En el año 1838, el naturalista y lingüista suizo Jacob von Tschudi llegó a Perú. Tschudi estaba fascinado por las antiguas culturas peruanas, y durante su estancia en el país andino, que se prolongó cinco años, conoció a uno de sus arqueólogos más reputados y famosos: Mariano Eduardo de Rivero, fundador del Museo Nacional de Antropología, Arqueología e Historia del Perú, a quien ofreció su colaboración.