¿Te apetece mar pero sin que la playa sea protagonista? Pues echa un ojo a estos pueblos marineros, lugares que merecen ser descubiertos.
There are many reasons to visit Galicia. Let’s face it: most people in the world don’t have endless amounts of time (and money) to travel. To be fair, not even I do – though it
Una ancestral forma de cruzar los ríos. Poldras o pasos de A Fraga y A Larpea, en Ponte Caldelas, sobre el río Verdugo
Información sobre Turismo en Galicia. Fiestas, Ofertas, Noticias. Gastronomía y Alojamiento. Visitas recomendadas. Museos. Ciudades de Galicia
Las poldras o Pasos de Verdugo se localizan en Ponte Caldeas y unen las parroquias de Taboadelo y A Ínsua.
San Andrés de Teixido | Foto Jose Manu Jose Manu | Acantilados de Vixía Herbeira Fragas do Eume – Pontedeume | Jose Gadea| Allariz |Rutea| Belesar | Chantada | Galerías de la Marina…
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San Andrés de Teixido | Foto Jose Manu Jose Manu | Acantilados de Vixía Herbeira Fragas do Eume – Pontedeume | Jose Gadea| Allariz |Rutea| Belesar | Chantada | Galerías de la Marina…
O que mais gostámos de visitar em Lugo, uma cidade Património Mundial rodeada por muralhas, situada na Galiza, no norte de Espanha.
Volvemos a O Rosal para visitar este conjunto de 67 molinos de piedra construidos en pendiente para aprovechar la fuerza del agua de los ríos Folón y Picón. Declarados BIC (Bien de Interés Cultural) y restaurados, el sendero homologado PR-G 94 hace un recorrido circular de 3 Kilómetros. En este enlace pueden verse nuestras visitas al municipio de O Rosal: Click Aquí. Coordenadas de situación de O Rosal en Galicia. Amplíe el mapa y llegará al inicio de nuestra ruta por los Molinos de los ríos Folón y Picón: 41.956363, -8.837550 Los números que se ven debajo de las fotos son las coordenadas del mapa del lugar desde el que se tomó cada foto. Hay una serie de molinos en el entorno del Río Folón y otros en el del Río Picón. Empezamos el recorrido en la parte del Folón. Iniciada la ruta, una vez pasado el primer molino, un indicador del sendero PR-G 94 nos señala el punto de información (41.956363, -8.837550) que hay junto al Ponte das Penas (41.956359, -8.837397), puente de la carretera sobre el Río Folón. Lo vemos en este día de verano lluvioso. 41.956471, -8.838260 Y lo volvemos a ver en otro día de verano con sol. Caminando por el sendero encontramos este otro molino. 41.956708, -8.838666 Este molino continúa funcionando a pleno rendimiento. Se puede ver, no sin cierta dificultad, la rueda horizontal o turbina que mueve el eje que hace girar la piedra de moler. El tercero que vemos. 41.956896, -8.839662 El mismo visto desde su parte posterior. Vemos la canalización de agua que se desviaba del río para conducirla de un molino a otro. 41.957050, -8.840006 Unos pocos pasos más adelante… 41.957234, -8.840298 Este es un regato que va a desembocar un poco más abajo en el Río Folón. De este regato proviene el agua que sirve a la canalización que pasa por los molinos que hemos visto hasta ahora. A la izquierda de la imagen vemos las señalizaciones de color blanco y amarillo correspondientes al sendero homologado que seguimos, el PR-G 94. 41.957372, -8.841103 El regato del que hablamos no lleva mucha agua. Es verano, aunque hoy llueve. Galicia. Divisamos otros dos molinos. 41.957418, -8.841202 Vamos a cruzar el regato por este puente de madera. Nos gusta y nos divierte esto de lluvia y sol o sol y lluvia. Los colores, la luz… 41.957368, -8.841266 Ya hemos cruzado el puente, dejamos a un lado estos dos molinos. El sendero gira bruscamente a la derecha y toma algo de pendiente por la ladera del monte. 41.957534, -8.841518 Continuamos caminando ladera arriba unos 300 metros hasta que divisamos estos molinos, los cuatro de la parte izquierda y el de la parte derecha de la imagen. Este molino recibe el agua por la canalización de agua situada en su parte superior, por el tejado. El Río Folón apenas se ve, en el centro de la imagen, parte inferior. Ahora vamos a descender hasta donde se encuentra este molino y continuar la caminata por la ladera de enfrente. 41.960033, -8.840807 Vemos a la derecha el molino del que hablamos y los restos de la canalización que recogía el agua y la llevaba por el tejado del molino hasta su interior para luego devolverla al río. 41.960324, -8.840319 Dos de los cuatro molinos que veíamos. 