Hay perros grandes como el lobero irlandés o lebrel escocés: musculosos, fibrosos. Al verlos, enseguida se nota que son cazadores y descendientes directos de los lobos. Y también hay gigantes que se ven como si entre sus antepasados se hubiera metido un oso. A la vez, a muchos de ellos, además de su impresionante contextura, la naturaleza también les regaló un carácter dócil. Así que, si siempre has soñado con un oso propio, presta atención a nuestra lista.