Algo muy curioso me sucede cuando contemplo fotos inspiradoras de encantadoras, funcionales y divinas zonas de trabajo, en todas y cada una de ellas ¡me falta la impresora! y pienso ¿será que soy la única persona que tiene impresora en todo el mundo mundial? Pero no, ya he resuelto el dilema, ocurre que la gente es muy lista y busca espacios inteligentes para acomodar la impresora y resuelve el problema de la antiestética impresora metiéndola