41.960535, -8.840367 Seguimos en ascenso y unos 100 metros más adelante divisamos estos ocho molinos colocados unos detrás de otro en la pronunciada ladera contraria a esta por la que estamos subiendo. En la parte inferior de la imagen vemos otro pequeño puente de madera que cruza el Folón. 41.961539, -8.840131 Un poco más arriba. 41.961854, -8.840185 Los molinos “consecutivos” y a la izquierda, la empinada ladera por la que hemos venido. 41.962455, -8.840577 Estos son otra serie de molinos colocados también uno detrás de otro, nueve en la imagen, aunque son once en total. 41.962496, -8.840983 Ahora estamos al lado de la primera serie de molinos que hemos visto (a ver si no nos liamos). El agua se recogía en una canalización que la desviaba del río y llegaba al molino de la parte superior pasando a los siguientes. 41.962196, -8.841045 Se conserva esta parte de la canalización. 41.962124, -8.841077 Aquí podemos apreciar la fuerte pendiente en la que están situados estos molinos. En la parte superior de la imagen se ve el algo escarpado sendero por el que se accede a la zona más alta de la ruta. 41.962030, -8.841133 Esta es la segunda serie de molinos. 41.962557, -8.840690 El interior de unos de ellos, con la piedra de moler. Subimos por los molinos de las segunda serie y vemos allá abajo los de la primera serie (¿se entiende?). 41.962705, -8.840285 Más arriba. Como se ve la zona se vio afectada por un devastador incendio que casi llega a quemar el área de los molinos. Hay aquí un mirador. 41.962970, -8.839736 Desde lo alto del mirador se ven unas vistas espectaculares. Al fondo el Monte de Santa Tecla/Trega, en A Guarda aparece entre brumas. Hemos mencionado que el sendero PR-G 94, que recorre la ruta de los molinos de O Folón y O Picón, es una ruta circular. Desde este mirador, que está en lo alto de la montaña se sigue el sendero unos 200 metros y se comienza a descender suavemente la montaña por la parte de los molinos del Picón hasta el lugar en el que hemos comenzado la ruta. Pero… nosotros hemos “hecho trampa”. Vamos a mostrar los molinos de O Picón en sentido ascendente, desde el inicio de la ruta. Terminaremos en un punto cercano al mirador, donde nos encontramos ahora. A continuación, pues, los molinos del Río Picón. Recorremos unos 600 metros desde el punto de inicio del sendero homologado, 100 de ellos nos llevan por una pista de asfalto que da servicio a algunas viviendas. Y nos encontramos con este pavimento empedrado que nos lleva al primer molino. 41.957903, -8.834714 A lo largo de todo el sendero hay señales como la de la izquierda, blancas y amarillas, que nos indican con claridad el camino a seguir. Acabó el empedrado. 41.958522, -8.834480 Subimos esas escaleras de la izquierda labradas en la roca. 41.958585, -8.834485 Cruzamos una pista de tierra frente a estos otros dos molinos. 41.958741, -8.834516 El Picón aquí es más que un río un riachuelo, es verano. 41.959187, -8.834784 Cruzamos este puente. 41.959733, -8.835052 41.960132, -8.835358 Vista espectacular del Valle de O Rosal, el Río Miño y en la otra margen Portugal. Es más espectacular en días claros, claro. Las señales nos llevan monte arriba. 41.960519, -8.835353 Llegamos a esta zona en donde hay un conjunto de molinos, cerca de lo alto del monte. La ruta total de 3 kilómetros del sendero homologado PR-G 94 es fácil de hacer, es un agradable paseo con algunos tramos con “un poco” de pendiente, eso sí, y además está perfectamente señalizado. Lo más “peligroso” es pisar caca de caballo como la que se ve en la parte izquierda de la imagen. 41.961021, -8.836233 Hemos llegado al final de esta parte de la ruta de los molinos del Picón. Desde aquí podemos volver sobre nuestros pasos o bien continuar para regresar por la otra ladera del monte donde están los molinos del Río Folón. 41.961480, -8.836464 Fin.
La Playa de Carnota tiene más de 7 Km y es la más grande de Galicia. Cómo llegar;
El parque de Ibarrola son el reflejo de un pasado mejor. En Montrove, Oleiros en el Pazo de Ibarrola.
Un espectacular conjunto de molinos en O Rosal. Son los denominados molinos de O Folón (Muíños do Folón)
Pasarelas por las que pasar a puntillas por la naturaleza, desde las que llegar a dónde antes no se podía disfrutar, pasarelas que dan sentido a un lugar y desde las que sentir. Cada vez más de moda se mimetizan en la naturaleza dándole sentido a lo apropiado, son
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Esta ruta de los molinos de Golfariz de A Estrada es un ejemplo altruista de como se pueden hacer bien las cosas tan solo con ganas y mucho esfuerzo.
