Tus propios ojos pueden jugar contigo. No solo estamos hablando de las ilusiones ópticas ilustradas que muchos ven en los libros, sino de cosas que puedes ver en la realidad y que te obligan a echar un segundo vistazo. Caras y criaturas extrañas pueden aparecer en los lugares más aleatorios. Incluso puedes ver colores que realmente no están allí.