¿Cuándo era el momento y el lugar justo para ello? Nadie le dijo que fuera fácil, tan sólo pasó. Lo tubo por momentos y de la nada se esfumó. Las heridas se abrieron igual que sus mundos distintos. No se conocían y tampoco se dió el encuentro perfecto. Eran tan solo dos personas, y dos mundos paralelos, de los cuáles ellos no habían elegido a estar ni a tener que convivir con ello.