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Volvemos a O Rosal para visitar este conjunto de 67 molinos de piedra construidos en pendiente para aprovechar la fuerza del agua de los ríos Folón y Picón. Declarados BIC (Bien de Interés Cultural) y restaurados, el sendero homologado PR-G 94 hace un recorrido circular de 3 Kilómetros. En este enlace pueden verse nuestras visitas al municipio de O Rosal: Click Aquí. Coordenadas de situación de O Rosal en Galicia. Amplíe el mapa y llegará al inicio de nuestra ruta por los Molinos de los ríos Folón y Picón: 41.956363, -8.837550 Los números que se ven debajo de las fotos son las coordenadas del mapa del lugar desde el que se tomó cada foto. Hay una serie de molinos en el entorno del Río Folón y otros en el del Río Picón. Empezamos el recorrido en la parte del Folón. Iniciada la ruta, una vez pasado el primer molino, un indicador del sendero PR-G 94 nos señala el punto de información (41.956363, -8.837550) que hay junto al Ponte das Penas (41.956359, -8.837397), puente de la carretera sobre el Río Folón. Lo vemos en este día de verano lluvioso. 41.956471, -8.838260 Y lo volvemos a ver en otro día de verano con sol. Caminando por el sendero encontramos este otro molino. 41.956708, -8.838666 Este molino continúa funcionando a pleno rendimiento. Se puede ver, no sin cierta dificultad, la rueda horizontal o turbina que mueve el eje que hace girar la piedra de moler. El tercero que vemos. 41.956896, -8.839662 El mismo visto desde su parte posterior. Vemos la canalización de agua que se desviaba del río para conducirla de un molino a otro. 41.957050, -8.840006 Unos pocos pasos más adelante… 41.957234, -8.840298 Este es un regato que va a desembocar un poco más abajo en el Río Folón. De este regato proviene el agua que sirve a la canalización que pasa por los molinos que hemos visto hasta ahora. A la izquierda de la imagen vemos las señalizaciones de color blanco y amarillo correspondientes al sendero homologado que seguimos, el PR-G 94. 41.957372, -8.841103 El regato del que hablamos no lleva mucha agua. Es verano, aunque hoy llueve. Galicia. Divisamos otros dos molinos. 41.957418, -8.841202 Vamos a cruzar el regato por este puente de madera. Nos gusta y nos divierte esto de lluvia y sol o sol y lluvia. Los colores, la luz… 41.957368, -8.841266 Ya hemos cruzado el puente, dejamos a un lado estos dos molinos. El sendero gira bruscamente a la derecha y toma algo de pendiente por la ladera del monte. 41.957534, -8.841518 Continuamos caminando ladera arriba unos 300 metros hasta que divisamos estos molinos, los cuatro de la parte izquierda y el de la parte derecha de la imagen. Este molino recibe el agua por la canalización de agua situada en su parte superior, por el tejado. El Río Folón apenas se ve, en el centro de la imagen, parte inferior. Ahora vamos a descender hasta donde se encuentra este molino y continuar la caminata por la ladera de enfrente. 41.960033, -8.840807 Vemos a la derecha el molino del que hablamos y los restos de la canalización que recogía el agua y la llevaba por el tejado del molino hasta su interior para luego devolverla al río. 41.960324, -8.840319 Dos de los cuatro molinos que veíamos. 41.960535, -8.840367 Seguimos en ascenso y unos 100 metros más adelante divisamos estos ocho molinos colocados unos detrás de otro en la pronunciada ladera contraria a esta por la que estamos subiendo. En la parte inferior de la imagen vemos otro pequeño puente de madera que cruza el Folón. 41.961539, -8.840131 Un poco más arriba. 41.961854, -8.840185 Los molinos “consecutivos” y a la izquierda, la empinada ladera por la que hemos venido. 41.962455, -8.840577 Estos son otra serie de molinos colocados también uno detrás de otro, nueve en la imagen, aunque son once en total. 41.962496, -8.840983 Ahora estamos al lado de la primera serie de molinos que hemos visto (a ver si no nos liamos). El agua se recogía en una canalización que la desviaba del río y llegaba al molino de la parte superior pasando a los siguientes. 41.962196, -8.841045 Se conserva esta parte de la canalización. 41.962124, -8.841077 Aquí podemos apreciar la fuerte pendiente en la que están situados estos molinos. En la parte superior de la imagen se ve el algo escarpado sendero por el que se accede a la zona más alta de la ruta. 41.962030, -8.841133 Esta es la segunda serie de molinos. 41.962557, -8.840690 El interior de unos de ellos, con la piedra de moler. Subimos por los molinos de las segunda serie y vemos allá abajo los de la primera serie (¿se entiende?). 41.962705, -8.840285 Más arriba. Como se ve la zona se vio afectada por un devastador incendio que casi llega a quemar el área de los molinos. Hay aquí un mirador. 41.962970, -8.839736 Desde lo alto del mirador se ven unas vistas espectaculares. Al fondo el Monte de Santa Tecla/Trega, en A Guarda aparece entre brumas. Hemos mencionado que el sendero PR-G 94, que recorre la ruta de los molinos de O Folón y O Picón, es una ruta circular. Desde este mirador, que está en lo alto de la montaña se sigue el sendero unos 200 metros y se comienza a descender suavemente la montaña por la parte de los molinos del Picón hasta el lugar en el que hemos comenzado la ruta. Pero… nosotros hemos “hecho trampa”. Vamos a mostrar los molinos de O Picón en sentido ascendente, desde el inicio de la ruta. Terminaremos en un punto cercano al mirador, donde nos encontramos ahora. A continuación, pues, los molinos del Río Picón. Recorremos unos 600 metros desde el punto de inicio del sendero homologado, 100 de ellos nos llevan por una pista de asfalto que da servicio a algunas viviendas. Y nos encontramos con este pavimento empedrado que nos lleva al primer molino. 41.957903, -8.834714 A lo largo de todo el sendero hay señales como la de la izquierda, blancas y amarillas, que nos indican con claridad el camino a seguir. 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Lo más “peligroso” es pisar caca de caballo como la que se ve en la parte izquierda de la imagen. 41.961021, -8.836233 Hemos llegado al final de esta parte de la ruta de los molinos del Picón. Desde aquí podemos volver sobre nuestros pasos o bien continuar para regresar por la otra ladera del monte donde están los molinos del Río Folón. 41.961480, -8.836464 Fin.
