La madera no podía faltar en una casa de montaña. "Combinamos roble para el pavimento y los armarios de la cocina y de los dormitorios, y pino para la estructura. Pero, a diferencia de las típicas construcciones de La Cerdanya, donde la madera suele teñirse para oscurecerla, nosotros le aplicamos un tratamiento de chorreado de arena para abrir la veta y darle un aspecto texturizado más rústico, natural y joven", comenta Carlota Nieto, de la promotora inmobiliaria Eclair.