Como adultos, el comportamiento de los niños a veces nos resulta ajeno e incomprensible. Cuesta mucho lograr trazar una línea entre una conducta común y una incorrecta. No podemos compararlos con cómo fuimos nosotros de pequeños, ni tampoco comparar hábitos con otras familias. Entonces, ¿cómo saber si nuestro hijo necesita terapia? Estas son algunas señales que deberían llamar la atención de cualquier padre.