Una ancestral forma de cruzar los ríos. Poldras o pasos de A Fraga y A Larpea, en Ponte Caldelas, sobre el río Verdugo
Un espectacular conjunto de molinos en O Rosal. Son los denominados molinos de O Folón (Muíños do Folón)
El río Barbeira nace en A Serra do Cando, muy cerca de la ermita de Santa Mariña, límite del concello de Cotobade. Pronto forma un estrecho valle en dirección SO, para pasar por Escuadra, San Lourenzo y As Chozas y llegar al lugar de Sucastro, en donde ofrece las aguas al Río Verdugo, justo en […]
The 30 best things to do in Galicia: cities, towns, cliffs, beaches, etc. Includes a map of Galicia and advice on where to stay in Galicia.
En el presente capítulo continuamos en Sanxenxo, lugar sobradamente conocido, en la margen norte de la Ría de Pontevedra. Hay muchas playas, rutas y cosas que hacer. Seguimos con nuestro paseos y hoy vamos a recorrer los escasos 1500 metros que separan la playa de Canelas, donde concluimos ayer, de la de Paxariñas. Haremos esta ruta por un sendero que bordea los acantilados, veremos una serie de paneles informativos que nos ilustrarán, pasaremos por Punta Cabicastro y su mirador, toda la ruta es un mirador, para llegar al monolito llamado la Pirámide. Desde allí veremos la bella Paxariñas y, aún más allá, Montalvo. Nos dará tiempo a ver con calma la Ría de Pontevedra, las Islas Ons, más allá, las Cíes. Es una mañana de finales de diciembre, con el tiempo aparentemente en calma, aun así el mar está algo revuelto, como nos podría contar ese que pesca desde las rocas.
La arquitectura megalítica surge de modo independiente en distintas regiones del planeta y en épocas diferentes. Podemos hallarla en la Europa Atlántica, en las islas mediterráneas y en el sur de Italia, norte de África, Cáucaso, la India, Japón y Colombia. Existen pues unos principios universales de la arquitectura que explican la génesis de estos monumentos en zonas tan distintas y distantes. Dolmen de Soneira Durante el neolítico aparece en Galicia la cultura megalítica, caracterizada por la construcción de monumentos de piedra generalmente de carácter funerario, claramente vinculada con el fenómeno megalítico portugués. La construcción de megalitos en Galicia, que comienza en el V milenio, se mantendrá durante el IV y III milenios, como lo atestiguan las dataciones de mámoas como las de As Pereiras, Mos (2.900-2.350 a. C). En la época del megalitismo clásico los enterramientos son colectivos y en ellos se depositan las de cenizas de los cadáveres de la tribu o clan. Posteriormente, a medida que se desarrolla la estratificación social, los enterramientos comienzan a ser individuales con ajuares funerarios más o menos ricos en función del prestigio social del difunto. Por último, durante la edad del bronce aparece una etapa postmegalítica en la que se continúan erigiendo túmulos de menor tamaño para inhumaciones individuales, se reutilizan otros megalitos ya existente y comienzan a aparecer enterramientos en cistas. Mámoa de rei. Monte Penide (Redondela) Cuando hablamos del megalitismo gallego es imprescindible referirnos previamente al foco cultural del que procede y con el que guarda una estrecha relación: El megalitismo portugués que surge al final del período neolítico, hace unos seis mil años, en Beirá y Tras os Montes, y que se caracteriza por la presencia de cámaras poligonales sencillas. Este tipo de megalitismo reemplazó a los enterramientos anteriores en cuevas, y comenzó a extenderse por el oeste de Europa. Es posible que las influencias neolíticas llegaran a Galicia a través de las Rías Baixas, la Baixa Limia o el valle del río Támega. Costa de Freiría (Vigo) La cultura megalítica portuguesa se relaciona con el pueblo capsiense o hispanomauritano, que habitaba la península durante el paleolítico. El megalitismo portugués muestra influencias egeo-anatólicas y se pueden apreciar varias etapas en su evolución, comenzando en el neolítico final y eneolítico inicial (A), caracterizado por dólmenes sencillos de cámara poligonal y cubierta cerrada como los portugueses de Beira y Tras os Montes. Posteriormente se construirán pequeños túmulos de cámara ortogonal de ortostatos sin puerta, y más tarde se incorporará a la cámara una puerta sin corredor. Por último, poco a poco se incorporará un corredor de entrada y así se llegará, en el eneolítico B y Bronce I, a la cámara poligonal o de tendencia circular con corredor. Chan de Arquiña (Moaña) Cuevillas y G. Leisner proponen una clasificación de la estructura de los túmulos gallegos que representan distintos períodos evolutivos: 1.- Cámaras poligonales cerradas de pequeño tamaño. 2.- Cámaras poligonales simples con puerta de acceso. 3.- Cámaras poligonales con tendencia circular y corredor corto. 4.