A pesar de los numerosos conocimientos sobre el mundo animal, muchos siguen creyendo datos que se transmitieron de generación en generación desde hace cientos de años. Por ejemplo, la opinión popular de que los avestruces esconden su cabeza en la arena proviene de las obras del pensador romano Plinio el Viejo, quien aseguró en sus escritos: “Ellos imaginan que cuando han escondido su cabeza y su cuello dentro de un arbusto, todo su cuerpo está oculto”. Pero estaba equivocado.