Uñas sanas se traducen en manos coquetas. No tienen que ser largas, pero sí bien cuidadas, limpias, y rositas para que hablen de una persona que se preocupa por sí misma y por su aspecto. Las manos son parte de tu carta de presentación. Es el primer contacto con un extraño, y el primer acercamiento con alguien que puede convertirse en tu príncipe azul.