- Cámaras rectangulares (tipo cista). Dolmen de corredor de San Colmado (Vigo). Hace unos seis mil años, entre el período Atlántico y el período Sub-boreal, comienzan a llegar a Galicia poblaciones procedentes de Portugal que aportan este tipo de arquitectura monumental. Surge así el megalitismo llamado subgrupo gallego-miñoto, menos rico que el foco original portugués. La relación del megalitismo galego y el portugués está ampliamente refrendada. Una muestra la hallamos en la continuidad geográfica entre los megalitos del sur de Galicia y los portugueses de Arcos de Valdevez, Paredes de Coura, Marâo y Tras os Montes. Dolmen de Muiños (Ourense) Desde Portugal y el S de Galicia, la cultura megalítica galáico-portuguesa se difundió a Asturias, Pirineos, sur de Francia, Bretaña y norte de Escocia (del 3.000 al 1.300 a. C). Por otra parte, del estudio de las mámoas portuguesas como las de la Serra Aboreira, podemos apreciar que una misma necrópolis fué utilizada durante siglos (en este caso concreto desde el 3830 a.C al 2140 a.C.). Se puede establecer que en Galicia se comienzan a construir megalitos desde los tres siglos finales del V milenio a.C, como mínimo. Se trata de pequeños túmulos de carácter individual de alrededor de 12 m de diámetro por 1,20 m de altura, con cámaras poligonales simples de pequeñas dimensiones y presencia de coraza de piedras o a veces un anillo de piedras en la base. A esta época también pertenecen enterramientos en fosas cavadas en la roca, como la mámoa de Cotogrande I (Cabral. Vigo). En este tipo de enterramientos se han encontrado restos de vasos globulares sin decoración que contrastan con la diversidad de ornamentos empleados en la cerámica doméstica, lo que puede llevar a pensar que este tipo de ornamentos estaban prohibidos en el ritual funerario (Fábregas Valcarce). La siguiente fase se desarrolla desde la primera mitad del IV milenio a.C. y se caracteriza por una gran diversidad de enterramientos tumulares, ya que se continúan construyendo los dólmenes de cámaras simples y las fosas del período anterior, pero sin duda lo más destacado es la aparición de los dólmenes de corredor. Este tipo de construcciones se caracterizan por mámoas de mayor diámetro y altura, con cámaras funerarias más grandes y que asoman parcialmente al exterior del túmulo. Se trata de monumentos mucho más complejos destinados a ser utilizados como enterramientos colectivos. Su construcción supone un elaborado desarrollo simbólico y ritual que se refleja en la aparición de pinturas, que a veces decoran los ortostatos con motivos abstractos (zig-zags, ondulantes, heliomorfos...). Ortostatos de la mámoa da Braña (Silleda). Museo de Pontevedra. Los colores utilizados son el blanco para el fondo, el rojo y el negro, obtenidos mezclando una base de caolín con óxido de hierro o carbón y a veces empleando mantequilla de vaca para mantener el pigmento fijo a la roca. Cada vez son más los megalitos en los que se han hallado restos de pinturas y actualmente se conocen al menos veinticuatro casos, pudiendo destacar entre otros el dolmen de Dombate, Pedra Cuberta en Vimianzo, Chan de Castiñeira en Vilaboa, la mámoa de Oirós en Vila de Cruces o la de Parada de Alpériz en Lalín. Chan de Castiñeiras Pedra Cuberta En el interior de estos dólmenes se encontraron restos de cerámica tipo Penha, llamada así por su aparición en el yacimiento portugués del mismo nombre. Este tipo de cerámica es la más común en el N de Portugal y S de Galicia durante el período Calcolítico o del Cobre y se caracteriza por recipientes generalmente de forma hemisférica, hechos con un material bien trabajado y adecuadamente cocido y profusamente decorado con líneas incisas-metopadas, que forman diseños geométricos en los predominan los zig-zágs, ajedrezados y triángulos. De todos los restos hallados hasta el momento en Galicia destaca un cuenco ritual tetralobulado, hallado en la mámoa 5 de Monte Pirleo (Guitiriz. Lugo). En Galicia se construirán dólmenes de corredor durante todo el IV milenio, a diferencia de lo que ocurrirá en la Beira Alta portuguesa donde sólo se erigirán durante un período muy corto de ese milenio. La última etapa comienza a inicios del III milenio a.C y se caracteriza por la clausura de los dólmenes de corredor y el final de la construcción de los grandes megalitos, a favor de los túmulos de reducidas dimensiones con cistas y cámaras rectangulares. También se vuelven a cavar fosas y se reutilizan los antiguos dólmenes de corredor. Entre los dólmenes erigidos en este momento podemos citar la mámoa 3 del Alto de San Cosme (Vigo). En estos enterramientos aparecen ricos ajuares de objetos de piedra pulida y claro carácter bélico, como mazas, hachas, azuelas y puntas de flechas. También se encuentran restos de cerámica campaniforme, de mucha mayor calidad en los que se refiere a las pastas empleadas, la cocción y el decorado. La cerámica campaniforme está asociada al