Deja volar tu imaginación y recuerda cómo habrías diseñado tu casa si lo hubieras hecho en tu infancia, buscando crear estancias secretas que dejen volar tu fantasía, que busquen mayor intimidad, que hagan de ciertas zonas un juego de espejos donde nada es del todo verdad ni mentira, y donde solo hay que saber dónde está la clave.