Puede que no todo el mundo lo haga, pero casi todos acudimos al libro que más llama nuestra atención por la vista. Esas portadas llamativas, que te provocan, que te llaman, que te gritan: ¡léeme! Y es probable, que tras leer el título y darle la vuelta, para saber un poco más, devuelvas ese libro al montón, porque no te interesa. Pero le has dado una oportunidad. Algo que no has hecho con el que está al lado, ese de portada triste y aburrida. Y lo peor de todo, es que, ese libro que ni has levantado, podría ser lo que estaban buscando.