uso generalizado de la metalurgia, llegó a Galicia avanzado el III milenio a. C. procedente de Portugal como un objeto de gran valor simbólico como signo de prestigio, pero posteriormente se popularizará su uso y será copiada y reinterpretada, apareciendo tanto en contextos funerarios como domésticos. A partir del III milenio a. C, el fenómeno megalítico se transforma y reinterpreta con un nuevo tipo de enterramientos menos colectivas y la proliferación de las tumbas individuales, con una evidente pérdida del antiguo carácter monumental a favor de pequeños túmulos apenas visibles en el paisaje, lo que permite que hayan sobrevivido hasta nuestros días conservando ricos ajuares de objetos de metal. De todos modos, estas nuevas construcciones se siguen emplazando en las cercanías de las antiguas necrópolis e incluso algunos de los viejos dólmenes son reutilizados e incluso ampliados. El fenómeno megalítico perdurará a lo largo de la Edad del Bronce con todo tipo de enterramientos como fosas, cistas, e incluso con nuevos túmulos y reaprovechando los antiguos hasta un período sin determinar del II milenio a.C. El megalitismo gallego es un fenómeno tumular caracterizado por su enorme variabilidad. Por lo que se refiere a su tipología, algunas de estas construcciones fueron concebidas como túmulos desde el principio, pero otras sólo fueron cubiertas una vez que se dejaron de usar y otras. Muchos túmulos son de planta circular, pero los que poseen accesos intratumulares que permiten la reutilización del enterramiento, presentan una planta en forma de elipse, más larga en la dirección en la que se ubica el acceso al interior. En cuanto a su tamaño, podemos encontrar mámoas de unos pocos de metros de diámetro y apenas medio metro de altura, otras de 15-25 m de diámetro y 1-2 m de altura, hasta las mayores que pueden superar los 40 m de diámetro, como el de A Mota Grande en Verea (Ourense) que mide 42 m de diámetro por 4 m de altura. Paralelamente se aprecia también una enorme variabilidad en lo que se refiere al volumen de tierra empleado en su construcción, que puede ir desde escasos 250 m3 hasta los 3960,50 m3 de A Mota Grande (José María Eguileta Franco). Existe constancia de interacciones entre los pueblos neolíticos que poblaban el oeste de la península y que mantenían relaciones de intercambio de bienes. Para poder llevar a cabo estos largos viajes era preciso trasladarse por aquellos lugares que permitían pasar a través de las montañas hacia zonas llanas o valles por los que resultaba más fácil transitar. Es precisamente en estos lugares donde vamos a encontrar las mayores concentraciones de túmulos. Además, en estos planaltos abunda el granito, lo que evita largos transportes y facilita el trabajo al ser terrenos llanos. De los análisis polinológicos realizados en distintas mámoas, se ha llegado a la conclusión de que en la época de su construcción, el clima de Galicia era más cálido que hoy en día y también más lluvioso, por lo que el paisaje debería ser muy verde, con praderas y bosques caducifolios. En lo que se refiere a la técnica empleada, los bloques graníticos eran perforados utilizando herramientas muy rudimentarias, mediante las cuales se trazaban una línea de agujeros en los que se introducían cuñas de madera que al dilatarse por efecto del agua, desgarraban la roca, y se obtenía una superficie exterior abombada y rugosa, mientras que la interior era plana y lisa. Casa dos mouros. Candeán (VIgo) Luego se transportaban mediante arrastre, utilizando troncos sobre los que se colocaban las losas y empleando la técnica de elevación de planos inclinados. Las piedras que soportan el peso de la cámara están ligeramente inclinadas hacia el interior (como podemos apreciar en esta fotografías de la Casa dos Mouros de Vigo y la Pedra Cuberta de la comarca de Soneira), a fin de que distribuyan el peso de la cubierta. Pedra Cuberta (Vimianzo) Posteriormente, los espacios entre las losas de la base eran rellenados con piedras de menor tamaño y por último se apisonaba el suelo y se acumulaba tierra por encima de la cámara, creando un montículo denominado mámoa. En nuestra zona, la entrada del túmulo generalmente se orienta hacia el E. Mámoa do Vixiador. Candeán (Vigo) Por lo que se refiere al ritual funerario que rodea la construcción de los dólmenes, resulta muy difícil establecerlo debido al saqueo de todos los restos estudiados. En los últimos años se han localizado una serie de estructuras de tierra y pequeñas piedras localizadas al E-SE de algunos túmulos, que permitían acceder desde el exterior a la cámara funeraria y realizar sucesivas inhumaciones. En algunos casos se trata de un pozo a media altura, pero lo más frecuente es que exista un pasillo que atraviesa la coraza de piedras frente a la entrada de la cámara o bien que parta a media altura del