Cuando tus cosas duran más, no solo te ahorran tiempo y dinero sino que, también, evitan que tus nervios se alteren. A menudo nos deshacemos de productos en mal estado, sin darnos cuenta de que podemos ayudarlos a mantenerse frescos por más tiempo. Por ejemplo, una pequeña pieza de plástico te ayudará a que tus plátanos se conserven más y mejor.