Una técnica innovadora para el cultivo en las ciudades, donde los suelos son poco fértiles, es la organoponia. Implementada desde hace más de 20 años en las áreas urbanas de Cuba, esta práctica permite crear un suelo fértil mediante el agregado de abonos orgánicos y, así, facilitar la producción de hortalizas para la comunidad. Para llevarla a cabo, pueden construirse canteros con diversos materiales como maderas, piedras, ladrillos o bloques de concreto o utilizarse macetas, envases, bateas, tarimas, bolsas y caños. Para iniciar una huerta organopónica, es fundamental disponer de un buen sustrato y planificar el espacio de cultivo, según las características de la especie que queramos producir, con el objetivo de asegurar el desarrollo de las plantas.