túmulo. Este tipo de dispositivos se han encontrado sobre todo en dólmenes de corredor de pequeño tamaño situados en el oeste de Galicia y en ellos se han encontrado hileras de posibles ídolos líticos que tendrían un carácter ritual. Se trata de cantos rodados, a veces con incisiones o muescas que pudieran representar los hombros o brazos de una persona, y que aparecen colocados en posición vertical (Fábregas Valcarce). Los túmulos megalíticos son monumentos que han sufrido múltiples modificaciones para su ampliación y reutilización, o para el mantenimiento de su decoración pictórica. En muchos túmulos se aprecia que el proyecto original ha sido ampliado modificando o no la cámara funeraria. Por lo que se refiere a la reutilización, las posibilidades van desde su conversión en fosas, construcciones de madera o variaciones de la cámara respetando el tamaño del túmulo. Megalito de Soneira En Galicia hay varios miles de mámoas (se habla de un número superior a cinco mil, de las cuales más de 2000 están en la provincia de Pontevedra), localizadas en zonas cercanas a las canteras de donde se ha extraído la piedra, como máximo a unos pocos kilómetros. Mámoa do Rei. Castiñeiras (Vilaboa) Las principales zonas megalíticas de Galicia y Portugal se encuentran en la costa (rías baixas, As Mariñas y Fisterra) y en las penillanuras de A Limia, O Testeiro, O Suido, Tras os Montes, A Capelada y A Faladoira, la Terra Chá, Melide, el Deza y Trasdeza, Ulla y en A Fonsagrada y O Incio. El mayor número de túmulos lo hallamos en Vigo y O Morrazo, O Salnés y O Barbanza. Dolmen de Axeitos (Santa Uxía de Ribeira) La arquitectura dolménica es exclusivamente funeraria y obedece a creencias mágicas por las que se supone que se pretendía retener los espíritus de los muertos cerca de su gente, quizás para que sirvieran como mediadores con el mundo de ultratumba de modo que resultaran propicios para su familia y tribu. Esto supone una creencia en una dimensión supraterrenal de carácter mágico-pseudorreligioso. Otros monumentos megalíticos son los círculos líticos y los menhires. El término menhir procede del galés maen hir (piedra larga), pero en Galicia se conoce como Pedrafita o Pedra Longa. En cuanto a su significado hay diversas interpretaciones: símbolos fálicos de la fertilidad; símbolos funerarios que permiten que las almas de los muertos asciendan al cielo o permanezcan junto a la comunidad de la que formaban parte; protectores de los túmulos donde reposan los restos fúnebres; límites de territorios de tribus. Desgraciadamente todos los círculos líticos y la mayor parte de los menhires gallegos han sido destruidos, conservándose tan sólo unos pocos, como la pedrafita llamada A Lapa de Gargantáns (Moraña) o el menhir de Cristal (Ribeira). Menhir Lapa de Gargantáns (Moraña) La toponimia de Galicia está plagada de nombres que hacen referencia a los monumentos megalíticos, como por ejemplo: anta, antela, arca, arquiña, cabana, campa, capela dos mouros, casa dos mouros, casiña, celeros dos mouros, cortellos dos mouros, cotarela, couto, cova da moura, chousa, forna, fornalla, fornelo, forno dos mouros, madorra, madroa, mámoa, mamoela, modia, montillón, pardantela, pedra fita, tomba... En épocas históricas los dólmenes gallegos sirvieron como límites territoriales. Así aparecen en la División de los Obispados que surgió del Concilio de Lugo de 569, en la que el rey Theodomiro estableció su uso como demarcación de villas, montes y castillos. En 1609 el rey Felipe II accedió a que se expoliaran las "sepulturas de gentiles" de las villas de Caldas de Reis y Padrón en busca de tesoros. Esta autorización se extendió a toda Galicia, con lo que se produjo la violación de miles de túmulos. Las fotografías de este artículo han sido realizadas por F. Javier Torres Goberna ©.
Información sobre el peto y la pontella de Loureza, en Oia, en la parroquia del mismo nombre, sobre el Río Tamuxe o Carballas.
Existen todavía muchos lugares desconocidos en Galicia. Descubrimos paisajes y monumentos que no tienen nada que envidiar a otros más famosos.
Pena Furada. | Ortigueira | Foto; @Juan Insua Mugardos Vilanova dos Infantes | Ourense | O Barqueiro. Foto; @Juan Insua A Escusalla | Xurés | Torre de San Sadurniño. Cambados | Pontevedra | Cueva …
España es uno de los países más cosmopolitas y variados para todo buen viajero que desee conocer diferentes culturas y...
RUTA DO RÍO BARBANTIÑO
Escondido en el valle y rodeado de un fantástico marco natural se encuentra el monasterio de San Xusto de Toxosoutos, en Lousame. A Coruña.
El Castro de Baroña es un asentamiento celta de la Edad del Hierro que está en la parroquia de Baroña perteneciente al municipio de Porto do Son en A Coruña
La excursión más recomendable desde Vigo es este archipiélago que forma parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas.
