No me gusta que mi hija coma bollería industrial. Pero reconozco que existen algunos formatos muy cómodos para almuerzos y meriendas, como los Doowaps (ahora Weikis), unos bollitos de leche con trocitos de chocolate. La solución, hacerlos en casa con ingredientes de confianza y sin ningún tipo de aditivo extraño. A mi peque le encantan! No para todos los días, porque al fin y al cabo es bollería, pero si una o dos veces por semana como algo especial. Esta receta estaba en el blog hace mucho tiempo, pero era una receta sin pulir, sin poner en práctica todos los conocimientos sobre el pan y las masas levadas que he ido adquiriendo a lo largo de los años. Por fin, he encontrado las proporciones idóneas... Me he basado en los panecillos de leche hokkaido del blog de Hilmar, Mis Recetas Favoritas. Quería encontrar un bollo de leche con textura suave y extremadamente esponjoso. Y así ha sido! Parte del secreto de esta receta reside en el uso del tang-zhong, water roux o roux de agua, una preparación previa para mejorar la calidad del bollito. No es la primera vez que la gasto, sabéis que en todos mis panes enriquecidos la añado, pero por si no la conocíais, la técnica proviene de Asia y consiste en una mezcla de agua y harina a razón 5/1 que se cocina a fuego medio hasta que la mezcla alcanza los 65º, temperatura en la que el almidón de la harina comienza a gelatinizar, pudiendo absorber así mucha más agua. Añadiendo esta mezcla a nuestra masa conseguimos una miga más esponjosa, corteza suave y un pan que se conserva fresco por más tiempo. Un único apunte para que esta receta salga perfecta es tener paciencia con los levados. Las masas con huevo y mantequilla van muy lentas y, para conseguir la esponjosidad que buscamos, es necesario hacer los levados convenientemente y no meterlos al horno antes de tiempo. Ingredientes (para unos 12 doowaps de 75g c/u): - 250g de harina de fuerza - 100g harina panadera - 60g de azúcar - 12g de levadura fresca de panadero (o en su defecto 4g de levadura seca) - 5g de sal - 1 huevo L - 30g de leche - 50g de nata (35%MG) - 60g mantequilla a temperatura ambiente troceada - 150g de chocolate cortado en daditos (negro, con leche... ) - 125g de roux de agua o tang zhong (para el tang zhong: 125 grs. aprox.) - 30g de harina de fuerza - 150g de agua (para pincelar) - 1 yema - 3cdas de nata - 1cda de miel Preparación: Preparar el tang zhong y dejar enfriar, para ello, mezclaremos la harina y el agua con unas varillas y llevaremos a fuego medio-alto hasta que comience a espesar removiendo constantemente sin parar. En el momento las varillas comiencen a dejar surco, es el momento de apartarlo del fuego. Remover bien y tapar con film para que no cree costra mientras enfría Mezclar todos los ingredientes menos la mantequilla y amasar hasta casi desarrollar el gluten, unos 10-12 minutos de amasado eficaz. Añadir la mantequilla y amasar hasta obtener una masa lisa y brillante que pase con creces la prueba de la membrana. Añadir el chocolate y con cuidado ir integrándolas hasta que estén bien distribuidas. Dejar levar en un bol tapado con un trapo hasta que doble volumen. Yo lo que hice para acelerar un poco el proceso fue hervir un vaso de agua en el microondas y, dejando el vaso dentro, metí la masa, dejando también la luz encendida. Aún así, la masa tardó en levar dos horas y media. Formar porciones de más o menos 75g, reposar, bolear y colocar para el segundo levado en la bandeja del horno sobre papel vegetal. Aplastar cada bolita de forma que más bien sea un disco gordito. Tapar y dejar levar otra vez hasta que vuelvan a doblar volumen. Esta vez la cosa se alargó hasta las tres horas y media. Precalentar el horno a 190º . Pincelar con la mezcla de yema, nata y miel y hornear unos 15-18 minutos o hasta que doren. Salen uno bollitos extraordinariamente tiernos, con una miga que parece una nube! A los niños y los no tan niños les encantan, mi marido al llegar, ha robado uno y ha llegado al salón moviendo los carrillos!