El año pasado llegué a Viena con dos ideas fijas, conocer la Ópera de Viena y el Palacio Belvedere. Por supuesto conocí otras cosas también, y todas muy interesantes, pero no me iba a volver sin haber conocido esas dos cosas. El Palacio Belvedere se construyó a principios del S. XVIII para el príncipe Eugenio