Cada una de las seis delegaciones de la Asociación de Guías de Turismo de Galicia eligen una joya a tiro de piedra para perderse. Hasta ellas te llevan de la mano con un único objetivo: que no quieras volver
La Villa de O Rosal, de 6500 habitantes, está situada al sur de la Provincia de Pontevedra, junto al Río Miño, muy cerca de su desembocadura. Vamos a seguir el sendero que va bordeando el río pero también vamos a ver sus parroquias e iglesias: As Eiras, San Miguel y San Xoán de Tabagón y Santa Mariña de O Rosal. En esta Parte 1: El Miño, la iglesia de San Bartolomé de Eiras y en Tabagón, el Calvario y las iglesias de San Miguel y San Xoán. El Río Miño desde el Calvario de Tabagón, Mirador de A Portela. Click Aquí para ver la Parte 2. Coordenadas de situación de O Rosal en Galicia. Amplíe el mapa y llegará a la Plaza de O Calvario, donde está el Ayuntamiento: 41.937112, -8.837026 Los números que se ven debajo de las fotos son las coordenadas del mapa del lugar desde el que se tomó cada foto. En la Playa de Eiras o As Eiras se inicia la ruta del sendero homologado PR-G 112, sendero de pescadores, de 7,5 kilómetros, que recorre la ribera del Miño hasta la zona en la que el Río Tamuxe desemboca en él. A partir de ahí la ruta sigue río arriba por el Tamuxe hasta el lugar en donde está el Molino de As Aceñas y su área recreativa. Nos encontramos en un área protegida de la Red Natura 2000 (https://es.wikipedia.org/wiki/Red_Natura_2000). 41.925572, -8.777508 41.925426, -8.777401 41.925264, -8.777229 Desde el pequeño muelle vemos Portugal, en la otra margen del río y la isla llamada Ilha da Boega. 41.925233, -8.777167 41.925142, -8.777150 41.925142, -8.777150 41.924806, -8.777497 Las parroquias tienen una gran importancia en Galicia, en su doble vertiente, civil y religiosa. Las denominadas parroquias civiles son las divisiones administrativas en las que se subdividen los municipios. Suelen coincidir, aunque no siempre, en su extensión, con las eclesiásticas. Iglesia de San Bartolomé de Eiras. La antigüedad de la Parroquia de As Eiras está documentada ya desde 1198. La Iglesia primitiva estaba muy cerca del Río Miño y sufría continuas crecidas por lo que la parroquia fue trasladada a la que es su ubicación actual. Se construyó una nueva iglesia, la edificación se inició en 1791 y adoptó el estilo manuelino tardío imperante en ese momento. 41.928133, -8.782022 41.928189, -8.782117 41.928189, -8.782117 41.928443, -8.781975 Volvemos a la ribera del río, por donde discurre el sendero homologado PR-G 112, que recorre las orillas del río Miño y el río Tamuxe, como hemos mencionado más arriba. Desde la playa fluvial de Eiras hasta el lugar en el que nos encontramos hay algo más de 2 kilómetros de paseo relajado junto al río. 41.916528, -8.801358 Vista de la costa de Portugal en la otra margen del río. Se trata de Seixas, freguesia (parroquia) del municipio de Caminha. 41.916514, -8.801400 41.916842, -8.801625 41.916569, -8.801239 Continuando con el recorrido por el sendero PR-G 112, unos 2,5 kilómetros más adelante llegamos a esta otra zona del Río Miño, donde está la desembocadura del Río Tamuxe, detrás de las embarcaciones. También vemos aquí, a la derecha de la imagen el Monte Santa Tecla o Trega, en el municipio vecino de A Guarda. 41.912917, -8.825336 Vemos ahora el embarcadero y una de las islas que hay en el río esta zona, en este caso la Isla Morraceira do Grilo. Detrás, la costa portuguesa. 41.913017, -8.825364 Giramos la vista un poco a nuestra izquierda y vemos Morraceira do Grilo a la derecha y Morraceira das Varandas a la izquierda. 41.913056, -8.825289 De pesca. 41.913111, -8.825164 41.913183, -8.824992 Esta parte del Río Miño que acabamos de ver está enclavada en la zona del municipio de O Rosal denominada Tabagón. Hay aquí dos parroquias, San Miguel de Tabagón y San Xoán/Juan de Tabagón. Vamos a ver algo de sus iglesias, pero antes no podemos dejar de acercarnos al Calvario de Tabagón. El Calvario, con sus tres cruces, está en el Mirador de A Portela. La panorámica que se divisa comprende desde el Monte Santa Tecla/Trega en A Guarda, el valle de O Rosal, el estuario del Miño y la margen portuguesa del río. Junto al Calvario hay un banco de piedra en el que hay un mapa pintado sobre cerámica en el que se explica los distintos lugares que se pueden observar desde el mirador. 41.930839, -8.797781 El mapa. A la derecha, el Monte Santa Tecla/Trega, en el centro el estuario del Miño y, a la izquierda, la costa de Portugal. 41.930769, -8.797828 41.930983, -8.797656 41.930983, -8.797656 Iglesia de San Miguel de Tabagón. Su origen no se sabe con exactitud, aunque sí se conoce que los monjes cistercienses del Monasterio de Oia atendían la Iglesia en el S. XVI. Posteriormente tuvo distintas reformas siendo la más significativa la realizada en 1740 con la construcción de la fachada y la torre. 41.917778, -8.814686 41.917864, -8.814472 41.917836, -8.814189 San Miguel. 41.917873, -8.814355 41.917714, -8.814558 Iglesia de San Xoán/Juan de Tabagón. La Parroquia se crea en 1804 y ese mismo año se contratan las obras de edificación de la iglesia parroquial. Dichas obras no comenzaron hasta 1812 y terminaron en 1825, participando en su construcción varios maestros canteros a lo largo de los años. Su estilo es manuelino tardío, frecuente en otras iglesias de esta zona tan cercana a Portugal. 41.926583, -8.803519 41.926628, -8.803403 San Juan Bautista. 41.926676, -8.803275 41.926775, -8.803389 Hasta aquí la Parte 1 de esta visita a O Rosal. Fin. Click Aquí para ver la Parte 2.
Por su ubicación, su belleza y su estado de conservación merecen ser visitados