, ella no quería regalos materiales de Salomón, pues ya lo tenía todo. Quería ver si el hombre más sabio del mundo sabía lo que una mujer quería en realidad: regalos envueltos en sensibilidad. Amor incondicional, desinterés, apoyo, lealtad, entusiasmo, atención, cuidados, dedicación, pasión, constancia, cariño, primacía emocional. Estas eran las ofrendas de amor dignas de una Reina. En el momento en que el rey se fijó en ella supo que no había otra mujer igual en todo el mundo. Y, en calidad de hombre, y no sólo como rey, quería que ella fuera para él, y sólo para él. Y como él era un igual, sabía lo que tenía que hacer aunque no lo hubiera hecho nunca. Debería abrirle su corazón y anteponer la felicidad y el bienestar de la reina a los suyos, en cualquier situación. Tendría que descubrir qué le encantaba a ella para poder satisfacerla. Salomón sabía que él estaba a la misma altura apasionada y generosa de la reina, y así lo demostraría. Para aquellas de nosotras que buscamos algo más, reflexionar sobre los regalos considerables, talentos y la sabiduría de la reina de Saba puede ser una provechosa fuente de inspiración. Ella sabía que cuando un hombre nuevo entra en tu vida- ya sea rey o carpintero- si no coincide con tu generosidad de espíritu ni cubre tus necesidades emocionales, nunca seréis felices. Cuando tú misma has construido una base sobre una conciencia de abundancia (y con suerte a estas alturas ya estás muy adelantada), y el objeto de tu afecto (ya lo conozca desde hace una semana o haya estado casada con él veinte años) tiene como base la carencia, los dos siempre os sentiréis frustrados y chocaréis constantemente. No importa nada más. Ni vuestro signo del zodíaco ni la forma en que te hace reír, ni los besos que hacen que te desvanezcas. Si ambos no sois generosos, abiertos y dos iguales en el plano emocional, siempre tendrás la impresión de que no recibes el amor que te mereces, y tendrás razón. Mi devoción por la Reina de Saba se intensificó un día que oí una conversación entre dos mujeres detrás de un mostrador de una tienda. Me pareció muy instructiva. Estaba esperando a que me atendieran, pero quedé tan atrapada en la discusión sobre los sufrimientos y aflicciones de una tercera mujer, que no quise interrumpir. Parecía que la pareja de su amiga en común era un hombre bruto, que la trataba mal desde el principio. A él querían despellejarlo vivo; a ella querían abofetearla. Ya estaba bien. Menos mal que la paciencia, el amor y la indulgencia de nuestras amigas del alma no van más lejos cuando estamos viviendo un infierno de autodestrucción. Los ángeles no siempre tienen alas. - Sólo quiero agarrarla por los hombros y decirle a gritos; " Deja de ser tan patética y piensa en lo que estás haciendo. Ponte firme con tu pareja. No renuncies a tu trono. Has olvidado tus derechos de nacimiento. Eres la hija de la Reina de Saba". - Desde luego, dijo la otra mujer, no ha nacido el hombre al que permitiría que me tratase de esa manera. - Porque nosotras sabemos que tenemos sangre real. Esa es la verdad, cuando un hombre me pregunta ¿qué quieres de mí?, ¿sabes qué le digo? "Todo lo que tengas", todo lo que tengas y más. Dame todo lo que tengas y yo te diré si me estás dando bastante. Y si no es suficiente te lo haré saber para que me des más. La mujer empezó a reírse y yo también. - Eso es lo que tiene que hacer esa chica, nos está dejando mal a todas las mujeres. El Espíritu nos habla de muy diversas formas. " Las mujeres que se valoran poco hacen la vida más difícil al resto de mujeres". Casi todas las mujeres que conozco padecen, en distintos niveles, déficit congénito de la reina de Saba, un desequilibrio que afecta a la comunicación entre el cerebro y el alma. Entre los síntomas de este déficit figuran la distorsión y la confusión, similares a los que sufren los miembros de las familias reales destronadas que tienen que vivir en el exilio. En otras palabras, son personas que están desorientadas. Aquellas de nosotras que sufrimos esta legendaria enfermedad, que va y viene según nuestro estado de ánimo, según nuestros niveles de confianza en nosotras mismas y nuestra fuerza moral, seguimos olvidándonos de quiénes somos. Colocamos la corona fuera de su lugar. Cuando perdemos el contacto con nuestra auténtica naturaleza, nos resulta imposible crear fronteras que protejan, enriquezcan y mantengan firme nuestro amor propio, que vale su peso en oro. Nos olvidamos de que somos mujeres de primera categoría que intentamos rebajarnos para el resto del mundo con tal de ser aceptadas. Pero si quieres que te admiren, adoren y quieran, deberás resistir. Una cosa está clara, y es que la reina de Saba no sentía repulsión por ella misma. " Lo terrible es fingir que la segunda categoría es la primera categoría. Fingir que no necesitas amor cuando lo necesitas, o que te gusta tu trabajo cuando sabes muy bien que eres capaz de hacer algo mejor. Sólo existe un pecado de verdad, y es convencerse de que la segunda clase no es más que la segunda clase". Y tú no eres de segunda. Tú desciendes de un linaje antiguo y sagrado: el de las hijas de la Reina de Saba. Mantente erguida. Amiga, todavía no ha nacido el hombre cuyo amor merezca abandonar tu TRONO. Sarah Ban Breathnach,"Hacia el alma esencial".
El Fülsen o budín de pan es un plato tradicional de los alemanes del Volga, que nunca falta en los grandes eventos, tanto familiares como sociales, que se llevan a cabo en los pueblos alemanes. Ingredientes Pan duro: 1 kg Leche: 1 litro Azúcar: 1/2 taza Crema: de leche 1/2 taza Huevos: 2 o 3. Pasas de uvas Preparación: Mojar el pan con la leche hasta que este blando, luego agregar la crema, los huevos, el azúcar y mezclar bien. Agregar las pasas de uvas y volver a mezclar. Colocar en un molde en mantecado. Cocinar a horno moderado. (Si desea conocer más recetas tradicionales que nos legaron nuestros ancestros, puede adquirir el libro “La gastronomía de los alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior, que rescata más de 150 recetas de la cocina de los alemanes del Volga. Para ello, comunicarse a: [email protected]).
El Fülsen o budín de pan es un plato tradicional de los alemanes del Volga, que nunca falta en los grandes eventos, tanto familiares como sociales, que se llevan a cabo en los pueblos alemanes. Ingredientes Pan duro: 1 kg Leche: 1 litro Azúcar: 1/2 taza Crema: de leche 1/2 taza Huevos: 2 o 3. Pasas de uvas Preparación: Mojar el pan con la leche hasta que este blando, luego agregar la crema, los huevos, el azúcar y mezclar bien. Agregar las pasas de uvas y volver a mezclar. Colocar en un molde en mantecado. Cocinar a horno moderado. (Si desea conocer más recetas tradicionales que nos legaron nuestros ancestros, puede adquirir el libro “La gastronomía de los alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior, que rescata más de 150 recetas de la cocina de los alemanes del Volga. Para ello, comunicarse a: [email protected]).
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